RTV suiza: Buenos días señor Germain y a todos aquellos que nos escuchan en directo. Esta noche es usted nuestro invitado en los TenQuiz y vamos con la primera pregunta: casi diez días después de que J-P Bemba haya sido absuelto, ¿qué opina usted? Germain Nzinga: Buenos días. Creo que se podría pensar que aparentemente […]
RTV suiza: Buenos días señor Germain y a todos aquellos que nos escuchan en directo. Esta noche es usted nuestro invitado en los TenQuiz y vamos con la primera pregunta: casi diez días después de que J-P Bemba haya sido absuelto, ¿qué opina usted?
Germain Nzinga: Buenos días. Creo que se podría pensar que aparentemente estamos presenciando la culminación de un proceso judicial, pero en el trasfondo subyace un auténtico terremoto político que desbarata todos los cálculos y pronósticos elaborados hasta entonces sobre el proceso electoral. La absolución de Jean-Pierre Bemba viene a ser una pieza más que añadir al rompecabezas político de la crisis congoleña, que nos lleva a precisar mejor las intenciones de quienes manejan las teclas de mando en la RDC.
RTV suiza: Diez años de espera para un juicio, ¿es realmente un calvario?
Germain Nzinga: Efectivamente, un calvario también por la privación de libertad que le impidió estar con su familia cuyos retoños, todavía muy jóvenes, tuvieron que padecer una década de ausencia de su padre. Calvario para su partido político, el MLC, al que tuvo que dirigir desde la distancia con la conocida traición de sus lugartenientes más allegados, a saber, Kamitatu, Luhaku, Kisombe, Muamba, etc. Finalmente, calvario por sentirse impotente ante una justicia dirigida por la batuta de la pareja Moreno-Bensouda decidida, por motivos obvios, a endosarle el sambenito de crímenes de los cuales otros políticos centroafricanos resultan ser los principales responsables.
Pero, así como todo camino del Calvario termina siempre en una resurrección, la de Bemba parece finalizar para bien del antiguo prisionero que en el transcurso de unos cuantos días se ha transformado en ese hombre providencial que polariza a partir de ahora las últimas esperanzas de cambio en el Congo de Lumumba. Una espera que espero dé sus frutos para el destino de los congoleños, aunque nada nos lo asegura…
RTV suiza: ¿Cómo valora usted el despacho del fiscal de la CPI cuya incompetencia sería aprobada por los jueces?
Germain Nzinga: Se ha publicado mucho material sobre ese tema, especialmente el de la suiza Carla del Ponte y André Guichaoua, para poner de relieve la politización a ultranza de la justicia internacional y su instrumentalización para abatir los adversarios políticos considerados peligrosos para los intereses políticos y económicos de los occidentales. Numerosos analistas la han calificado como la justicia de los vencedores o la de los poderosos que no imparte el derecho con imparcialidad sino en función de los intereses que estén en juego.
Ciertamente, las tergiversaciones del fiscal sobre el dossier Bemba conllevan un gran descrédito para esa institución internacional y da la razón a aquellos que, como yo, han manifestado siempre serias dudas sobre la naturaleza de sus métodos. Pero en el fondo del asunto, seguramente no exista una modalidad separada donde, por una parte, estaría la incompetencia del despacho del fiscal y, por otra parte, la excelencia de los jueces. Aquí estamos tratando con una incompetencia deliberadamente mantenida en el conjunto de esta jurisdicción internacional para lograr un objetivo político específico.
Mi apreciación personal es que la liberación de Bemba no es más que un arbolito que oculta un gran bosque. Estamos frente a un enorme complot que (ayer, hoy y con toda probabilidad, mañana) utiliza a Bemba como un simple fusible de otro gran proyecto de las grandes potencias y numerosas fuerzas oscuras que consiste en bloquearle el camino a la voluntad del pueblo congoleño de llevar a cabo una alternancia democrática creíble.
RTV suiza: De 18 años de la primera condena a la absolución, ¿Podemos creer en un milagro divino o en una verdadera justicia con jueces competentes?
