Recomiendo:
0

Entrevista a John Catalinotto

«Volved las armas» (segunda parte)

Fuentes: Investig’Action

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Soviet de Petrogrado en 1917

 

El escritor y activista socialista estadounidense John Catalinotto ha concedido una entrevista exclusiva a Investig’Action para hablar de su nuevo libro Turn the Guns Around [Volved las armas]. Hablamos acerca de la resistencia a la guerra de Vietnam desde dentro del ejército estadounidense y de las históricas revueltas de soldados que fueron decisivas en los alzamientos revolucionarios al convertir «un arma de opresión en una herramienta para la liberación humana», así como de lo que las fuerzas progresistas pueden aprender de esto.

(Primera parte de la entrevista)

En su primera respuesta habló de lo crucial que habían sido estas revueltas de soldados en alzamientos revolucionarios. ¿Puede ampliarlo un poco y quizá centrarse en uno de los ejemplos?

El único levantamiento que llegó a una conclusión, cambió el poder del Estado haciendo una revolución política y una revolución social, y llevándolas hasta el final fue la Revolución Rusa. En este caso la Revolución de Febrero, cuyo primer centenario se conmemora en dos meses. Empezó el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo (en aquel momento en Rusia se utilizaba un calendario diferente, así que entonces era febrero) con una huelga de trabajadoras en Petrogrado (San Petersburgo). Al día siguiente se unieron los hombres. Al tercer día la policía empezó a disparar a los trabajadores y el régimen zarista también llamó a una guarnición de soldados en contra de los trabajadores. Pero los soldados estaban muy desmoralizados por la guerra y se establecieron muchos contactos entre los trabajadores, especialmente las mujeres trabajadoras, y los soldados de rango más bajo.

En su mayor parte fue un acontecimiento espontáneo, aunque siempre hay elementos conscientes en un segundo plano. El momento clave ocurrió cuando la guarnición vio a la policía disparar a los trabajadores. Las tropas dispararon a la policía. Entonces este grupo de la guarnición se pasó a la revolución. Pero una vez que lo hicieron, tenían que ganarse a todos sus amigos porque si no se lograba que triunfara el levantamiento podían ser asesinados o encarcelados para siempre. Así que fueron ganándose a la gente para su bando hasta que toda la guarnición se pasó a la revolución y aquello supuso el final del zar.

Mujeres en huelga en la fábrica Putilov de Petrogrado en uno de los acontecimientos que llevaron a la revolución de febrero de 1917.

Aquello fue el inicio de un periodo de ocho meses de acontecimientos en los que hubo una organización mucho más consciente de los soldados y los marineros por parte de los partidos revolucionarios, pero especialmente del Partido Bolchevique. Los marineros de Kronstadt, una isla industrial y base naval muy cerca de Petrogrado, ¡ya en marzo querían hacer una revolución socialista! Pero costó un tiempo y poco a poco se ganó al lado de los Soviets a la mayor parte de los militares. Así pues, desempeñó un papel muy importante. Por supuesto, los trabajadores lideraron la revolución en Moscú y Petrogrado, pero los soldados y los marineros fueron esenciales.

El ejército es el guardián del Estado, o de los capitalistas, pero, ¿está diciendo que en esos momentos de levantamiento estas revueltas pueden hacer cambiar la correlación de fuerzas?

Sí, eso es lo que ocurrió en aquellos escenarios. Todo el mundo puede entender cómo podría ocurrir en el futuro o tratar de ver cómo podría haber sucedido en otros periodos o situaciones diferentes de los que he descrito. El Estado es lo que mantiene a los capitalistas en el poder. Parte de este Estado también es ideológico, controla los medios de comunicación y la mente de la gente, pero en última instancia se basa en la fuerza. Y lo que protege la propiedad es la fuerza de la policía, los tribunales, las cárceles y, al final, el gran ejército imperialista, que es una fuerza de policía y un aparato de Estado a escala mundial. Sin embargo, parte de todo esto depende de la conciencia de los individuos que lo componen.

En los ejemplos que he mencionado y en algunos otros cuando hay contacto entre las masas rebeldes y la base del ejército tiene un efecto en sus conciencias. O en los casos de Vietnam y de los movimientos de liberación en las colonias portuguesas se produjo un desgaste a largo plazo del ejército colonial, que se produjo porque los pueblos colonizados siguieron luchando y luchando, y haciendo la vida imposible a los colonizadores. Al mismo tiempo se produjo un acontecimiento político. En Portugal llevó a un golpe organizado por los oficiales jóvenes que derrocó al gobierno fascista, abrió las cárceles y liberó a todos los presos políticos, sindicalistas, etc. Abrió la puerta a muchas conquistas importantes para la clase trabajadora en el periodo subsiguiente.

