Al reducir a unas «preocupaciones no significativas» las amenazas e intimidaciones manifestadas contra el Consulado de Venezuela en Miami, el Departamento de Estado ha reconocido que se encuentra impotente contra los círculos terroristas cubano-venezolanos de Miami, patrocinados por la CIA y protegidos por el FBI. Coincidencia significativa. Mientras en Washington un portavoz del Departamento de […]
Al reducir a unas «preocupaciones no significativas» las amenazas e intimidaciones manifestadas contra el Consulado de Venezuela en Miami, el Departamento de Estado ha reconocido que se encuentra impotente contra los círculos terroristas cubano-venezolanos de Miami, patrocinados por la CIA y protegidos por el FBI.
Coincidencia significativa. Mientras en Washington un portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, reconocía que sus servicios habían tenido conocimiento, en diciembre, de «preocupaciones» del consulado venezolano de Miami en relación con la campaña de calumnias desencadenada, en los medios locales, contra Venezuela, Cuba e Irán, en esta misma ciudad la ex presidenta de Panamá se reunía en Radio Mambi, «en vivo», con el terrorista Luis Posada Cariles y sus cómplices que indultó.
La operación sucia manejada desde meses por el ex funcionario Roger Noriega y la congresista Ileana Ros-Lehtinen – elegida con una campaña a favor del terrorista Orlando Bosch y que encabeza hoy el comité de apoyo a Luis Posada – agita desde semanas los círculos cubanoamericanos y venezolanos que multiplican las manifestaciones de odio contra Venezuela, con la complacencia de los medias.
El portavoz Max Toner informó a la prensa acreditada a la Casa Blanca que Estados Unidos «prestó ayuda» al consulado ante lo que llamó «preocupaciones menores de seguridad» que calificó de «no significativas». Con la clara intención de reducir la importancia del caso, añadió que «preocupaciones de seguridad» no son iguales a «amenazas».
Estas últimas deben ser reportadas, pretendió, «a la oficina de seguridad diplomática del Departamento de Estado, que trabaja con las agencias de seguridad, para tomar los pasos adecuados».
Estas «agencias de seguridad» son sin dudas la CIA quién estableció en Miami, años atrás, un criadero de terroristas que sigue activado, y el FBI cuyos oficiales se dedican a apadrinar la comunidad de terroristas prófugos de todo el continente y a protegerlos de sus enemigos.
Y donde connotados terroristas y una presidenta que les indultó, pueden abiertamente fraternizar en una estación de radio que estimula desde siempre el terrorismo. LA MAFIA CUBANO-AMERICANA
La estrecha vinculación de los elementos violentos de la red «antichavista», estos mismos que provocaron incidentes frente al consulado venezolano, con los numerosos grupos cubanoamericanos asociados al terrorismo, no es un secreto por nadie en la metrópoli del sur de la Florida.
La presencia en esta ciudad de varios prófugos de la justicia venezolana, reclamados por actos terroristas, entre los cuales el ex militar José Colina y Raúl Díaz, autores de atentados contra representaciones diplomáticas en Caracas, la autoriza el propio Departamento de Estado. Como autoriza la presencia de media docena de individuos vinculados al cobarde asesinato del Fiscal venezolano Danilo Anderson.
El 6 de abril del 2004, el Sun-Sentinel revelaba la existencia de un campo de entrenamiento, a poca distancia de Miami, del grupo terrorista Comandos F-4 de Miami, donde decenas de individuos se preparaban para realizar acciones terroristas. El reportero del diario se dirigió entonces al FBI para saber porque la policía federal no se interesaba a esta actividad altamente ilegal y peligrosa de connotados delincuentes.
Judy Orihuela, la portavoz del FBI, contestó entonces, textualmente: «Los comandos terroristas cubano-americanos no constituyen una prioridad para la policía federal en la Florida del Sur».
El 29 de enero del 2003, en un artículo titulado Miami’s Little Havana Finds New Foe in Venezuela Leader (La pequeña Habana de Miami encuentra un nuevo enemigo en el líder de Venezuela), publicado por The Wall Street Journal, aparecía ilustrado el colmo de la criminal inercia del FBI.
Ese día, el diario de la comunidad financiera estadounidense describía cómo, en Miami, Frómeta, jefe de los Comandos F-4, podía darse el lujo de anunciar impunemente, junto al capitán golpista venezolano Luis Eduardo García, la creación de una alianza cívico-militar que se propone «derrocar a los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez». Comandos F-4 es solo una de las organizaciones con pasado terrorista toleradas en Miami, donde poseen locales y personal permanente. Todas son regularmente visitadas por venezolanos extremistas que incluso se manifiestan en sus asambleas.
En la ciudad de la congresista Ileana Ros-Lehtinen que se hizo elegir haciendo campaña a favor del terrorista Orlando Bosch y que preside el comité de apoyo a Luis Posada Carriles, no hay para sorprenderse. En Washington, se conoce además como el propio presidente Obama se comprometió públicamente al participar en eventos convocados por la Fundación Nacional Cubano Americana que financió operaciones de Posada contra Cuba, en sus campañas de recolección de fondos en la Florida. Y que se exhibió al lado de su jefe, José «Pepe» Hernández, cómplice de sus actividades.
Después del cierre del consulado por Caracas, sigue la mafia cubano-venezolana con sus manifestaciones de agresividad y sus provocaciones, irónicamente bajo el pretexto de oponerse a esta decisión que generaron. Y en primera fila de estas «protestas» aparecen estos mismos individuos que generaron unos cuantos complots de magnicidio que fracasaron, y que siguen soñando, día y noche, de atentar contra la Revolución bolivariana del Presidente Hugo Chávez. Con el apoyo de ex funcionarios del propio Departamento de Estado, tales como los golpistas Otto Reich y Roger Noriega, ambos asociados a la llamada «comunidad de inteligencia»..
Irónicamente, el Departamento de Estado es quién redacta la infame lista de «países patrocinadores del terrorismo» con la cual denigra a las naciones que se niegan a arrodillarse frente al poder imperial.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.