Germain Nzinga: Para nada, ¡No hay nada realmente milagroso en eso! Tal como ya lo escribí hace una semana, parafraseando a Franklin Roosevelt, «en política, nada ocurre por casualidad. Cada vez que ocurre un acontecimiento, podemos tener la seguridad que estaba previsto que así ocurriese». A la luz de este teorema, la detención de Bemba justo después de que fuese propuesto como portavoz de la oposición en 2008, así como la decisión de su liberación que ocurrió a mes y medio de la presentación de las candidaturas para las próximas elecciones presidenciales, justo en el momento en el que el poder de ocupación de la AFDL está acorralado, conforman unos sólidos indicios que nos permiten dudar del carácter casual de este acontecimiento político.
Estoy convencido que su detención así como su liberación, son ambas dos el resultado de motivaciones más políticas que judiciales. En un dossier tan politizado como el de Bemba, no hay que esperar gran cosa de un fiscal o de un juez que ha sido nombrado por esos mismos poderosos por necesidad de la causa. El veredicto sobre el dossier Bemba está estrechamente ligado al nuevo rumbo que está tomando la actualidad política en la RDC.
RTV suiza: ¿Qué les respondería usted a los que dicen que el caso JP Bemba es una detención politizada y su absolución sería igualmente política?
Germain Nzinga: Suscribo esta aproximación analítica. Hay muchas premisas que nos llevan a así creerlo.
Basta con ver los hechos que precedieron esta absolución: la visita secreta de un emisario de Trump a Kabila y a Bemba aún encarcelado. La mediatización a ultranza de la carta de Herman Cohen «reclamando» la liberación de Bemba para que acudiese volando al rescate de su desamparado pueblo. La visita de Fatou Bensouda a Kinshasa para informar en persona a Kabila sobre un plan secreto que todavía escapa a nuestra comprensión. Las numerosas ruedas de prensa de los portavoces de la CPI con intención de preparar a la opinión internacional sobre el giro de 180º de La Haya que, en apenas tres meses, ha pasado de la condena de 18 años de prisión firme a la anulación total de todas las penas, son indicios que prueban que hemos abandonado la senda de la justicia para entrar en el laberinto de la política total.
RTV suiza: ¿Y qué hay del destino de todas esas víctimas centroafricanas?
Germain Nzinga: Muy buena pregunta. Dado que la detención de Bemba obedeció a razones políticas, esto quiere decir que los verdaderos verdugos de las víctimas centroafricanas siguen en la calle y nunca han sido inquietados. Ha llegado la hora de la verdad para la justicia centroafricana, la hora de destripar a la boa para que se sepa la verdad.
Desde la perspectiva del derecho, no se puede justificar que un cómplice (Bemba) sea detenido mientras que el principal autor de los crímenes, el difunto presidente Ange-Félix Patassé que es el verdadero autor, no ha podido ser encausado hasta su fallecimiento.
Corresponde ahora a las fiscalías y tribunales centroafricanos señalar con total independencia a los verdaderos responsables de violaciones, robos, asesinatos y otros crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos contra sus compatriotas. Les va en ello la propia respetabilidad de una África que habrá logrado impartir el derecho con total imparcialidad ahí donde Occidente tergiversa y pretende ocultar la justicia desde hace décadas.
RTV suiza: Absuelto, pero J-P Bemba todavía permaneció 48 horas en la Haya por no tener el permiso de residencia para reunirse con su familia, ¿Maniobras políticas o respeto a las leyes belgas?
Germain Nzinga: Más bien debido a un tema puramente técnico por el que el absuelto necesita un documento que le autorice a residir en un país huésped que le abra sus fronteras. Interrogado por los jueces de la CPI sobre si pretendía viajar a su residencia de Porto en Portugal, el concernido les hizo parte de su intención de desplazarse a Bruselas donde reside su familia.
Para no dar la impresión de entrar en el juego, como el día en el que Bemba fue detenido en su casa de Rhodes-saint-Genèse en Bruselas tan sólo unas horas después de ser emitida una orden de detención internacional en su contra, el gobierno belga se esmeró en enlentecer deliberadamente los procedimientos administrativos (es decir, cuatro días) antes de dar finalmente una respuesta favorable a la solicitud. De esa forma el gobierno belga quiso demostrar que es soberano y que no actúa bajo la presión de nadie. Y al mantener una relación distante con el régimen de Kabila, cree estar en posesión de un argumento añadido para ejercer una presión diplomática no desdeñable sobre los nervios de Kabila.
