«Hoy, usted verá a 18 personas cortar una cinta juntos – y eso debería ser interesante», bromeó Leah Fried, portavoz del sindicato United Electrical Workers (UE, Trabajadores Electricistas Unidos), en el lanzamiento de la cooperativa New Era Windows. Dada la ocasión, no puedo hacerse nada menos que una inauguración colaborativa: un grupo de 18 hombres […]
«Hoy, usted verá a 18 personas cortar una cinta juntos – y eso debería ser interesante», bromeó Leah Fried, portavoz del sindicato United Electrical Workers (UE, Trabajadores Electricistas Unidos), en el lanzamiento de la cooperativa New Era Windows.
Dada la ocasión, no puedo hacerse nada menos que una inauguración colaborativa: un grupo de 18 hombres y mujeres afroamericanas y latinas se agruparon alrededor de un par de tijeras ceremoniales para embarcarse en un experimento pionero en la propiedad colectiva.
La inauguración de la fábrica de ventanas propiedad de los trabajadores marcó el último paso en un viaje de cinco años que el grupo recorrió desde su famosa ocupación de la fábrica Republic Windows and Doors en 2008. Después de que los trabajadores, miembros de UE-Local 1100, se vieron obligados a ocupar la fábrica una vez más en febrero de 2012 -esta vez para salvar sus puestos de trabajo con el nuevo propietario, Serious Energy-, ganaron tiempo para buscar un comprador para la fábrica y comenzaron a pensar que podían llevar el negocio como cooperativa.
Un año y medio después, firmaron firmado un contrato de arrendamiento, compraron su propio equipo de fábrica y oficialmente están abiertos al público. Su número disminuyó con el tiempo; en algún momento fueron cerca de 300 personas que trabajaban en la fábrica Republic Windows. Pero el grupo compacto de 18 trabajadores está emocionado por comenzar la fabricación, sin jefes o patrones, de ventanas ecológicas y diseñadas para cada cliente.
El nombre New Era (Nueva Era) no es una exageración: como una cooperativa de producción propiedad de los trabajadores, la empresa está abriendo nuevos caminos. «Esta es una nueva era para nosotros y nuestras familias, y también para la clase obrera», dijo Armando Robles, presidente de la UE Local 1110, a una multitud de partidarios que incluyeron miembros de la familia, políticos locales y aliados de otros sindicatos de Chicago y centros de trabajo.
Muchos de los trabajadores de New Era Windows llevan casi una década en la industria, pero su nueva fábrica se ve y se siente diferente. Ellos diseñaron el taller colectivo en función de sus años de experiencia y optaron por configurar el equipo ellos mismos en lugar de pagar la mudanza o a expertos en logística.
El resultado, relatan, es una fábrica más segura y eficiente, así como más equitativa. «Lo que veremos es la extraordinaria calidad de las ventanas cuando los trabajadores están involucrados en el proceso, y no se les trata como gastos sino como protagonistas en el negocio», dijo Brendan Martin, presidente del fondo de desarrollo de cooperativas The Working World, ahora el miembro número 18 de la cooperativa.
Después de cortar la cinta, el grupo recorrió el espacio de la fábrica. Un miembro de New Era, vestido con una camiseta azul eléctrico estampada con el logo de la empresa, mostró a sus invitados una máquina que corta las ventanas al tamaño exacto especificado por los clientes. Otros dos trabajadores-propietarios con coloridos cascos descargaron materiales de algunas de las primeras ventanas que la fabricará producirá. La serie se llamará 1110, el nombre de la sección de la UE a la que pertenecen.
New Era seguirá afiliado a la UE como Local 1110, y es una de las pocas cooperativas propiedad de los trabajadores sindicalizados en los Estados Unidos. Aunque todavía piensan cómo será el mejor modo de la relación entre New Era y el sindicato, Fried señala que UE brindará apoyo organizativo, mediará en los desacuerdos y promoverá el modo cooperativo. El grupo opera de acuerdo con el principio: «un miembro, un voto», pero hay planes para elegir una junta directiva. Aún no se establecen los salarios que tendrán los trabajadores.
Como parte de una división de la UE que consta de nueve cooperativas por todo el país, New Windows también ayudará a establecer mejores prácticas y a asesorar a otros trabajadores que consideran tomar la propiedad de sus lugares de trabajo. Robles planea pagar los 665 mil dólares que The Worker World le prestó a New Era para que sean reinvertidos en nuevas empresas propiedad de los trabajadores.
«Cuando los trabajadores pierden sus puestos de trabajo, muchos sindicatos no hacen nada», señaló Robles a In These Times. «Pero UE luchó [junto] con nosotros. Creo que más trabajadores puedan tomar este camino».
