Sonrientes hace dos semanas por haber salidos ilesos de la justicia de Zimbabwe, 61 mercenarios africanos se enfrentan con menos suerte al Tribunal Supremo de Justicia de Sudáfrica, que los acusan de presuntos delitos de estado. En efecto, llegaron a la ciudad sudafricana de Pretoria el 15 de este mes procedentes de Harare, Zimbabwe, donde […]
Sonrientes hace dos semanas por haber salidos ilesos de la justicia de Zimbabwe, 61 mercenarios africanos se enfrentan con menos suerte al Tribunal Supremo de Justicia de Sudáfrica, que los acusan de presuntos delitos de estado.
En efecto, llegaron a la ciudad sudafricana de Pretoria el 15 de este mes procedentes de Harare, Zimbabwe, donde quedaron exonerados de cargos, pero con la condición de ser transferidos a Africa del Sur para enfrentar una investigación judicial.
Los implicados deben ahora también someterse a la justicia de Africa del Sur, la que ya mostró que tiene prueba suficiente para condenarlos por sus actividades mercenarias.El grupo forma parte de un total de 72 personas apresados el 7 de marzo del 2004 en el aeropuerto de Harare, Zimbabwe, donde hicieron una escala técnica hacia Guinea Ecuatorial donde debían dar un golpe de estado contra el presidente Teodoro Obiang Enquema.
Fuentes judiciales dijeron que los ex militares, la mayoría de ellos de nacionalidad sudafricana, entre los que hay angolanos, congoleses, namibios y zimbabwenses, violaron la ley de regulación de Asistencia Militar Extranjera.También serán juzgados, añadieron, por ejercer desde territorio de Africa del Sur actividades preparatorias encaminadas al derribo de un gobierno amigo.
El juez sudafricano Anthony Kent indicó que las sanciones previstas en su país por hechos de ese tipo oscilan desde multas de 400 dólares hasta penas de cinco y 20 años de cárcel.Puntualizó que los 61 reos, son acusados de planear acciones concretas contra un gobierno, intentos de secuestros y portar armas en territorio extranjero y violación de las leyes de inmigración.
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Las autoridades zimbabwenses procesaron a varios de ellos que fueron sancionados a tres y cuatro años de cárcel por violar las leyes de inmigración y portar armas de fuego sin autorización.
<>Gracias al trabajo del Servicio Militar de Inteligencia de Sudáfrica, Angola y Zimbabwe se logró abortar la operación que tenía también el objetivo de desestabilizar el gobierno del presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila.Un día después de este hecho, fueron detenidos en Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, otros 20 mercenarios que esperaban a un contingente de hombres armados del exterior para ejecutar la acción contra el presidente Obiang<>.
Para los expertos, la gestión empresarial de reclutar a ex militares para labores de seguridad o desestabilizadores en países en guerra llegó para quedarse en Africa. Añadieron que todo parece indicar que esta actividad se extenderá a otros países africanos, con perspectivas de ampliar su espectro a profesionales civiles<>.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Central de Sudáfrica, uno de cada diez occidentales armados en Africa es un mercenario que cobra hasta mil dólares por día por custodiar a funcionarios o hacer la guerra sucia.Indica que decenas de estos personajes mueren con frecuencia, no solo en Africa, sino en otros lugares como Iraq y Afganistán, pero que son bajas que no cuentan<>.
La fuente revela que de manera subterránea en Africa, existen más de 43 empresas operando en distintos países de esta geografía, casi sin control. Los custodios de muchas de esas instalaciones suelen ser mercenarios de varios países, ex comandos que cobran altísimos sueldos y que nadie controla.