RTV suiza: Todo el mundo ve a J-P Bemba como un futuro candidato a las elecciones presidenciales del próximo 23 de diciembre. ¿Es posible que se le proponga dirigir la TSK (transición sin Kabila)? ¿Es usted de los que así opinan y por qué?
Germain Nzinga: Es una de las posibilidades. Pero digo bien una de las posibilidades entre otras tantas. A propósito de su candidatura a las elecciones presidenciales, todo se decidirá de aquí al mes de julio si Bemba consigue regresar al país antes del periodo del 23 de junio al 25 de julio, fecha tope marcada por la CENI para la presentación de las candidaturas. Más allá de esa fecha, deduciremos que Bemba no será candidato en las próximas elecciones del próximo mes de diciembre.
Algunos susurran que el regreso de Bemba a Kinshasa estaría en el contexto de reforzar el plan de derrocamiento de Kabila, con el cual tendría un trato previo que le otorgaría un puesto de Primer ministro. En ese caso, según las declaraciones del ministro congoleño de Asuntos Exteriores que dice que Bemba puede regresar tranquilamente al país, preguntémonos por qué el PPRD abre las puertas a Bemba y se las cierra a Katumbi. Eso debe ponernos la mosca tras la oreja para comprender la naturaleza de los dividendos políticos que el régimen de Kinshasa pretende recolectar con esta liberación.
Por otra parte, hablar de la transición sin Kabila con un Bemba al frente sería indudablemente una transición agitada, tanto más que los otros líderes de la oposición como los de la MP no se reconocerán en él, teniendo en cuenta la naturaleza diametralmente opuesta y divergente de los intereses que persiguen unos y otros. Ciertos allegados a la MP susurran que «la liberación de Bemba va verdaderamente contribuir a complicar la celebración de las elecciones de este año según había planeado la CNI. Ese sería su papel tal como se concluyó».
Según la misma fuente, en los próximos días se hablará de su oposición al censo electoral, a la máquina de votar e incluso a la independencia de la CNI. «Habrá entonces que sentarse alrededor de una mesa para hallar una solución, tanto más que Bemba se halla en posesión de la legitimidad del pueblo para exigir la revisión del proceso actual». La MP aprovechará esta brecha del enésimo diálogo para sacar el cuello del agua y ganar tiempo.
Para evitar esa trampa, lo ideal para el mayor bien del pueblo congoleño sería el postulado de una transición dirigida por la sociedad civil que no tiene otra ambición política que ver a la RDC recuperar un estado de derecho y cierta respetabilidad en la escena internacional…
En mi opinión, es la tarea titánica que últimamente han estado realizando los Think Tank congoleños en Lieja la semana pasada o en Washington DC donde se organizará una conferencia-debate capital dirigida por tres participantes, del 28 al 30 de junio próximos: Laurent Monsengwo y Denis Mukwege hablarán de un tema muy elocuente: Why a period of transition without Kabila for credible & transparent elections in CDR? Traduciendo a la lengua de Cervantes: ¿Por qué un periodo de transición sin Kabila para unas elecciones creíbles y trasparentes en la RDC? Quiera el cielo que esta nueva dinámica de la sociedad civil pueda convertirse en una alternativa seria contra la política totalitaria de los poderosos.
RTV suiza: Se dice que cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta. ¿Cómo ve usted el destino de todos esos antiguos aliados que fueron de la mano de Kabila?
Germain Nzinga: Si estuviese en el lugar de Jean-Pierre Bemba, evitaría invertir en resentimiento y venganza. Si este antiguo reo de la Haya pretende adoptar la postura de un gran líder y estratega, tiene que federar todas las fuerzas políticas anti-Kabila, entre las cuales se incluyen sus antiguos aliados. En política más vale contar con un enemigo dentro del propio campo que fuera de él. Guardándolo a tu lado lo controlas mejor.
Y a propósito de esto, en la historia política congoleña hay una legión de ejemplos. Recordemos a Mobutu que trajo de vuelta a su harem a Nguz Karl I Bond que había dado la campanada dimitiendo de su puesto de Primer ministro en 1981 y se exilió en Bélgica desde donde intentó dirigir la oposición contra Mobutu publicando un libro incendiario de 210 páginas en la editorial londinense R. Collings y titulado: «Mobutu o la encarnación del Mal congoleño».
