Estados Unidos cuenta con al menos 13 centros de detención secretos en diversos puntos del mundo en el marco de su «guerra contra el terrorismo», centros que forman parte de un «sistema carcelario secreto, al margen de cualquier control adecuado, responsabilidad o sometimiento a la ley», y en el que «la detención inapropiada y los […]
Estados Unidos cuenta con al menos 13 centros de detención secretos en diversos puntos del mundo en el marco de su «guerra contra el terrorismo», centros que forman parte de un «sistema carcelario secreto, al margen de cualquier control adecuado, responsabilidad o sometimiento a la ley», y en el que «la detención inapropiada y los abusos no son sólo posibles, sino inevitables», según denuncia la organización no gubernamental Human Rights First en su informe titulado ‘Poner fin a los detenciones secretas’, publicado ayer en su página de Internet.
Según la organización (cuyo nombre era, hasta fechas recientes, Comité de Abogados por los Derechos Humanos y que opera fundamentalmente en Estados Unidos), aparte de la lista de centros de detención conocidos, como la base de Guantánamo (Cuba), la base aérea de Bagram (Afganistán) o el centro de detención de Abu Ghraib (al oeste de Bagdad), Washington cuenta con otros lugares de detención no reconocidos en Afganistán, Irak, Pakistán o Jordania y en barcos de la Armada amarrados en las aguas de Estados Unidos.
«Los abusos de la bahía de Guantánamo o Abu Ghraib no pueden verse como casos aislados», afirma la directora del Programa de Ley y Seguridad de Human Rights First, Deborah Pearlstein. «El Gobierno de Estados Unidos mantiene a los prisioneros en un sistema carcelario secreto de prisiones al margen de cualquier control adecuado, de cualquier responsabilidad y de cualquier sometimiento a la ley», añadió, citada en el informe de la organización.
El informe cita hasta 17 centros de detención oficialmente reconocidos por el Gobierno, 13 de ellos en Irak, dos en Afganistán, uno en Charleston (Carolina del Sur, en el sureste de Estados Unidos) y el de Guantánamo.
Aparte, el informe da cuenta de otros 13 centros «sospechosos» cuya existencia no ha sido reconocida oficialmente pero que, según la organización, está confirmada por múltiples fuentes. Siete de estos centros se encuentran en Afganistán: Asadabad, Kabul, Jalalabad, Gardez, Jost, un centro de interrogatorios de la CIA en Bagram y otro similar en Kabul, conocido como ‘The Pit’ (‘El Hoyo’ en castellano).
Otros dos centros «sospechosos» se encuentran en Pakistán (Kohat, cerca de la frontera afgana, y Alizai), uno en la isla británica de Diego García, en el océano Indico (un centro que ha sido negado reiteradamente por Estados Unidos y por Reino Unido), otro en Jordania (un centro de interrogatorios de la CIA) y dos en los barcos militares estadounidenses USS Bataan y USS Peleiu.
Según la organización, en estos centros «la detención inapropiada y los abusos no son sólo posibles, sino inevitables», por lo que pide a la Administración del presidente George W. Bush que permita al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el «acceso inmediato» a estos centros, tal como establecen las obligaciones contraídas por Estados Unidos en virtud del derecho internacional humanitario.