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31 de julio, Día Internacional de la Mujer Africana: resistencia, poder y pensamiento desde el sur global

Fuentes: Rebelión [Imagen: en el Centro Internacional de Durban (Sudáfrica), Foto tomado al Mural We Do Tourism. (2019) [2]

El 31 de julio de cada año se conmemora el Día Internacional de la Mujer Africana, estamos honrando 63 años de organización feminista africana continental; una fecha de profunda carga histórica y simbólica que recuerda la Primera Conferencia de Mujeres Africanas, celebrada en Dar es Salaam (Tanzania) en 1962. Allí, mujeres de 14 países africanos recién independizados se congregaron para dar forma a una plataforma de lucha común contra el colonialismo, el racismo, el patriarcado, la pobreza estructural y el imperialismo. Esta fecha no solo celebra los logros de las mujeres africanas, sino que también reconoce sus luchas cotidianas, sus liderazgos comunitarios y su papel vital en los procesos de liberación de los pueblos africanos y afrodescendientes.

En la actualidad, esta conmemoración cobra especial relevancia para quienes construimos pensamiento situado, desde un Sur Global que se rehúsa a seguir mirando a África con los ojos del colonialismo, el saqueo, la negación, la victimización.  Como lo afirmó el comandante Hugo Chávez, África es nuestro continente Madre, y con esa conciencia se nos abre la posibilidad de una ruptura epistémica: pensar con África, desde África, para África y la diáspora dela cual formo parte como mujer afrovenezolana y afrolatinoamericana.

Más allá del silencio: visibilizar el liderazgo político de las mujeres africanas.

La historiografía dominante concebida por perspectivas del Norte Globalha estructurado la negacióndel papel de las mujeres africanas en la vida política. Sin embargo, en el presente, mujeres en todo el continente africano están desafiando estructuras coloniales, patriarcales y neoliberales, reivindicando su lugar como protagonistas de cambio.

Sudáfrica, por ejemplo, constituye un caso emblemático de liderazgo político femenino. Mujeres como Phumzile Mlambo-Ngcuka, expresidenta del Parlamento y exdirectora ejecutiva de ONU Mujeres, o Naledi Pandor, ex ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación, actual presidenta de la Fundación Nelson Mandela, defensora incansable de la causa palestina y saharaui, ilustran cómo el liderazgo femenino sudafricano se articula en escenarios nacionales e internacionales, en clave de justicia social, en sus propios términos y memoria.

También, Namibia irrumpe con fuerza en el mapa del liderazgo feminista africano: en 2025, Netumbo Nandi-Ndaitwahasumió como la primera presidenta mujer del país, un hecho que representa una ruptura histórica con el patriarcado político del continente. Su llegada al poder simboliza una transición en curso hacia modelos más inclusivos, plurales y profundamente anclados en la justicia de género.

Estadísticas (desde una mirada crítica): la representación política de la mujer africana.

Según datos del Banco Mundial y la Unión Interparlamentaria (UIP), África registra algunos de los mayores porcentajes de representación femenina en parlamentos a nivel mundial, aunque esta cifra varía ampliamente entre países. A continuación, algunas estadísticas referenciales (2024):

– Ruanda encabeza la lista global con un 61% de mujeres en su Parlamento. Sin embargo, desde el punto de vista geopolítico de la región este país forma parte del entramado de una de las guerras mas sangrientas y saqueadoras de la República Democrática del Congo; por donde entran los mercenarios, armas y desestabilización y violencia.

– Sudáfrica mantiene una representación parlamentaria femenina superior al 45%. Sin embargo, existen indicadores alarmantes sobre la violencia hacia la mujer y es el país mas desigual del mundo desde el uso del indicador del norte global del índice Gini.

– Senegal, Namibia, Mozambique y Etiopía superan el 35%.

El promedio continental de la presencia de mujeres parlamentariases de 26%, por encima de Asia y el Medio Oriente, pero aún por debajo de la paridad.