Y fue en esa misma época cuando el grupo de 13 parlamentarios le daba mala vida a Mobutu en el propio interior del país y creaba la UDPS, la primera formación de oposición en el país en 1982, y muchos esperaban una conjunción de esfuerzos entre esa oposición interior y la exterior encarnada por Jean Nguz. Mobutu hizo gala de su gran olfato político trayendo de vuelta a Nguz a su campo, nombrándolo embajador del Zaire en Estados Unidos antes de confiarle por segunda vez el ministerio de Asuntos Exteriores. Mobutu logró un golpe maestro en esa gran operación de recuperación política con la cual controló perfectamente su adversario y antiguo aliado.
Ésta ha sido precisamente la estrategia puesta en acción en estos días por Félix Tshisekedi que decidió traer de nuevo al redil de la UDPS a todos los parlamentarios rebeldes que no habían obedecido las órdenes de su difunto padre durante la lucha por el imperio en 2011. Bemba debería poner todo el interés del mundo en extraer algunas lecciones útiles para un liderazgo más efectivo.
RTV suiza: ¿Cree usted que J-P Bemba es de los que perdonan?
Germain Nzinga: Señor periodista, en política no existe el perdón. Es incluso el anverso de la religión cristiana donde se nos exhorta a perdonar setenta y siete veces. Por el contrario, se puede conseguir transformar la falta de un adversario en una oportunidad política, tan cierto que estando sobre un terreno de conquista o conservación del poder, todo político experimentado actúa frente al adversario según las circunstancias para colocarse en una posición de fuerza.
Dicho esto, volver a contar con Kamitatu, Luhaku, Muhamba, etc. jugaría muy a favor de Bemba en la medida que, de paso, debilitaría a los cárteles políticos que los echaron. Al mismo tiempo se proporcionaría a si mismo una gran ayuda para evaluar mejor las estrategias de los adversarios por medio de la valiosa información que detengan los retornados. Añádase a eso que esos numerosos convertidos, conscientes de haber perdido la confianza de un viejo amigo, rivalizarán en ardor y celo para dar lo mejor de si mismos más allá de sus fuerzas naturales. Con toda certeza, es Jean-Pierre Bemba el que saldría ganado dando la imagen de un político conciliador y visionario.
RTV suiza: ¿Qué lecciones sacamos de esta detención supuestamente política?
Germain Nzinga: Personalmente, veo tres lecciones importantes para el devenir político de mi pueblo:
Primero, en la guerra de baja intensidad que acontece en el Congo, he comprendido que la primera víctima es la verdad. ¿Por qué? Porque la guerra que tiene lugar en el Congo desde hace un siglo y medio es claramente una adición de crímenes rodeados de imágenes de propaganda a favor del bando de los poderosos. El trabajo de los medios-mentiras funciona a pleno gas para enmascarar la verdad sobre la verdadera naturaleza del drama congoleño. Las imágenes que ilustraron la detención de Bemba, así como su absolución, forman parte de ese registro que ilustra esa guerra secreta de las potencias aliadas contra el destino de los congoleños y de la cual los congoleños tienen la obligación de entender lo que está en juego.
Segundo, la cada vez más aguda conciencia de los congoleños que comprenden hoy mejor que ayer que su pueblo jamás ha sido independiente desde 1960 y que ellos mismos jamás han tenido el derecho y el privilegio de tomar cualquier decisión soberana sobre su destino y que cualquier congoleño que alce la cabeza es inmediatamente reducido al silencio con su muerte o su encarcelación. Esta detención de Bemba ha tenido la ventaja de revelarnos la verdadera cara de los actores principales que asfixian el sueño de libertad de los congoleños y su modus operandi para seguir impidiendo la emergencia de un Estado libre y democrático en la RDC.
Tercero, esta es mi nueva línea de pensamiento y conducta (que espero sea la de mi pueblo), línea según la cual el cambio del Congo, la instauración de cualquier estado de derecho o su posible emergencia NUNCA vendrá de las fuerzas exteriores que desean vivamente ver al Congo seguir funcionando como un Estado fallido con la finalidad de mejor explotar las riquezas de su suelo y de su subsuelo. El único cambio posible vendrá de la base de las masas populares críticas, del pueblo finalmente decidido a vencer a sus adversarios a través de una reorganización de sus fuerzas, una asociación de sus materias grises que engendre una decisión unánime que de aquí en adelante se camine alrededor de un ideal común, el ideal de la liberación total del país por los propios congoleños.
