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66 años de la tragedia de los «Deportados» (Video)

Fuentes: The Huffington Post

El martes 28 de enero se cumplieron 66 años del accidente aéreo sobre el Cañón del Gato (Gato Canyon), cerca de Coalinga, en el condado de Fresno, California, y en el cual fallecieron las 32 personas a bordo. De ellos, 28 eran jornaleros agrícolas (27 hombres y una mujer) que eran enviados a la frontera […]

El martes 28 de enero se cumplieron 66 años del accidente aéreo sobre el Cañón del Gato (Gato Canyon), cerca de Coalinga, en el condado de Fresno, California, y en el cual fallecieron las 32 personas a bordo. De ellos, 28 eran jornaleros agrícolas (27 hombres y una mujer) que eran enviados a la frontera con México por las autoridades migratorias. O sea, los estaban deportando.

Aparentemente, eran «Braceros», es decir, de esos cientos de miles de trabajadores temporales que entre 1942 y 1964 Estados Unidos contrató de México debido a la expansión de la economía de guerra. Debido al acuerdo bilateral, los Braceros debían regresarse al terminar la temporada laboral. Si los agricultores no cumplían su parte del acuerdo de pagar por el viaje de regreso, el gobierno podía  hacerlo.

Se desconoce si eran deportados o simplemente trasladados de regreso –pero de ser así, ¿por qué en avión?

Este hecho es para la curiosidad de los historiadores. Lo importante es que una poesía le dio al accidente, y a sus víctimas, una dimensión inusual.

Ocurre que después del accidente – aquel 28 de enero de 1948 – solo 12 de los 28 jornaleros fueron identificados. Y la mayoría de los medios de comunicación solo se referían a ellos como «los deportados». Esta actitud molestó al poeta y músico de country Woody Guthrie (1912-1967), una de las leyendas musicales de Estados Unidos. Y expresó su sentimiento y opinión en un memorable poema, conocido popularmente como «Los Deportados», aunque el título original es «Plane Wreck at Los Gatos» (Deportees). En él, Guthrie les puso nombre simbólico a los muertos:

Adiós a mi Juan,
Adiós Rosalita.
Adiós mis amigos, Jesús y María;
Ustedes no tendrán sus nombres cuando vuelen en el gran avión,
Lo único que les llamarán es «deportados».

Guthrie no solo rinde honor a los fallecidos, sino que se queja del trato que se les da a los trabajadores del campo, algunos de ellos encargados de destruir frutas y legumbres para que los precios aumenten y los agricultores ganen más dinero.

El poema fue musicalizado por un maestro de escuela, Martin Hoffman. Pero la canción se hizo popular después gracias a otra leyenda de la música country y folk: Pete Seeger, quien hizo de esa canción una de sus favoritas en sus giras por el país.

Seeger falleció este 27 de enero a los 94 años.

Existen numerosas versiones de la canción. Hace dos años, dos artistas de Fresno, el escritor Tim Hernández y el músico Lance Canales, se dieron a la tarea de darle nombre a «los deportados» y escribirlos sobre las lápidas anónimas de las 28 tumbas ubicadas en el cementerio de la Cruz Sagrada, en Fresno.

Finalmente lograron el objetivo y, con la colaboración de varias organizaciones e individuos, reunieron fondos para una lápida común con los nombres de todos ellos –incluyendo el de los tripulantes y el agente de inmigración, que fue inaugurada el 2 de septiembre de 2013.

Este año, y para conmemorar el 66 aniversario, Lance Canales recreó la canción de Guthrie con la voz de Hernández nombrando a los 28 «deportados», en un tono de blues rítmico. Y en base a esta canción, se produjo un video maravillosamente ilustrado, que ofrece al público la historia única que hermana personas que nunca se conocieron entre sí, espacios geográficos distantes, realidades de clase sociales disimiles.

Un poema destacó la vida y la muerte anónima de 28 jornaleros mexicanos sobre el cielo californiano. Ese mismo poema, en forma de canción, recorrió espacios y tiempos dispersos, hasta que otra vez, en California, se pudo rescatar los nombres de los fallecidos. Todo por un poema/canción. Todo sintetizado en un video (https://www.youtube.com/watch?v=CeCstLTB0EI&hd=1).

Son 66 años y miles de millas en solo unos minutos. Es cuando nos damos cuenta que el arte es parte de nosotros, aunque a veces no lo sepamos.

Fuente: http://voces.huffingtonpost.com/eduardo-stanley/mercado-de-ideas-a-66-ano_b_4690541.html?utm_hp_ref=voces