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Crisis en las Américas

Una página de manual de propaganda de Washington sobre Venezuela

Fuentes: Znet

¿Qué tienen en común el fundador del Grupo de Tareas sobre el Terrorismo y la Guerra No Convencional del Congreso de EE. UU., el hijo de un consejero y amigo cercano del antiguo dictador Fulgencio Batista y el biznieto del legendario jugador de béisbol Connie Mack? [1] Todos residen en Florida, son acérrimos republicanos, activistas […]


¿Qué tienen en común el fundador del Grupo de Tareas sobre el Terrorismo y la Guerra No Convencional del Congreso de EE. UU., el hijo de un consejero y amigo cercano del antiguo dictador Fulgencio Batista y el biznieto del legendario jugador de béisbol Connie Mack? [1]

Todos residen en Florida, son acérrimos republicanos, activistas cubanos anticastristas, funcionarios del gobierno y todos participaron en el escandaloso «documental» de media hora publicado por la Fundación del Consejo de Seguridad Americano, que dispersa mentiras y afirmaciones sin fundamento para dibujar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, elegido democráticamente, como un dictador maníaco que pretende apoderarse del Hemisferio Occidental.

El Fiscal General de Florida, Bill McCollum y los Congresistas por Florida Lincoln Diaz-Balart y Connie Mack presentarán su documental titulado «Crisis in the Americas: A Documentary on Dictator Hugo Chavez» (Crisis en las Américas: un documental sobre el dictador Hugo Chávez) en el Club de Campo Doral Park de Miami esta mañana (por el 7 de noviembre de 2007, N. del T.).

La única persona que falta en el trío es Otto Reich, que es entrevistado de manera prominente en la película. Reich, un cubano de nacimiento, anticastrista, antiguo funcionario de la inteligencia estadounidense, jugó un papel activo en el escándalo Irán-Contra y en el golpe de estado contra Chávez de 2002. Es también ex director de la encubierta Oficina de Diplomacia Pública para Latinoamérica y el Caribe (OPD, en sus siglas en inglés), que entre otras cosas prosiguió una campaña de propaganda entre el pueblo americano en apoyo de los intereses en Centroamérica de la Administración Reagan en los años 80. Ahora, con «Crisis in the Americas», da la impresión de que Reich y la Fundación del Consejo de Seguridad Americano están jugando sus viejas cartas de propaganda, esta vez concentrados en Venezuela.

La oficina de Diplomacia Pública.

En 1983, el gobierno de Reagan fundó la OPD con Reich al timón. Según Greg Grandin en su reciente libro Empire’s Workshop, la OPD estaba «oficialmente a cargo de implementar una aproximación ‘nueva, no tradicional’ para ‘definir los términos de la discusión pública sobre la política de Centroamérica'». Provista de expertos de la CIA y del ejército estadounidense en la guerra psicológica, la nueva oficina, creó una maquinaria de propaganda de mentiras sin fundamento y distorsiones, que, colocando encubiertamente noticias en los medios de EE. UU., se divulgaron entre la población estadounidense[2].

Según un artículo de Propaganda Review de 1998 por Peter Kornbluh, Reich y su equipo divulgaron incontables documentos y panfletos «a cientos de grupos cívicos, sociedades rotarias, y público universitario, [que] estaban invariablemente llenas de insinuaciones, retórica y desinformación, dirigidas a hacer el peor retrato posible de los sandinistas [nicaragüenses] y el mejor de la contra».

«En su esfuerzo por manipular los medios y la opinión pública, la OPD empleó una táctica que utiliza frecuentemente la CIA en otros países colocando artículos e historias en la prensa bajo el nombre de algún tercero. Estas actividades, conocidas en el mundo de la inteligencia como ‘propaganda blanca’, fueron llevadas a cabo dentro de los Estados Unidos con el total conocimiento de la Casa Blanca»[3].

Según un memorándum «confidencial» del 13 de marzo de 1985, el subdirector de la OPD, Jonathan Miller explicó que las historias se habían colocado en la NBC, The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post, Newsweek, USA Today y muchas más publicaciones»[4].

Además, la OPD coordinó con empresas de relaciones públicas la ayuda a los funcionarios de la Administración para formular el debate. Tal y como señaló Grandin, un «plan de acción» de relaciones públicas de 1985 recomendaba la utilización de frases con cargas simples que pintaran a los sandinistas como «malvados», «marionetas» de los Soviets, «racistas y represores de los derechos humanos», e «involucrados en los problemas de drogas de EE. UU.», la «escalada militar», «la red de narcotráfico», «las violaciones de derechos humanos», y la «red comunista»[5].