Pero no basta con la representación numérica si no va acompañada de un cambio en las estructuras patriarcales y coloniales del poder. Muchas de estas mujeres enfrentan condiciones precarias, violencia simbólica, y deben negociar constantemente entre agendas comunitarias y marcos institucionales patriarcalizados.

Contra la historia única: pensar el liderazgo femenino africano desde África

Como señala Chimamanda Ngozi Adichie[3] en su conferencia “El peligro de la historia única”, el poder de contar historias implica también el poder de silenciar otras. Es precisamente contra esa lógica de silenciamiento que emergen los feminismos africanos: no como una réplica del feminismo blanco, burgués o liberal, sino como una propuesta radicalmente distinta, situada y colectiva que coloca nuevos ingredientes a la salsa. Todo esto pone en perspectiva que la lucha hoy de las africanas en sus territorios no solo está dándose dentro de lo que occidente nos ha construido de la política, sino en los otros lugares de enunciación local, comunitario, familiar, fraternal, de esa otra ‘humana humanidad”.

Desde el pensamiento de autoras como Amina Mama[4] (Nigeria), Shireen Hassim[5] (Sudáfrica), Oyèrónké Oyèwùmi[6](Nigeria) y muchas otras, los feminismos africanos han denunciado que la categoría de «patriarcado» muchas veces no alcanza para explicar las formas múltiples de opresión que sufren las mujeres africanas: aquellas que están atravesadas también por la colonialidad, la raza, la clase, la tierra y los procesos comunitarios.

Como recuerda Hassim en sus estudios sobre Sudáfrica post-apartheid, las mujeres negras resistieron desde los márgenes no reconocidos por la teoría liberal de género: su feminismo se gestó en las luchas por el agua, la tierra, la vivienda, por la crianza colectiva, por el derecho a la memoria. En esa línea, el feminismo africano y con él, los feminismos afrodiaspóricos, decoloniales, comunitarios nos invitan a ampliar los límites de lo que entendemos por lucha política y acción feminista.

Reparación y justicia histórica: 2025, año de la diáspora africana

Este año 2025 ha sido declarado por la Unión Africana como el “Año de Justicia para los africanos, las africanasy los afrodescendientes mediante Reparaciones”, un hito que conecta directamente con los procesos históricos de resistencia de las mujeres africanas. Este reconocimiento reafirma que no se puede hablar de justicia sin abordar los legados del colonialismo, la trata esclavista, la expoliación de los recursos y la violencia estructural capitalista todo ello con un impacto particular sobre los cuerpos racializados y feminizados.

Desde esta perspectiva, el Día Internacional de la Mujer Africana también interpela a América Latina y el Caribe: a nuestras mujeres negras, cimarronas, afrolatinoamericanas y afrocaribeñas. Es un llamado a la construcción de alianzas desde el Sur, a la reciprocidad entre saberes, luchas y procesos emancipadores.

Una celebración política y epistémica

Celebrar el Día Internacional de la Mujer Africana es, entonces, un acto político, una forma de desobediencia epistémica. Es desafiar el orden internacional racista, patriarcal y capitalista que pretende reducir a África a un continente de carencias y a sus mujeres a meras víctimas de la violencia: que produce la guerra fraguada por los grandes capitales europeos y estadounidenses, ydel Estadoque no acierta a suprimir la estructura de exclusión.

Como plantean autores africanos como Cheikh Anta Diop, Frantz Fanon, Mbuyi Kabunda o SibaGrovogui, se trata de reconfigurar la mirada internacional sobre África, posicionándola como sujeto político, como espacio de pensamiento y como centro de saberes propios. Las mujeres africanas no son el margen de la historia: son autoras de su tiempo, constructoras de paz, líderes comunitarias, guerreras del conocimiento, científicas y puedo atreverme a decir desde lo transmoderno, son las protagonistas exitosas del verdadero cambio por la nueva humanidad.

