En una iniciativa sin precedentes en el mundo árabo-musulmán, ex-presos políticos marroquíes denuncian en la televisión pública y en horario de máxima audiencia la represión sufrida y las violaciones de derechos humanos en un proceso abierto a partir de la creación de Instancia Equidad y Reconciliación un organismo de carácter extra-judicial creado por Mohamed VI […]
En una iniciativa sin precedentes en el mundo árabo-musulmán, ex-presos políticos marroquíes denuncian en la televisión pública y en horario de máxima audiencia la represión sufrida y las violaciones de derechos humanos en un proceso abierto a partir de la creación de Instancia Equidad y Reconciliación un organismo de carácter extra-judicial creado por Mohamed VI para establecer la verdad sobre la represión política durante el reinado de su padre Hassan II. Para los saharauis esta instancia marroquí no tiene la debida competencia para tratar con imparcialidad los expedientes de las graves violaciones de Derechos Humanos cometidas en el Sáhara Occidental.
Cuatro ex presos políticos y varios familiares comenzaron el 22 de diciembre a relatar en directo por las dos cadenas de televisión públicas las torturas y vejaciones que sufrieron durante el reinado de Hassan II. Estas confesiones públicas están organizadas por la Instancia de Equidad y Reconciliación (IER), un organismo creado por Mohamed VI con el fin de establecer la verdad sobre la represión en el reinado de su padre, resarcir a las víctimas y fomentar la reconciliación. Así, a lo largo de seis semanas unos 200 ex presos políticos se dirigirán al país en horario de máxima audiencia para denunciar los abusos que sufrieron.
Alrededor de 200 audiciones sobre violaciones de derechos humanos desde 1956, fecha de la independencia del país, serán organizadas en varias ciudades marroquíes, incluso en el territorio del Sahara Occidental. Además de las audiciones individuales, la IER organizará otras sobre temas de las violaciones de los derechos en El Rif en 1958, la represión de la oposición socialista en 1973, las violaciones realizadas a partir de la ocupación del Sahara Occidental, la tortura, la detención secreta, los desaparecidos, el exilio, las huelgas y manifestaciones sociales.
Uno de los objetivos de la IER, formada por representantes de organizaciones de derechos humanos, partidos, antiguos detenidos políticos y otras personalidades, es estudiar las demandas de indemnización de las víctimas. La IER ha recibido 22.272 demandas de indemnización y tras ser examinadas ha aceptado 16.000, más del 20 por ciento de ellas entregadas por saharauis.
Los elegidos por la «Instancia Equidad y Reconciliación» podrán denunciar con libertad, pero no dar los nombres de sus torturadores, por tanto, se conocerá la verdad pero sin depurar responsabilidades. Amnistía Internacional quiere llegar más lejos y exige que el trabajo de la IER vaya acompañado de la apertura de los correspondientes procesos judiciales contra los responsables de aquellas violaciones, básicamente funcionarios de la Policía, el Ejército y la Gendarmería Real.
Esa primera audiencia, seguida de una decena por todo el país, se celebró en Rabat con media docena de víctimas. «Tendrán absoluta libertad para denunciar los hechos siempre que no den nombres y apellidos. Podrán expresarse en el idioma que deseen, árabe, bereber, francés o español». Entre las ciudades en las que se celebrarán las siguientes audiencias se encuentran Tetuán y Alhucemas, ciudades del que fue protectorado español hasta 1956, y Esmara, en el Sahara Occidental, colonia española hasta 1975.
Para Rachid Chrii «la naturaleza misma de esta instancia lejos ser un instrumento de reconciliación, constituye un nuevo medio de chantaje frente a las víctimas de la represión para imponer el tratamiento «extrajudicial» de los torturadores y enterrar la verdad. Se institucionaliza así la impunidad». Para el Colectivo de los saharauis defensores de los Derechos Humanos en el «territorio del Sáhara Occidental bajo control marroquí» los resultados de las investigaciones de esta instancia «Equidad y Reconciliación» ciertamente «estarán influenciadas por las presiones y las consideraciones de las distintas tomas de posición oficiales marroquíes en lo que respecta al conflicto político-militar»; por eso, aseguran, «esta instancia marroquí no tiene la debida competencia para tratar con imparcialidad los expedientes de estas graves violaciones de Derechos Humanos cometidas en el Sáhara Occidental».
Ex presos políticos marroquíes cuentan sus torturas en televisión
Las audiciones del día 22 de diciembre pertenecen a antiguos secuestrados socialistas, una madre de un detenido político, un hijo de un militante y un antiguo secuestrado saharaui. Ellos han narrado las horribles condiciones en las que fueron arrestados y cómo fueron recluidos en varios centros de detención secretos, donde murieron varios reclusos. El Ghali Bara, por ejemplo, de 62 años, fue detenido en «horribles» condiciones junto con miembros de su familia en enero de 1976 en la zona limítrofe del territorio del Sahara Occidental y mantenido preso en secreto hasta 1991. Su padre y su hijo murieron en cautiverio, así como decenas de presos saharauis.
Chari El Hú, de 61 años, fue secuestrado en 1973, junto con 13 militantes socialistas, y recluidos en un centro secreto en las montañas del Atlas, en el centro del país, hasta su liberación en 1977. Siete detenidos murieron en este centro a causa de la tortura y las malas condiciones de cautividad, según El Hú. Rachid Manuzi, de 53 años, fue secuestrado, junto con varios miembros de su familia, en 1970 y pasó tres meses en una comisaríaa secreta, donde fue torturado. El hermano de Rachid, ul militante sindicalista, fue secuestrado en Túnez y murió en cautiverio, según este testimonio.
La madre del detenido político Hasán Semlali, Fatima Ait Tayer, habló en su testimonio de la opresión policial contra las familias de los militantes detenidos. Yamal Amezian, hijo del militante detenido en 1959 en El Rif (norte de Marruecos) Selam Amezián, dio su testimonio sobre la vida de su familia, que fue víctima de detención en un centro militar.
Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian que en Marruecos, sobre todo en el centro de detención de Temara, junto a la capital, se siguen llevando a cabo detenciones arbitrarias, encarcelamientos extrajudiciales y torturas. Pero estos abusos no serán abordados por la IER, «que tiene el mandato concreto de limitarse a las violaciones cometidas entre 1956 y 1999, aunque en sus recomendaciones finales pueda aparecer el centro de detención de Temara, que es extrajudicial pero no secreto, pues todos sabemos de su existencia».