La administración también intentó desplazar el debate desde el comunismo hacia el terrorismo acusando a los sandinistas de tener lazos terroristas con Oriente Medio, o de «antisemitismo».

Según Grandin:

«La OPD forzó a los oponentes de Reagan a gastar sus energías en refutar alegaciones en lugar de trabajar en pro de la no intervención inundando los medios con hechos y alegaciones cuestionables»[6].

La oficina fue ampliamente criticada tras involucrarse en el escándalo Iran-Contra, y el Congreso ordenó su cierre por dedicarse a una «operación prohibida y encubierta de propaganda». Sin embargo, tal y como informaba el New York Times a finales de 1987, «los funcionarios del Departamento de Estado dicen que simplemente reorganizarán la oficina, distribuyendo sus funciones entre otras partes del departamento»[7].

Reich continuó en el Departamento de Estado durante los 80, curiosamente como embajador en Venezuela, y fue traído de vuelta durante el primer mandato de George W. Bush como Adjunto a la Secretaría de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, y posteriormente fue nominado como Enviado Especial para el Hemisferio Occidental en 2002, donde parece que jugó un papel sustancial en la ayuda a Pedro Carmona Estanga y otros líderes del breve golpe de estado de 2002 contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez[8].

La Oficina de Diplomacia Pública oficial puede haber sido cerrada hace cerca de veinte años, y puede que Reich ya no esté más en la Casa Blanca, pero aún sabe cómo jugar sus cartas, y pone toda la carne en el asador en «Crisis in the Americas».

Casi todas las frases y alegaciones pegadizas utilizadas por la OPD contra los sandinistas ante el pueblo americano se vuelven a emplear contra Venezuela en el documental. No es la primera vez. Un sinfín de informes infundados contra Venezuela han sembrado la duda en Internet y en la prensa comercial desde que el presidente Chávez tomo posesión de su cargo en 1998[9]. Ésta es, sin embargo, la primera vez que todas esas afirmaciones han sido formuladas en un conciso documental de media hora, que llega incluso a hacer un llamamiento para una intervención del ejército de EE. UU. en Venezuela para liquidar la «amenaza» de Hugo Chávez.

«Crisis in the Americas» [10]

La película, como si fuera una página sacada de la OPD, intenta relacionar a Chávez con el terrorismo, el tráfico de drogas, la violencia, el despotismo, el comunismo cubano, el fraude electoral, el eje del mal, y el «Islam radical» con golpes orquestales, Orwelianas voces dobladas, y una asociación de imágenes no relacionadas, pero negativas. Por supuesto, no hay ninguna evidencia de peso.

El documental comienza con la voz del presidente George W. Bush:

«Mis amigos ciudadanos, los americanos han conocido los ataques por sorpresa, pero nunca antes sobre miles de ciudadanos… Somos un país que se ha despertado a los peligros, y llamado a defender la libertad».

Sobre el sonido se ven imágenes del 11-S y grabaciones de combates en Oriente Próximo, como si intentara provocar la conexión subconsciente desde el primer momento de que Venezuela apoya a los terroristas, o quizá que tuvo algo que ver con los ataque del 11-S…

Bush continúa: «O estás con nosotros, o estás con los terroristas».

En la pantalla se ve una ampliación sobre un mapa de Venezuela.

La congresista Connie Mack declarando ante el Congreso:

«Hugo Chávez es un enemigo de la libertad que amenaza el equilibrio de poder en el hemisferio… Hugo Chávez es una amenaza, debemos tomarle en serio y debemos actuar ya…».

El congresista Lincoln Diaz-Balart, diciendo una de sus primeras mentiras flagrantes:

«Chávez es un dictador y, por tanto, no es un líder legítimo».

La película continúa con música de suspense, y grabaciones de policía, violencia y manifestaciones del golpe de estado de 2002, que dan la impresión de que Venezuela está viviendo en un estado de represión y protesta. El documental hace unas afirmaciones trágicamente infundadas sobre cómo «el desempleo y la pobreza han crecido» con Chávez; cómo Venezuela es una «colonia cubana»; cómo Chávez quiere «atacar a los Estados Unidos»; cómo Chávez es un «miembro del eje del mal… que quiere ver a [EE. UU.] arrodillado»; cómo es un alguien que «colabora con terroristas»; «un psicópata subnormal»; cómo Chávez está «colaborando con el enemigo, el Islam radical»; cómo está «motivado por la envidia y el resentimiento», es un racista y un machista, «antisemita», y «antijudío».

Para crear el vínculo terrorista, la película llega a afirmar que Venezuela ha distribuido pasaportes para 300 terroristas islamistas radicales y que Hezbollah está entrenando una división en Venezuela.