RTV suiza: ¿Cómo ve usted las cartas de la escena política ahora que J-P Bemba es libre de reunirse con sus compañeros y actores políticos sobre el terreno?
Germain Nzinga: Con el regreso de Bemba a la escena política congoleña habrá necesariamente una redistribución de las cartas de la baraja. En mi humilde opinión, con el tiempo se perfilarán cuatro escenarios políticos en un futuro próximo.
El primer escenario dibuja cada vez más el regreso de Bemba al país y la creación de un nuevo tablero político donde el antiguo duelo Kabila-Katumbi se convertirá cada vez más en un duelo Kabila-Bemba. Aquí habrá que tener muchísimo cuidado, sobre todo los internautas que se dejen engañar por la manipulación de los medios que hacen creer que Kabila está haciendo las maletas. Con seguridad es una treta para calmar al pueblo antes del gran trueno del próximo 23 de diciembre. En la hipótesis en la que Kabila se atenga a la lógica política: «Aquí estoy, aquí me quedo», la cooptación de Jean-Pierre bemba por los poderosos apuntaría entonces a que sirva de pedestal a un Kabila decadente o a una AFDL que pierde fuelle pero que todavía es necesaria para las potencias depredadoras que dan un golpe sobre la mesa para agradar a los congoleños ingenuos pero que por debajo negocian la perennidad de sus grandes intereses en el Congo.
El segundo escenario nos remite a un regreso de Bemba a la RDC, pero frente a un PPRD huérfano de Kabila el cual, bajo la presión de la comunidad internacional y de la SADC, habrá fingido retirarse nombrando un sucesor (probablemente Matata Mponyo). O todavía por su testarudez, llegará a dejarse matar de un balazo en la cabeza.
En el primer caso del sucesor, Kabila pondrá en ejecución el siguiente plan: «Os presento un sucesor, pero sigo siendo el presidente». En ese caso, estará detrás de numerosas jugadas sucias para actuar en la sombra y proteger los intereses de su grupo tutsi. Al tener el control de las fuerzas militares y de seguridad y con el apoyo de la maquinaria de votar (o de cometer fraude), ejercerá todo su peso de perjuicio para hacer triunfar a su familia política. Bemba simplemente servirá de peso pesado porque PPRD lo necesita para dar un semblante de credibilidad al escrutinio cuyo veredicto dependerá ampliamente de su buena voluntad. Pero Kabila en la sombra del poder no se contentará con permanecer eternamente en un segundo plano. Se activará para hacer que el país sea ingobernable hasta que se le llame o se imponga él mismo para retomar las riendas.
En el caso de una muerte violenta de Kabila, se producirá tal desbandada en las altas esferas congoleñas del PPRD que la minoría tutsi al mando en la sombra ya no podrá controlar el curso de la historia política del Congo. Bemba accederá entonces a la magistratura suprema del país, pero su duración o reinado efímero dependerán de su habilidad para conciliar a los contrarios o de su arte para dar la espalda a los poderosos con el apoyo de su pueblo.
El tercer escenario llevaría a Bemba a Kinshasa para tomar lugar en la oposición política congoleña. Como ya escribí en una publicación anterior, en esas condiciones Bemba sería un actor político más peligroso y más perjudicial para la oposición que para el régimen actual.
¿Por qué? Porque está a años luz de respaldar la candidatura única de las plataformas de oposición en torno a Katumbi. Estará muy lejos de vender a la baja, y en favor de un tercero, todos los sacrificios que soportó en la cárcel. En resumen, nos encontraremos con una oposición que irá a las elecciones laminada y dividida en una implacable pelea de gallos. Y ello, para gran ventaja de un Kabila o su sucesor al frente de una plataforma más bien unida y disciplinada, gracias a la suculenta generosidad de su autoridad moral o inmoral (según se mire), que está en posesión de enormes cantidades de dinero gracias a su control total de la administración financiera del estado congoleño.