Ha mencionado los acontecimientos en Rusia, pero al acabar la Primera Guerra Mundial también hubo una rebelión que provocó el fin de la monarquía en Alemania…

En Alemania la rebelión empezó con los marineros, a los que se les ordenó luchar en Flandes en lo que ellos creían que era una misión suicida. Los marineros creían que los almirantes, que eran los elementos más de derecha de lo que ellos llamaban el movimiento pangermánico de oficiales, simplemente querían hacer un último gesto grandioso, la idea de «morir con las botas puestas», y los marineros no querían suicidarse. Así que se rebelaron y cuando lo hicieron fueron castigados por ello, y para dejar de ser castigados tuvieron que mantener en marcha la rebelión. Iban a una ciudad y el gobierno enviaba a los soldados contra ellos, pero en vez de reprimirlos, el ejército se reunía con ellos. Tenían un debate, luego el ejército se les unía a ellos y después liberaban otra ciudad en el norte de Alemania. Liberaron Hamburgo y después Munich, en el sur. Luego consiguieron Berlín y el Kaiser abdicó. Así, se puede imaginar que se produce una situación como esta en determinados lugares hoy en día, aunque no se puede predecir. Los cambios en la conciencia de la gente son muy difíciles de predecir.

Volviendo a Portugal, uno de los apéndices de su libro es un panfleto muy interesante que Amílcar Cabral (2) escribió al ejército colonial, en cierto sentido al enemigo. ¿Cuán es el mensaje de Amílcar Cabral?

Quise incluir este panfleto precisamente porque mostraba que los pueblos colonizados entendieron y el líder de su revolución entendió que era posible llegar al ejército del poder colonial ya que ahí se estaba produciendo una lucha de clases. Estos soldados no luchaban por sus propios intereses, por los intereses de sus familias o por los de su clase. Luchaban por los fascistas y los ricos de Portugal, en realidad también por Inglaterra y Estados Unidos. Así que les envió un panfleto, uno largo, que he traducido para ponerlo a disposición del movimiento estadounidense. En esencia contenía estos mensajes:

1) Vamos a luchar hasta que ganemos
2) Si lucháis contra nosotros, podéis morir
3) No lucháis por vuestros intereses, no deberíais luchar por los ricos de Portugal
4) Si os unís a nosotros os protegeremos y nos aseguremos de que estáis a salvo.

Estos eran los mensajes principales y acababa con un llamamiento: «Soldados, sed valientes, actuad correctamente. No luchéis por los amos, no luchéis contra nuestro pueblo». Realmente creo que es un mensaje magnífico.

Amílcar Cabral, líder del movimiento de liberación en Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC)

Cabral alude también a algunas personas que ya lo habían hecho durante una larga guerra en las colonias portuguesas de Guinea-Bissau, Mozambique y Angola. Un tercio de los jóvenes portugueses se exilió para no ser reclutados por el ejército, mientras que quienes entraron en él también resistieron en todo momento. Por ejemplo, en un escrito de esta época Álvaro Cunhal (3) describe lo que estaba ocurriendo y era muy parecido a lo que ocurrió en los inicios de la lucha dentro del ejército estadounidense durante la guerra de Vietnam. Los soldados se reunían en el comedor en el que comían y se negaban a comer. O arrojaban y rompía cosas, este tipo de resistencia. Excepto en Portugal el gobierno insistió en llevar las guerras hasta el final y el ejército creció de 79.000 personas en 1961 a 218.000 en 1974 en un país de solo nueve millones de habitantes. Dos terceras partes de esas personas estaban en África, donde los jóvenes reclutas tenían que servir en el extranjero durante dos años, frente al año que tenían que servir los soldados estadounidenses en Vietnam. Finalmente, trajeron la guerra de vuelta a casa con la rebelión y el golpe de 1974, que cambió completamente la vida en Portugal y fue una gran inspiración para todo el mundo.

¿Esta rebelión interna funciona como otro frente de batalla para el ejército?