Para crear el vínculo con la droga, afirma que Chávez está formando su propio grupo «paramilitar»; dando apoyo a la guerrilla colombiana, FARC; una referencia al azar sobre que «podría acabar siendo el mayor capo de la droga de Latinoamérica».

A continuación las conexiones con Rusia, y se señala una escalada militar masiva, que está completamente infundada teniendo en cuenta que incluso bajo las estimaciones más extremas, el presupuesto de defensa de Venezuela es menos del 1% del presupuesto del Pentágono[11].

Se afirma que China quiere «sustituir a los Estados Unidos como la principal potencia en el Hemisferio Occidental», y dice que la relación de Venezuela con el país asiático es «extremadamente peligrosa».

En un intento por deslegitimar la presidencia de Chávez, llega a resucitar una afirmación completamente desacreditada sobre que Chávez amañó el referéndum de 2004; algo que incluso la mayoría de los miembros de la oposición venezolana ya no creen. La película afirma que en los días previos al referéndum, «todas las encuestas [estaban] unánimemente al 59-60% contra Chávez». La afirmación es una rotunda y probada mentira. La única encuesta que daba a Chávez como perdedor en las votaciones de 2004 fue una llevada a cabo por los residentes estadounidenses Penn, Schoen y Berland, que fue realizada a expensas de la organización opositora Súmate[12].

En un aterrador lamento por la pérdida de una oportunidad potencial de una invasión estadounidense, la película llega incluso a arremeter contra el ex presidente de EE. UU. Jimmy Carter, cuyo Carter Center, junto con la Organización de Estados Americanos certificó la legitimidad del referéndum de 2004.

«Que el Carter Center certificara las fraudulentas elecciones que Chávez utilizó para mantenerse en el poder… eso arruinó cualquier esfuerzo que pudiéramos haber hecho en su momento para tratar de restaurar un auténtico sistema democrático en Venezuela, y no estuvimos junto a la oposición Venezolana. Tenemos que impedir que los Jimmy Carter del mundo dicten la agenda de los Estados Unidos en el Hemisferio Occidental».

El documental hace entonces un llamamiento a la acción por parte de EE. UU.:

Connie Mack:

«Es muy importante que los Estados Unidos actúen ya… en lugar de esperar a que sean capaces de reunir tropas o amigos».

Bill McCollum:

«Si eliminamos o no su presencia políticamente, o si le aislamos, está por ver, pero si sigue creciendo como una amenaza… entonces en algún momento habrá que pasar a la acción real para pararle. ¿Eso quiere decir una acción militar? Espero que no, pero si es lo que hace falta, entonces estoy convencido de que lo vamos a tener que hacer».

El vídeo termina con una cita de Connie Mack que, como si fuera sacada de un libro de texto de relaciones públicas, encuadra perfectamente las últimas palabras de debate para los EE. UU.,

«Para mí todo este debate es simple, Chávez quiere políticas de destrucción y desesperación, y nosotros queremos las políticas de esperanza y oportunidad, él quiere limitar las políticas de esperanza y oportunidad para la gente de Latinoamérica».

Mientras que toda la estructura parece haber sido sacada directamente del archivo de la OPD, no hay que atribuirle todo el mérito a Reich. «Crisis in the Americas» está lejos de ser el primer vídeo de propaganda de ese estilo que la Fundación del Consejo de Seguridad Americano (anteriormente Consejo de Seguridad Americano) ha producido en sus cuatro décadas de existencia.

Fundación del Consejo de Seguridad Americano (ASCF, por sus siglas en inglés).

Desde su apoyo al macartismo en los 50, la organización, que tiene estrechos lazos con el complejo industrial del ejército de EE. UU., el partido Republicano, y el personal de inteligencia de EE. UU., ha gastado millones de dólares y producido incontables vídeos y libros tratando de promocionar su visión de la amenaza comunista y de la necesidad de incrementar el gasto militar de EE. UU. En 1980, la ASC produjo el documental de nombre similar «Attack on the Americas!!» en el que se hacía un llamamiento a una posición más fuerte contra el avance del comunismo en el Hemisferio[13].

Según un análisis de NACLA (North American Congress on Latin America, Congreso Norteamericano sobre Latinoamérica) de 1981, el documental estaba «sesgado y distorsionado»:

«Attack on the Americas argumenta en favor del apoyo de EE. UU. a impopulares dictaduras militares en El Salvador, Guatemala y otros sitios de las Américas. Afirma, a pesar de las múltiples evidencias en su contra halladas por organizaciones internacionales, grupos religiosos y el gobierno de EE. UU., que esos gobiernos no han violado los derechos humanos. La película concluye con un alegato por el incremento de la fuerza militar para proteger los intereses geopolíticos y económicos de Estados Unidos en Centroamérica y el Caribe».