El cuarto escenario es de la implosión total del país, en el sentido en el que la anunciada pelea de gallos conduce esta vez a un enfrentamiento armado. La ausencia de Kabila el pasado 18 de junio en un decisivo encuentro, avalaría esta lógica. El eje Kabila-Kagame nunca se ha roto pero el actual presidente de la UA está con Dios y con el diablo dando lecciones de democracia a Kabila para mejor ganarse a sus interlocutores continentales e internacionales. Paris y Bruselas los consultan. Luanda y Johannesburgo también. Esta posición le permite evaluar el pensamiento secreto de los adversarios de Kabila y tomar la decisión correcta para neutralizarlo todo. Su posición ha permitido a Kagame saber por adelantado lo que se tramaba en Luanda y aconsejó a su marioneta que no acudiese. Kabila hablará en las dos cámaras sobre el inminente nombramiento de un sucesor sólo para ganar tiempo y atraer a la oposición.
A esto, debemos agregar que el poder sigue siendo tribal en el Congo y fuertemente dependiente de las áreas culturales. Katumbi se impondrá con los votos del Este de habla suajili y Bemba se hará con los votos del Oeste, produciendo de ese modo una imperdonable fractura del electorado y, en el peor de los casos, una confrontación armada entre los bandos de Katumbi y Bemba, armados por los mismos mentores occidentales. Kabila y Kagame aprovecharán ese desorden para acusar a la oposición de hacer naufragar el proceso electoral mediante el uso de violencia armada.
Al final de este macabro episodio intervendrá el ejército de Kabila para neutralizar a Katumbi y a Bemba y ponerlos fuera de estado de perjudicar, apartándoles así de la carrera hacia el poder con el falaz pretexto de querer restaurar el orden político en un país perturbado por una oposición «irresponsable». El verdadero propósito de la reciente liberación de Bemba por la CPI habrá entonces estallado a plena luz del día… para disgusto de aquellos que lo celebraron en las calles de Kinshasa un viernes 8 de junio de 2018.
La kabilia que sólo cree en el camino de la violencia armada para reinar, impondrá con una fina estrategia lo que siempre quiso hacer: la imposición de un toque de queda y un estado de sitio para la neutralización de la oposición, el Parlamento y todas las instituciones con el fin de establecer ad aeternam los cimientos de este sistema de ocupación, del cual Kabila no es más que una simple pieza del extremadamente complejo engranaje.
RTV suiza: ¿Tiene usted algo más que añadir?
Germain Nzinga: Quiero llamar la atención de mis compatriotas que todavía creen en un Congo en pie y renovado sobre la espada de Damocles suspendida sobre nuestras cabezas. Deben saber que, desde el 19 de septiembre de 2016, hemos entrado en una zona de grandes turbulencias políticas y que durante este año 2018 se está sellando el destino definitivo de los congoleños mediante la nueva dirección que tomará el futuro de nuestro país. Los principales medios de comunicación quieren que nos traguemos el sapo de que el conflicto de baja intensidad que actualmente desgarra a la RDC está motivado por un Kabila que retrasa las elecciones mientras que en realidad es principalmente alimentado por los grandes interese mineros. Las decisiones que se tomen sobre el destino de nuestro pueblo no dependerán de parámetros democráticos o de que se celebren o no elecciones el próximo mes de diciembre. ¡No! Las decisiones que están en vía de detenerse, lo serán en función de la gestión de nuestros minerales estratégicos.
La «com» está haciendo un gran trabajo de distracción para que no entendamos que nuestro país ve entrar en su fase de realización, todas las predicciones que anunciamos previamente sobre la partición del país, sobre su implosión o más aún sobre la anexión, de acuerdo con el Plan Cohen, de su parte Oriental al nuevo Mercado Común acoplando otros cinco Estados africanos hacia el comercio del Océano Índico. De ahí la urgencia de que cada uno de nosotros esté lúcido en los asuntos cruciales del momento y sea perspicaz para actuar consecuentemente con sinergia de fuerzas y alrededor de un único y mismo ideal.
Nuestra actual generación se encuentra en la encrucijada de un pasado orgullosos de haber nacido congoleños y un futuro de una vida de esclavos voluntarios. Únicamente nuestros análisis para una mejor apreciación de la situación y nuestra correcta reacción contra el plan maquiavélico del bando contrario podrán conjurar el destino y derrotar los cínicos cálculos de los enemigos del pueblo congoleño.
RTV suiza: Muchas gracias señor Germain por su disponibilidad y esperamos verle de nuevo de aquí al 30 de junio después del discurso de Kabila en las dos cámaras y la presentación de las candidaturas.
Germain Nzinga: Será con mucho gusto. Gracias a ustedes igualmente.
Traducido para UMOYA por Juan Carlos Figueira Iglesias