La violencia sexual en la República Democrática del Congo (RDC) no es casual. Si no cambiamos las reglas sociales de la mayor parte del mundo, la violencia contra las mujeres podría repetirse en caso de crisis. Después del conflicto, urge volver a construir el futuro. ACNUR Euskal Batzordea apuesta por apoyar los derechos de las […]
La violencia sexual en la República Democrática del Congo (RDC) no es casual. Si no cambiamos las reglas sociales de la mayor parte del mundo, la violencia contra las mujeres podría repetirse en caso de crisis. Después del conflicto, urge volver a construir el futuro. ACNUR Euskal Batzordea apuesta por apoyar los derechos de las mujeres que regresan a sus casas después del conflicto. La independencia económica y la libertad de las mujeres es clave para evitar las violaciones de los derechos humanos y construir sociedades más justas y pacíficas.
La marginación que padecen las mujeres en la mayor parte del mundo provoca que sean las más vulnerables cuando surge una situación de conflicto armado. De este modo, las agresiones sexuales contra las mujeres son un peligro potencial en todas las sociedades en las que las mujeres viven desigualdades, es decir, casi todo el planeta. En épocas de conflicto, los ataques sexuales son el camino que eligen muchos hombres para demostrar su poder. Las agresiones aumentan proporcionalmente en función de esta condición previa. Antes del conflicto, durante él y al regresar a casa, las mujeres tienen necesidades específicas que requieren atención, a las que se suman las carencias provocadas por esa marginación. Asimismo, son las mujeres quienes asumen la tarea de reconstruir sus vidas, cuidar y sacar adelante a sus familias, y mejorar el desarrollo de sus comunidades. Por lo tanto, uno de los elementos fundamentales tras el conflicto es fomentar la igualdad entre mujeres y hombres, garantizando el derecho a contar con medios de vida suficientes y dignos para todas las personas, especialmente para las mujeres. Desde 2006, ACNUR Euskal Batzordea, apoya de forma permanente el trabajo que realiza la Agencia de las Naciones Unidas para las Personas Refugiadas, ACNUR, para que las mujeres congoleñas que regresan a casa después del conflicto puedan desarrollar medios de vida propios y sostenibles que mejoren su situación vital, la de sus familias y sus comunidades, favoreciendo la construcción de sociedades más justas y pacíficas.