Ruanda vuelve a recordar hoy el brutal genocidio de 1994. Más de 800.000 personas fueron brutalmente masacradas a partir del 7 de abril de 1994, un día después de que el avión que transportaba a los presidentes de Ruanda y Burundi fuera derribado por un misil cuando estaba a punto de aterrizar en Kigali, la […]
Ruanda vuelve a recordar hoy el brutal genocidio de 1994. Más de 800.000 personas fueron brutalmente masacradas a partir del 7 de abril de 1994, un día después de que el avión que transportaba a los presidentes de Ruanda y Burundi fuera derribado por un misil cuando estaba a punto de aterrizar en Kigali, la capital ruandesa. En un mensaje con motivo del aniversario de esa masacre, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, instó hoy a no olvidar nunca el genocidio cometido en Ruanda hace trece años y subrayó que la comunidad internacional debe continuar trabajando para prevenir otro genocidio.
«Hoy nuestros pensamientos están con las víctimas, más de 800.000 personas inocentes que perdieron la vida con aterradora rapidez», declaró Ban, quien se dirigió, además, a los sobrevivientes, y aludió a su fortaleza, que continúa inspirando al mundo.
Con motivo del aniversario del genocidio, esta tarde, el titular de la ONU se reunirá con el representante permanente de Ruanda ante las Naciones Unidas para entregarle una copia de su mensaje, informó Naciones Unidas, cuya Asamblea General ha declarado el 7 de abril «Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de Ruanda».
Según cálculos conservadores, 800.000 personas fueron brutalmente masacradas a partir del 7 de abril de 1994, un día después de que el avión que transportaba a los presidentes de Rwanda y Burundi fuera derribado por un misil cuando estaba a punto de aterrizar en Kigali, la capital ruandesa.
Mientras tanto, ha crecido el temor a nueva violencia étnica, después de que recientemente se diese a conocer que 20 supervivientes del genocidio de 1994 en Ruanda, testigos en el proceso judicial sobre el caso, han sido asesinados durante los últimos dos años. Los asesinatos ya han provocado otros en actos de venganza y los activistas de defensa de los derechos humanos temen que la tensión étnica pueda volver a establecerse en Ruanda.
Según un informe de «Human Rights Watch», publicado el pasado mes de enero y bajo el título «Asesinatos en el Este de Ruanda», se documentan dos incidentes de finales de noviembre de 2006 en el que 13 personas fueron asesinadas. El 19 de noviembre, el superviviente del genocidio Frederic Murasira fue asesinado en Mugatwa, en el este del país. A las pocas horas, residentes de una aldea cercana habitada por supervivientes del genocidio mataron a ocho residentes de Mugatwa que aparentemente no habían participado en el asesinato.
Representantes del gobierno de Ruanda han declarado que 16 supervivientes del genocidio fueron asesinados en 2005 y siete en 2006, pero los grupos de supervivientes estiman que las cifran se sitúan alrededor de los 20 muertos al año en los últimos años.
Por su parte, el pasado mes de noviembre, el gobierno de Ruanda llamó a su embajador en Francia y rompió sus relaciones diplomáticas con París después de que la justicia francesa emitiese órdenes internacionales de arresto contra nueve asesores del presidente ruandés, Paul Kagame, por asesinato o complicidad en la muerte del anterior jefe de Estado de Ruanda, Juvenal Habyarimana, que precedió al genocidio.
Como jefe de Estado, Kagame es inmune a la orden de arresto, pero Francia demanda que sea llevado ante el Tribunal Criminal Internacional para Ruanda, basado en Tanzania, y donde han sido procesados anteriores oficiales del ejército, políticos y religiosos acusados de colaborar en el genocidio ruandés. Desde su establecimiento en 1994, el tribunal ha juzgado a 31 sospechosos, condenado a 26 y absolviendo a 5.