En el mismo artículo de NACLA, Phillip Wheaton, entonces director del Programa Ecuménico sobre Centroamérica y el Caribe (EPICA, por sus siglas en inglés) señala:

«La película tiene un doble mensaje o argumento… [primero] una advertencia retórica y anticomunista contra la continuamente creciente estrategia de la Unión Soviética de apoderarse de los puertos caribeños y de marchar inexorablemente hacia el Norte a través de Centroamérica, país por país, hasta que lleguen a nuestra frontera. De este modo las Américas están ‘bajo asedio’ y a través de la intervención en Cuba, los soviéticos intentan ‘cortar’ a las Américas en dos. El segundo mensaje es el de un ataque a la filosofía de derechos humanos de la administración Carter tachándola de ingenua»[14].

Con unos cuantos arreglos, la sustitución de ‘Venezuela’ por ‘Unión Soviética’, y centrando la atención en el Sur, en lugar de en Centroamérica, se puede hacer casi la misma cita con respecto a la última película de la ASCF, «Crisis in the Americas», incluyendo hasta al ataque contra Jimmy Carter. De nuevo, las afirmaciones infundadas son reinstauradas con el objetivo de persuadir a la opinión pública.

La Historia, a veces, se repite, y la ACSF y Reich se saben de memoria las reglas de la propaganda. La pregunta es si el pueblo estadounidense tomará los pasos para reprochárselo, o continuará siendo engañada por su discurso publicitario y «consenso fabricado» que no sólo nos llevó a Centroamérica en los 80, sino a la guerra en Irak y Afganistán, ahora en potencia a Irán, y quizá un día, a Venezuela.

Notas

1 Oscar Corral, «New Díaz-Balart in Congress adds to family’s growing political dynasty», The Miami Herald, Miami, Florida: January 6, 2003 (http://www.cubanet.org/CNews/y03/jan03/06e5.htm) [regresar]

2 Greg Grandin, Empire’s Workshop: Latin America, the United States, and the Rise of New Imperialism, New York: Metropolitan Books, 2006, p. 124-136 [regresar]

3 Peter Kornbluh, «Reagan’s Propaganda Ministry», Propaganda Review, San Francisco: Number 2, Summer 1988 [regresar]

4 Johnathan S. Miller, Declassified Memorandum, OPD: Washington DC, March 13, 1985 (http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB40/) [regresar]

5 Grandin (2006) [regresar]

6 Grandin (2006) [regresar]

7 «WASHINGTON TALK: BRIEFING; Shut and Open», New York Times, New York: December 30, 1987 (http://query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9B0DE5DC143AF933A05751C1A961948260) [regresar]

8 Thomas Blanton, «Public Diplomacy and Covert Propoganda: The Declassified Record of Otto Juan Reich», National Security Archives, Washington DC: March 2, 2001 http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB40/ and Ed Vulliamy, «Venezuela coup linked to Bush team», The Guardian, New York: April 21, 2002 (http://observer.guardian.co.uk/international/story/0,6903,688071,00.html) [regresar]

9 Michael Fox, «A U.S. Intelligence Hoax on Venezuela?», Venezuelanalysis, Caracas, Venezuela: April 19, 2006 (http://www.venezuelanalysis.com/analysis/1705) [regresar]

10 «Crisis in the Americas» (http://www.ascfusa.org/dvd/index.html) (Link to short preview on the ASCF website) and: http://www.borev.net/2007/10/hey_look_what_i_did.html (full video with subtitled commentary from BoRev.net editor) [regresar]

11 Aproximadamente 4.200 Millones de dólares (Venezuela) vs 439.300 Millones de dólares (Estados Unidos) Simon Romero, «Venezuela Spending on Arms Soars to World’s Top Ranks» New York Times, Caracas, Venezuela: February 25, 2007 (http://www.nytimes.com/2007/02/25/world/americas/25venez.html?ex=1330059600&en=25be50a9a3dfea93&ei=5088) (http://www.defenselink.mil/news/Feb2006/d20060206slides.pdf page 19) [regresar]

12 Chris Carlson, «Coup D’etat in Venezuela: Made in the USA», ZNet, Merida, Venezuela: November 24, 2006 http://www.zmag.org/content/showarticle.cfm?SectionID=45&ItemID=11471 [regresar]

13 American Security Council Foundation Website (http://www.ascfusa.org/) and International Relations Center Group Watch: American Security Council (http://rightweb.irc-online.org/groupwatch/asc.php) [regresar]

14 Ruth McDonough Fitzpatrick, «Attack on the Americas! Counterrevolution», NACLA’s Report on the Americas: March-April 1981 [regresar]