Sí, es otra gran batalla, una lucha de clases. Y Cabral, líder de un movimiento de liberación africano, comprendió que una parte importante del movimiento era tratar de llegar al ejército portugués y buscar disidentes, tratar de animarlos diciendo incluso «venid, os protegeremos, os sacaremos de aquí». También en este caso está hablando a su enemigo. «Tenemos que disparar contra vosotros si nos disparáis, pero si venís, os protegeremos». Los vietnamitas hicieron lo mismo con los soldados estadounidenses. Tenían un acuerdo con las tropas estadounidenses según el cual decían: «nosotros vamos a luchar por aquí, a la derecha, vosotros id a la izquierda, no nos molestaremos». Eso fue muy frecuente hacia el final de la guerra.

¿Es esta un tipo de batalla a Ia que una estructura como el ejército está menos preparada para hacerle frente? Y es que, como mencionó antes, es muy dependiente de la cadena de mando.

En el último capítulo de mi libro trato un poco esta cuestión. Los militares estadounidenses han cambiado mucho la manera de organizar el ejército. Durante la guerra de Vietnam tenían un ejército de masas, contaban con tres millones y medio de soldados en las fuerzas armadas. Por supuesto, estaban por todo el mundo, pero en algún momento tuvieron 540.000 soldados en Vietnam. Actualmente, en vez de tres millones y medio de soldados hay un millón cuatrocientos mil en el ejército estadounidense. Es un ejército mucho más profesional y como es mucho más profesional, los acontecimientos no pueden tener lugar exactamente de la misma manera que durante la guerra de Vietnam.

Ha habido oposición, por ejemplo a la guerra en Iraq, ha habido muchos individuos que han declarado su oposición, personas muy valientes como Chelsea Manning, que sacó a la luz todo lo que estaba ocurriendo. Pero no ha habido el mismo tipo de actitud de oposición total y generalizada como hubo en la década de 1960 y a principios de la de 1970. Los altos cargos del Pentágono (leales al imperialismo estadounidense) que hicieron comentarios acerca de lo que estaba ocurriendo durante la guerra de Vietnam afirmaban que el ejército estaba a punto de colapsar y que había que hacer algo. Así que tuvieron que reorganizarlo y convertirlo en un ejército más profesional. El problema que esto les ocasiona es que ya no tienen un ejército que gana. Pueden causar una enorme cantidad de daño con su guerra aérea, tratando de manipular a un grupo en un país oprimido contra otro, creando todo tipo de sufrimiento, como han hecho en Iraq, Afganistán, Libia, etc. Su complejo industrial-militar sigue haciendo dinero con la guerra. Pero en ninguno de estos lugares han establecido nada similar a lo que solían establecer en el mundo colonial: un gobierno títere estable que seguía dando beneficios a la metrópolis imperialista.

El capitán Salgueiro Maia se dirige a la multitud en Lisboa el 25 de abril de 1974. Era uno de los líderes del movimiento de oficiales jóvenes que derrocó la dictadura fascista.

Así pues, ¿cuál fue su solución?

Empezaron a subcontratar. Por ejemplo, contrataron mercenarios de otros países. El ejército tampoco proporciona ya la comida, la proporciona una compañía privada, que gana dinero pero no pertenece al ejército. Contratan a personas para conducir camiones y cosas similares, como hicieron en Iraq. De modo que de la misma manera que hay subcontratos en el mundo industrial, hay subcontratos en el ejército. También dependen más de la tecnología, lo mismo que en la industria. Tienen drones. ¿Por qué utilizan drones? Porque si tienes un drone, no habrá ni un solo piloto derribado. En el peor de los casos se puede perder el avión. Pero incluso en este caso, hay pilotos de drone que se han opuesto a ser utilizados de esta manera y se han negado a hacerlo. Así pues, siempre existe la posibilidad de que se produzca un cambio en la conciencia y eso depende en gran medida tanto de lo que ocurre en la sociedad en general como de lo que ocurre dentro del ejército.

Hay una frase muy bonita en su libro que dice que esos movimientos lograron «poner palos en las ruedas de la máquina de guerra». ¿Qué deben aprender de esto las fuerzas de izquierda o progresistas y cómo deben actuar para volver a hacerlo?

