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Las profundas raíces y la frágil superficie del comunismo sudafricano

La militancia laboral y social africana, el marxismo y la construcción revolucionaria del movimiento (III)

Fuentes: Pambazuka News

Para ilustrar el enigma, piensen también lo que significa haber comenzado toda esta lucha, como hicieron los principales líderes de Numsa, en la tradición del Partido Comunista del Cabo Oriental. Teniendo esto en cuenta, la retórica M-L tiene sentido, porque parece ser el caso de que: El SACP dentro del ANC está en sus últimos […]

Para ilustrar el enigma, piensen también lo que significa haber comenzado toda esta lucha, como hicieron los principales líderes de Numsa, en la tradición del Partido Comunista del Cabo Oriental. Teniendo esto en cuenta, la retórica M-L tiene sentido, porque parece ser el caso de que:

- El SACP dentro del ANC está en sus últimos días (con continuos rumores de que los líderes del Partido sufren una purga, así como una enorme presión, proveniente de la juventud y ejercida sobre los jefes del partido)

- Los fracasos de Cosatu en casi todos los frentes políticos podrían llevar a que los miembros de los distintos sindicatos sudafricanos exijan la dimisión de Zuma como presidente, probablemente no antes de 2019, y también a romper la Alianza.

Si estos son los procesos políticos más próximos que se avecinan, entonces la retórica de Numsa puede verse como un posicionamiento cuidadoso para capturar a todos aquellos que ahora están renunciando al ANC. El impulso político de Numsa en los corazones y mentes de un prestigioso movimiento de liberación es algo que en Zimbabwe fue probado, y fracasó. Este es el caso del Movimiento por el Cambio Democrático, que también comenzó como un partido de los trabajadores (en enero de 1999 durante la convención de trabajadores de Chitungwiza), pero que rápidamente se deslizó hacia la derecha. Arrastrar al ANC un poco hacia la izquierda, utilizando el propio lenguaje de Revolución Democrática Nacional (NDR), podría resultar ser una alternativa exitosa. Se debería plantear como una alternativa de alienación política enfrentada por tantos activistas de la clase obrera cuya experiencia política masiva está basada en la lealtad tradicional al ANC.

El papel histórico de Numsa es recordar continuamente que una gran apoyo ANC NDR constituye una explicación lógica de los fracasos SACP-Cosatu dentro de la Alianza: el Partido y los líderes laborales se convirtieron en miembros indistinguibles de los jefes. (Este es un resultado sobre el que algunos observadores acusan a los líderes de Numsa de reproducir, también, con la «distancia social» entre el liderazgo y los trabajadores aún inmensa, al igual que la distancia entre los trabajadores de Numsa -muchos de los cuales han luchado arduamente por los salarios mensuales de cinco dígitos-, y los sudafricanos más pobres.) Así que la retórica de Numsa es bastante clara. Su simple mensaje es que, primero, y, segundo, la revolución, están correctamente conceptualizados y formulados con estrategias adecuadas y separadas en dos etapas, pero que se asignó a las personas equivocadas la tarea de la implementación porque el ANC, el Cosatu y el SACP juntos se mostraron demasiado cómodos manteniendo el statu quo nacionalista neoliberal.

Ahora, esa línea de argumentación puede no apelar fácilmente a la mayoría de los lectores. Sin embargo, tenga en cuenta que la melodía de la NDR sigue siendo especialmente atractiva para aquellos que todavía consideran que el nacionalismo populista del ANC de 1994 era el proyecto político más prestigioso de Sudáfrica. A pesar de llevar cerca de 23 años de ‘liberación’, esta tradición conserva raíces profundas. Y es probable que con su nuevo liderazgo (probablemente Dlamini-Zuma o Ramaphosa), el ANC pueda seguir manteniendo su mayoría por encima del 50% en las próximas elecciones.

Así, algunos lectores pueden tener problemas en cuanto a los principios y la teoría de la Revolución Democrática Nacional, ya que es difícil de discutir y probar en términos empíricos. La «primera etapa» – el «reino político» – se alcanzó sustancialmente en 1994. Hace tiempo que se espera una «segunda etapa» -la justicia económica-. La capacidad de persuasión de la clase compradora sudafricana, que se extiende a través de la división principal intra-ANC (es decir, de la máquina de patrocinio Zuma-Gupta «Zupta» al bloque del neoliberal)- representa el principal obstáculo para la segunda etapa de la revolución. Con Sudáfrica en un profundo estado de crisis, es trágico que a pesar de que Numsa y los esfuerzos del FEP, así como la retórica anticapitalista de SACP-COSATU, las únicas dos narrativas que dominan el espacio político sean : en primer lugar, Zupta, y, en segundo lugar, el gobierno neoliberal.

Para dirigirse a los intelectuales izquierdistas, ¿los marxistas de clase media (como el autor del artículo) han cometido errores profundos que podrían distraer a Numsa de reunir su fuerza? Por supuesto. Todas las iniciativas de la extrema izquierda de Sudáfrica han fracasado en atraer a los miembros de la clase trabajadora, así como al liderazgo. A diferencia de los casos del Norte de África en 2011, la mezcla de esa intelectualidad, las ONG progresistas, los movimientos sociales, los ciudadanos frustrados y los activistas laborales creativos en Sudáfrica no han encontrado nada parecido al apoyo masivo del FEP y Numsa.

Puede que no suceda en las elecciones de 2019, pero en Sudáfrica llegará un punto en el que el actual panorama político no sea solo una cuestión retórica, sino una situación en la que se hayan llevado a cabo movimientos reales. Después de todo, hablamos de un momento magnífico para ser activista y promover la justicia en Sudáfrica:

- 1.- Numsa no se ha quebrado frente a la represión. Dividir y conquistar es todavía de los desafíos más fuertes contra el poder capitalista; El Sindicato de Trabajadores de Alimentos y Afines se alejó de Cosatu y la Asociación de Mineros y la Unión de la Construcción no fue abandonada en el olvido durante la crisis minera de 2014-16.

- 2.- La clase obrera en su conjunto sigue considerada como la más militante del mundo en un momento en que la desigualdad de Sudáfrica se ha disparado y la clase capitalista es considerada por PWC como la más corrupta del mundo.

- 3.- El FEP se ha vuelto más fuerte y menos errático desde el punto de vista político.

- 4.- El nuevo terreno de la política urbana de Gauteng (donde el FEP y el ANC compiten probablemente para apoyar, si no catalizan, las protestas comunitarias) se pondrá muy interesante a medida que continúen las contradicciones.

- 5.- Las comunidades continúan protestando por la falta de entrega del servicio o el excesivo precio o la arrogancia de los políticos, a pesar de las técnicas cada vez más fuertes de represión y vigilancia del Estado.

- 6.- Aunque el impulso del movimiento estudiantil recientemente vaciló después de un espectacular estreno nacional en 2015, tienen mucho más potencial para futuras movilizaciones y alianzas.

- 7.- Movimientos sociales, la coalición Right2Know, mujeres, activistas LGBTI, Igualdad de Educación, Campaña de Acción para el Tratamiento y otros manifestantes hacen oír sus voces y muchas veces ganan batallas importantes a lo largo del camino.

¿Se expandirá la infraestructura necesaria para avanzar al mismo ritmo que la realidad que lo demanda? Patrick Bond

Patrick Bond es profesor de Política económica en la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, Sudáfrica.

Traducción, Cristina Pérez-Cerdá Maldonado

Fuente: http://www.africafundacion.org/spip.php?article26482

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