Hacia una genealogía feminista afrocentrada

Frente al peligro de la historia única, proponemos una genealogía feminista afrocentrada. Pensar con África implica reconocer que hay muchas maneras de ser mujer, de liderar, de resistir y de transformar. Este 31 de julio no solo celebramos, sino que tejemos puentes, descolonizamos la mirada, y acompañamos los procesos de lucha de nuestras hermanas africanas.

Porque su lucha es nuestra y su historia también.

Notas:

[2] Hecho por un grupo de artistas locales de Durban (Sudáfrica): Mook Lion, Kev Seven, Sphephelo Mnguni y Sheldon Windrim con la colaboración de los fotográfos Samora Chapman y Kevin Goss-Ross, quienes son especialistas en capturar retratos de personas locales.

[3] Es una novelista, ensayista y feminista critica africana. Nació en Nigeria y efectuó estudios universitarios en los Estados Unidos, que impactaron en su lugar de enunciación, en su forma de auto reconocerse no solo desde el punto de vista occidental de la compresión étnica (pertenece al pueblo igbo.) sino de lo que significa ser africana y al mismo tiempo nigeriana. Nació el 15 de septiembre de 1977. Creció dentro del campus de Nigeria. Dentro de su producción literaria destacan: Notes on Grief (Notas sobre el duelo, 2021), Querida Ijeawele: Cómo educar en el feminismo (2017), Todos debemos ser feministas, Americanah (2013) y la colección de relatos breves, titulada The Thing Around Your Neck (2009), Purple Hibiscus (La flor púrpura, 2003). Sus redes sociales: Instagram: @chimamanda_adichie, Twitter: @ChimamandaReal, Facebook: Chimamanda Ngozi Adichie. 

[4] Es activista e investigadora. Tiene más de 30 años de experiencia trabajando con movimientos de mujeres y enseñando estudios feministas en campus universitarios de África, Europa y Estados Unidos. Entre sus principales publicaciones se encuentran Beyond the Masks: Race, Gender and Subjectivity (Routledge, 1995), Women’s Studies and Studies of Women inAfrica (CODESRIA Green Book, 1996) y Engendering African Social Sciences (coeditado, CODESRIA, 1997). Hasta el 2021, fue editora fundadora de la revista africana de estudios de género Feminist Africa. Ella y Yaba Badoe coprodujeron el documental de 50 minutos ‘Las brujas de Gambaga’ en 2010.

[5] Investigadora y profesora visitante en el Instituto de Investigación Social y Económica (WISER) de la Universidad de Witwarersrand (WITS) en Johanburgo. Actualmente ocupa la Cátedra de Investigación Canadá en Género y Política Africana en la Universidad de Carleton en Ottowa. Es coeditora de numerosos libros y autora de Women’s Organizations and Democracy in South Africa: Contesting Authority (2006), que ganó el Premio Victoria Shuck de la Asociación Americana de Ciencias Políticas de 2007 al mejor libro sobre mujeres y política. Tomado de: https://wiser.wits.ac.za/people/shireen-hassim

[6] Académica, investigadora y feminista africana. Un referente del pensamiento situado feminista africano y decolonial. Su docencia universitaria ha estado enmarcada en la sociología, los asuntos de género, y estudios africanos desde la Universidad de Stony Brook. Una de sus principales obras es la Invención de las Mujeres: Una perspectiva africana sobre los discursos occidentales del género’ (Virus, 2023).

Yasmín Corrales González es Magíster en Estudios Latinoamericanos. Investigadora de feminismos africanos, cursante de la Maestría en Estudios y Saberes Instituto de Investigaciones Estratégicas y su Diáspora (Centro de Saberes Africanos Americanos y Caribeños). Miembro del proyecto de investigación independiente África Cuenta y Canta.  Correo electrónico: [email protected]

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