Ya las tenemos aquí, el 27 de septiembre habrá elecciones al Parlamento de Cataluña. Un Parlamento que tendrá que posicionarse claramente respecto a la cuestión nacional pero también respeto la cuestión social. Unas elecciones que no serán unas autonómicas más puesto que moverán todo el tablero político catalán pero también el del Estado español. En […]
Ya las tenemos aquí, el 27 de septiembre habrá elecciones al Parlamento de Cataluña. Un Parlamento que tendrá que posicionarse claramente respecto a la cuestión nacional pero también respeto la cuestión social. Unas elecciones que no serán unas autonómicas más puesto que moverán todo el tablero político catalán pero también el del Estado español.
En este contexto dos lógicas intentan imponerse respecto al carácter de los comicios del 27S.
Elecciones con carácter plebiscitario. Se habla de un plebiscito, entendido como un sí o un no a la independencia. Una lógica que quiere hacer creer que estas elecciones son el referéndum que no se ha podido hacer. Esta lógica, impuesta por Mas y Convergencia bajo chantaje de no convocar el 27S quiere esconder el debate sobre qué modelo de país queremos. La estrategia de primero la independencia y después ya veremos es dejar en manos de las élites la definición y estructuración del nuevo país a través de un proceso constituyente controlado desde arriba. Un proceso constituyente que realmente ya lo está articulando la derecha catalana desde hace 5 años. Apoyo a las últimas reformas laborales, privatizaciones, recortes continuos en sanidad, educación y servicios sociales son el ADN de las políticas neoliberales del gobierno catalán actual.
Elecciones con carácter constituyente. La lógica es la de articular un mayoría favorable a la apertura de un proceso constituyente no subordinado a nada ni a nadie para definir entre todas y desde bajo qué Cataluña queremos, acabando decidiendo en un referéndum vinculante sobre la independencia. Una propuesta estratégica que abre la posibilidad de ampliar el espacio para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán y que a la vez sea favorable a los intereses de las clases populares y trabajadoras de Cataluña.
Dentro de estas lógicas dos candidaturas destacan sobre las demás: Juntos Por el Sí y Cataluña Sí Que Se Puede.
La lista unitaria independentista de Juntos Por el Si (1) encabezada por Raül Romeva (ex-ICV) seguida de Carme Forcadell y Muriel Casals (ex-dirigentes de la ANC y de Omnium Cultural respectivamente) tiene una curiosa «particularidad» y es que si es la lista más votada y puede formar gobierno el próximo presidente será Artur Mas. Una estrategia de maquillaje muy bien articulada donde se esconden el actual presidente de la Generalitat, Convergencia y sus políticas neoliberales y que cuenta con un amplio apoyo de los medios de comunicación catalanes. En este sentido destacar que el presidente Mas se ha salido con la suya y ha conseguido una lista unitaria con ERC y el apoyo de las entidades independentistas. La subalternidad de ERC acompañando el gobierno de Mas en lo decisivo en los últimos años y ahora formando parte de la lista del presidente no hace más que legitimar las políticas antisociales llevadas a cabo hasta ahora por el gobierno de la Generalitat. Unas políticas que son la concreción práctica de la articulación de un proceso constituyente favorable a los intereses de una minoría privilegiada que se enriquece a expensas del empobrecimiento continuo de las clases populares. Desde que Mas gobierna (2010) ha aumentado el paro, la precariedad y la desigualdad debido a las políticas austericidas aplicadas por sus gobiernos. Sin olvidar todos los casos de corrupción tan cercanos a Convergencia, ni la represión al 15M y a todo movimiento de contestación social contra los recortes.
Respecto a Cataluña Sí Que Se Puede se intenta articular una candidatura amplía de confluencia que entrelace la reivindicación social y nacional. Una candidatura que en su manifiesto defiende un proceso constituyente propio y no subordinado (2) y la realización de un referéndum para decidir qué relación queremos mantener con el Estado español. Así mismo esta candidatura quiere hacer frente a la situación de emergencia social, pobreza y desigualdad a través de la implementación de un plan de choque para rescatar a la ciudadanía que está sufriendo la crisis (3). Una candidatura que tiene que trabajar para que haya una verdadera confluencia ciudadana y no tan sólo una coalición de partidos, es por eso que el trabajo desde la base y colaborando activamente con la movilización ciudadana son imprescindibles para articular realmente una alternativa de gobierno.
Finalmente la candidatura de la CUP-Crida Constituyente la cual considera las elecciones como plebiscitarias y constituyentes puede jugar un papel muy importante según su posicionamiento a partir del 28S. A partir de esta fecha habrá que ver si es factible la unidad de las fuerzas de izquierdas y rupturistas que estén a favor de un plan de rescate ciudadano y de la apertura unilateral de un proceso constituyente catalán, como acto de desobediencia y de ruptura con el Estado, que permita definir qué Cataluña queremos para así hacer realmente efectivo el derecho a la autodeterminación del pueblo catalán.
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Web de la candidatura Junts pel Sí
Blog del autor: jgellida.blogspot.com
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