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Un mundo para Donald Trump

Fuentes: Rebelión

El mundo mira con profunda desconfianza al nuevo presidente de los Estados Unidos, como nunca antes miró a otro, y sobran razones para eso. Donald Trump podría ser considerado una especie de ovni, que está a menos de dos meses de aterrizar en el corazón del mundo, y nadie tiene la menor idea sobre que […]

El mundo mira con profunda desconfianza al nuevo presidente de los Estados Unidos, como nunca antes miró a otro, y sobran razones para eso. Donald Trump podría ser considerado una especie de ovni, que está a menos de dos meses de aterrizar en el corazón del mundo, y nadie tiene la menor idea sobre que va a salir de esa nave.
Sin duda su victoria sobre Hillary Clinton, ha asombrado a las enormes mayorías que siguieron el proceso electoral de los Estados Unidos, que en muchos tramos tuvo entidad de culebrón mexicano, y que anoche terminó convirtiéndose en un verdadero «cisne negro» que acaba de desplegar sus alas con todo esplendor.

Las razones de porque ganó Trump, más allá de que supo llevar al barro a Clinton y  sabemos cómo de manejan los empresarios en la mugre, se engloban en una sola respuesta, los trágicos ocho años de gobierno del Barack Obama, que más allá de crisis económicas y cualquier tipo de objeciones, termina su mandato dejando al mundo al borde de la tercer guerra mundial, aunque para muchos, incluyendo al Papa Francisco, esa guerra ya ha empezado hace más de un año.

No conforme con esto Obama, alentó como sucesor, a quien ha hecho lo indecible por generar este estado de cosas. Los cinco años de Hilary Clinton, al mando del Departamento de Estado, son la razón fundamental de que hoy ya nadie se sienta seguro en ningún lugar del mundo, sino que lo digan los cuatro parroquianos muertos en el bistró Le Petit Cambodge durante la trágica jornada del  14 de noviembre del año pasado en Paris, donde un raid terrorista terminó con la vida de 140 personas y por mucho tiempo más, con aquello de que Paris era una fiesta.
Las aberrantes políticas del tándem Obama-Clinton, son la causa fundamental del resurgimiento de la ultra derecha en toda Europa, como única respuesta a los millones de refugiados que con los bombardeos «quirúrgicos» del Pentágono lanzaron a las playas, y caminos europeos, sin contar los miles que quedaron en el fondo del Mediterráneo. Esta «invasión» de víctimas de las políticas guerreristas de Obama, y llevadas a cabo por Clinton, como un efecto dominó, no solo provocó el Brexit, sino el de poner a la Unión Europea, al borde de la disolución.
Las políticas que también la Unión Europea, fomentó con el apoyo de Washington, son la razón de la guerra en Ucrania, lo que obligó a Moscú a intervenir, en defensa propia. En Ucrania la OTAN, pretendía terminar de enhebrar en toda la frontera occidental rusa, un peligroso cerco, que desde ya el presidente ruso Vladimir Putin no iba a tolerar. La torpeza del Departamento de Estado, ya en manos de John Kerry, que poco y nada pudo hacer para enderezar la nave definitivamente escorada por Clinton terminaron por darle visibilidad mundial al presidente Putin, quien se ha convertido en un líder global que Rusia no tenía desde los tiempos de Stalin, y a una China, a quien prácticamente obligaron a salir de su milenario mutismo.

Donald Trump, el 45 presidente de los Estados Unidos, tiene todo un mundo por resolver si pretende que lo sentenciado por Francisco no se convierta en una aseveración absoluta.

La bronca blanca

Nunca antes en la historia moderna, nadie tuvo tanto poder político sin una carrera que lo respaldara. Trump, es un perfecto arribista que solo pudo acceder a su  postulación  como el candidato del partido Republicano, porque supo, y muy bien, transitar por las vísceras carcomidas de un sistema tomado por la corrupción, tal cual sucede con el partido Demócrata, que solo se animó a jugar con una candidata del establishment desgastada, ya no solo por su actuación en el Departamento de Estado, sino también por ser parte de esa «clase» política que los blue collar, es decir los obreros, particularmente blancos, que se han cansado de sostener el sistema que los llevó a la desocupación, a los bajos sueldos y por lo que en esos sectores se dispararon las tasas de alcoholismo, drogadicción y suicidio, como nunca antes.

Trump, les habló a las clases bajas blancas que se han sentido traicionadas por el sistema, y supo direccionar su bronca, su bronca blanca, como los líderes europeos, nada han podido hacer para que esos mismos sectores no deriven en una bronca parda y eso ha sido también un elemento clave de su triunfo.
Es paradójico que muchos sectores progresistas, siempre en busca de un padre, esta misma mañana hayan librado un cheque en blanco a quien hasta hace pocas semanas catalogan de nazi y hoy prácticamente lo ven como a un Fidel Castro bajando de Sierra Maestra.

Develaremos quien es el verdadero Trump, inmediatamente llegue a la Casa Blanca, ya que en Irak y Siria se están librando dos batallas claves contra el Estado Islámico, que no le dará tiempo para ninguna luna de miel. Turquía, aliado fundamental en la región de Washington desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, se ha desbocado, en estos últimos meses y las andadas de su presidente, Recep Erdogan, tampoco permite dilaciones al momento de ponerlo en caja. La cuestión en el desorden generalizado de Libia y la crisis en Afganistán, donde el talibán, ya casi desbordando al gobierno títere de Kabul, están a punto de volver a incendiar Asia Central.
Será clave la política exterior que lleve Trump, para entender si en Estados Unidos hubo un cambio real u otra vez el establishment hizo una de las suyas, si bien su grandes propuestas fueron hacia el interior de los Estados Unidos, antes de encerarse tras su fronteras, levantar muros y demás tendrá que ordenar por lo menos en parte lo que tu antecesor le ha dejado.    

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.