Le diré lo que espero que la nueva generación de personas de izquierda pueda aprender de esto. Y es que el aparato de Estado no es omnipotente. Tiene debilidades. Hay que encontrarlas y pensar en ellas todo el tiempo. Hay que buscar las oportunidades. Hay que crear verdaderamente un partido que lo haga porque los individuos no lo van a hacer por sí mismos. Y se busca la oportunidad del mismo modo que vimos una oportunidad en 1967, vimos a Andy Stapp enfrentarse al ejército, escribir una carta en la que decía «¡viva Ho Chi Minh» y ser atacado por el ejército. E inmediatamente enviamos a toda la gente que pudimos para ayudarle porque vimos que había la posibilidad de abrir este tipo de lucha. Eso es lo que la gente tiene que hacer ahora. No sé si va a adoptar la misma forma que en 1967. Quizá si hubiera una guerra a gran escala contra China o incluso Irán y tuvieran que restablecer el servicio militar obligatorio…

Por cierto, algunos altos cargos, que están a favor del ejército estadounidense, lo están discutiendo, están hablando de que quizá es mejor tener un servicio militar obligatorio. En vez de tener un ejército profesional, sería un ejército más cercano al pueblo y así tendría más apoyo de este. Afirman que se necesitan más soldados para llevar a cabo todas estas guerras. En la situación en que un ejército de masas está en una guerra muy desagradable se puede reproducir algo como lo que ocurrió en el pasado. Pero hoy en día se puede producir en cualquier otro escenario la posibilidad de quebrar el Estado. Se necesita gente que piense en ello de manera responsable, que busque la oportunidad y esté dispuesta a actuar cuando tenga lugar. Y no sé cómo ni exactamente cuándo, pero va a ocurrir. ¡No tengo una bola de cristal, solo tengo la Historia!

¿Este escenario podría ser una guerra que se emprenda en casa en vez de emprenderla fuera? Por ejemplo, el Estado policial, la represión de las comunidades negras o los recientes enfrentamientos en torno al oleoducto de Dakota del Norte. ¿Podrían ser escenarios posibles?

Es cierto, es una posibilidad. Por ejemplo, en 1968 hubo soldados que se negaron a actuar como antidisturbios en contra de la población negra. Y este año se ha dado otro ejemplo de algo parecido, lo menciono al final del libro y lo menciono como la otra posibilidad de crear una ruptura en el ejército. Es el caso de que el ejército tenga que reprimir las luchas obreras, las luchas populares, las luchas de liberación de la comunidad negra, etc.

En Dakota del Norte fue muy popular la lucha para detener el oleoducto de Dakota del Norte. Por supuesto, fue una lucha liderada por las naciones indígenas de ahí, pero también tuvo un apoyo enorme de los movimientos medioambientales, pues hay intereses comunes en detener este oleoducto. Y contó con el apoyo de muchos veteranos. Así, en el último enfrentamiento que tuvo lugar allí hubo unos dos mil veteranos en Dakota del Norte que se enfrentaron a la policía y a la guardia nacional. Se puede imaginar, por tanto, una situación que se produce ahí en la que el ejército se niega a ser utilizado. Incluso se opusieron algunos de los sheriffs y fuerzas de seguridad locales. No les gustaba dedicarse a hacer acciones represivas en contra de la población. Los gobernantes cuentan con el racismo hacia la población negra o, en este caso, la nativa. Si el movimiento puede romper el racismo, entonces los soldados jóvenes no querrán reprimir un movimiento con el que pueden simpatizar, así que esta es otra oportunidad de romper el ejército. Es algo a que habrá que tener en cuenta.

Notas:

(2) Amílcar Cabral fue el fundador y líder del PAIGC (Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde), un movimiento de liberación en las colonias portuguesas de Guinea-Bissau y Cabo Verde, y se le recuerda como unos de los marxistas africanos más destacados. Fue asesinado en 1973 por agentes de la policía política portuguesa.

(3) Álvaro Cunhal fue secretario general del Partido Comunista Portugués (PCP) entre 1961 y 1992, la figura más influyente de la historia del partido.

John Catalinotto ha participado activamente en la política antiimperialista desde la crisis de los misiles en 1962. De 1967 a 1970 fue el organizador político para el Workers World Party en el personal del American Servicemen’s Union. Desde 1982 es el director de Workers World, la última revista procommunista que se sigue publicando en papel en Estados Unidos. Fue coorganizador del Tribunal de Crímenes de Guerra en Yugoslavia celebrado en Nueva York en junio de 2000 y del Tribunal de Crímenes de Guerra en Iraq celebrado en Nueva York en 2004, ambos con el International Action Center, una organización estadounidense fundada por el activista en favor de los derechos humanos Ramsey Clark. Antes de Turn the Guns Around había editado y colaborado en dos libros, Metal of Dishonor (sobre el uranio empobrecido) y Hidden Agenda: the U.S.-NATO Takeover of Yugoslavia.

 

Fuente: http://www.investigaction.net/en/turn-the-guns-around-interview-with-john-catalinotto-part-2/