En efecto, el experimento de New Era será muy observado por aquellos que esperan que las asociaciones laborales cooperativas ofrezcan un nuevo camino para los trabajadores que luchan con los despidos o a causa del empeoramiento de las condiciones de empleo. Como In These Times informó anteriormente, las cooperativas propiedad de los trabajadores son más comunes en el sector servicios, donde el capital para arrancar es menor. Pero dada la caída libre en el sector manufacturero de los Estados Unidos, United Steelworkers y otros sindicatos industriales pusieron en marcha iniciativas para explorar cooperativas de trabajadores sindicalizados.
Aunque el tono de la tarde fue de celebración, los miembros de New Era también hicieron hincapié en los sacrificios que hicieron para llegar allí. A Melvin «Ricky» Macklin, vicepresidente de la sección sindical, amigos y familiares le prestaron para completar los mil dólares de capital inicial que puso cada uno de los 18 trabajadores-propietarios. Además de poner el dinero de buena fe y asistir a clases de negocios y reuniones regulares de planificación para preparar el lanzamiento, la mayoría de los miembros de New Era tuvieron que seguir cumpliendo con los requisitos del seguro de desempleo, ya que hasta ahora «trabajan por un trabajo, en lugar de trabajar un trabajo», señaló Macklin.
Debido al riesgo que supone, algunos trabajadores de la antigua fábrica Serious Materials rechazaron la oferta de convertirse en parte de New Era. «Muchas personas tienen miedo de entrarle al reto», señaló Macklin a In These Times. «Pero quien no arriesga, no gana».
Después de la celebración, el grupo comenzó una dura planificación para calcular el precio de las ventanas, ajustar las máquinas para utilizarlas de la mejor manera posible y comenzar el cumplimiento de los pedidos de ventas, dice Martin. Tienen un puñado de pedidos y creen que otros sindicatos y cooperativas de vivienda, en particular, se presentarán como clientes.
Cuando se le preguntó si el primer día de la fábrica en funcionamiento será algo más que otra jornada de trabajo de 9 de la mañana a 5 de la tarde, Macklin respondió: «En realidad, yo llego aquí a las 7 de la mañana».
Una vez que los trabajadores-propietarios logren un punto de equilibrio, esperan contratar a más trabajadores de Serious Materials despedidos que inicialmente no se unieron a la cooperativa, pero que empezaron a mostrar un mayor interés en el proyecto ahora que está funcionando. Finalmente, desean crear más empleos buenos y ecológicos que se queden en Chicago.
A pesar de todos los obstáculos que ya superó, el grupo sabe que todavía se enfrenta a una batalla para hacer viable el negocio. «Como movimiento, tenemos que estar preparados para el fracaso también», dice Martin. «Estamos tratando de crear un movimiento que no solamente basada en la emoción; tratamos también de construir alternativas reales». Para lograr eso, necesitarán apoyo continuo de la comunidad.
En ciudades como Nueva York y Oakland, los gobiernos locales y las cámaras de comercio ofrecen incentivos fiscales a las cooperativas modestas. A Martin le gustaría que sucediera igual en Chicago, especialmente teniendo en cuenta los casi 10 millones de dólares en subsidios públicos dados a Republic Windows and Doors, el ex patrón de los trabajadores, para la construcción de su planta en la Isla de Goose como parte de un programa de impuestos de la ciudad (TIF por sus siglas en inglés). Los dueños de la planta supuestamente se embolsaron 8 millones de dólares por la venta del edificio después de mantener la fábrica abierta sólo el tiempo suficiente para evitar sanciones del TIF. Uno de los propietarios de la fábrica trasladó los bienes de la empresa a su nueva compañía, Sound Solutions, en lo que un fideicomisario de quiebra federal denominó una «transferencia fraudulenta». Sound Solutions será uno de los principales competidores de New Era.
En lugar de seguir canalizando dinero a los desarrolladores que mueven este tipo de negocios, afirma Martin, las autoridades municipales pueden invertir en empresas de propiedad de los trabajadores.
¿Lo harán? Varios políticos locales estuvieron presentes en la inauguración para mostrar su apoyo, pero aún no está clara la forma en que el apoyo se manifestará. El comisionado del Séptimo Distrito del condado de Cook, Jesús G. García, declaró que está encantado de ver el negocio abierto en su distrito, particularmente porque estuvo vacía. «Estoy ansioso por ver si hay incentivos que podamos darles», dijo a In These Times. «Al ver el modelo, creo que hay mucho potencial de las cooperativas en la región». Esa no es la única razón que lo llevó a la inauguración: «Mi esposa y yo estamos buscando ventanas nuevas».
Artículo original en inglés publicado en IN THESE TIMES. Traducido por Clayton Conn.
Fuente: http://desinformemonos.org/2013/05/una-nueva-era-para-el-cooperativismo-en-chicago/