¡Estamos a un paso de lo que ayer era impensable, el alejamiento -de una manera u otra- del 45º presidente de EEUU de la dirección de su país, sólo siete meses después de su llegada a la Casa Blanca! La constatación no es en absoluto arbitraria y tiene fundamentos sólidos. Se funda en el hecho de que el famoso 1% de los ultraprivilegiados a los que Trump se ha propuesto hacer aún más ricos gracias a sus espantosas reducciones fiscales y otros regalos impresionantes, ¡le abandona ahora en masa, retirándole espectacularmente su apoyo y dando a entender que no le quiere más en la Casa Blanca!
Y en efecto, la lista de las «ratas (millonarias) que abandonan el barco» es más que impresionante. No se trata de algunos de los grandes patronos, sino de la flor y nata del gran capital norteamericano e internacional. Uno tras otro, los presidentes de Merck, IBM, General Motors, Intel, 3M, Blackstone, Apple, Walmart, General Electric, Pepsi, Coca-Cola , y de decenas de otras, así como los de los colosos bancarios -que hacen y deshacen gobiernos- como JP Morgan Chase y Goldman Sachs (!) han anunciado en el espacio de 2-3 días, no sólo que condenan categóricamente las declaraciones escandalosas de Trump, sino también -y sobre todo- que dimiten de las comisiones económicas, políticas y patronales que aconsejan tradicionalmente a los presidentes de EEUU. Y el colmo es que queriendo prevenir la dimisión de los restantes miembros de estas comisiones, evento sin precedente histórico, Trump se ha apresurado… a disolver estas comisiones para «facilitar» -como él mismo ha declarado- la labor de sus miembros.
Evidentemente, los grandes medios dirán que «todo ha comenzado» cuando Trump ha impactado a todo el mundo tomando la defensa de las estatuas de las celebridades del Sur esclavista y descubriendo a «buenas gentes» entre las filas de racistas y otros neonazis participantes en las provocaciones (mortales) de Charlottesville. Sin embargo, la realidad es muy otra. Esta flor y nata capitalista de EEUU ha sido forzada a abandonar finalmente a Trump ¡gracias a la presión -organizada y asfixiante- ejercida sobre ella día tras día y durante meses por decenas de organizaciones y movimientos ciudadanos! Los medios utilizados han sido tanto tradicionales (peticiones con cientos de miles de firmas) como más movimentistas, como la ocupación de la sede de JP Morgan o las intervenciones espectaculares de los manifestantes en las asambleas de los accionistas de estas multinacionales. Y todo esto coordinado por el sitio Corporate Backers of Hate (Empresas Patrocinadoras del Odio), que se ha dirigido prioritariamente a los dirigentes de las nueve empresas más proTrump…
La presidencia de Trump está pues agónica y el escenario más probable es que sea forzado a dimitir quizás antes del fin de este año . Pero atención: No hay que creer que el alejamiento de Trump de la Casa Blanca hará volver a la superpotencia mundial a la situación existente antes de su elección, porque una cantidad enorme de cosas ha cambiado, algunas radicalmente, en EEUU en estos 20-25 meses.
Para empezar, incluso en ausencia de Trump en la Casa Blanca, en EEUU, existe ya y continuará desarrollándose un movimiento de masas racista, xenófobo, antisemita, misógino, ultraconservador, oscurantista y de extrema derecha que goza de importantes apoyos entre una gran parte de los medios, la policía y colectividades locales. Una prueba suplementaria no solamente de su existencia, sino también de su profundo enraizamiento en la sociedad norteamericana la tenemos en el hecho de que las recientes declaraciones provocadoras de Trump con motivo de los sucesos de Charlottesville, que han provocado tantas reacciones negativas en EEUU y en todo el mundo, ¡no han hecho bajar, sino al contrario, han hecho pasar su popularidad del 33% al 39%! La conclusión no es difícil: Dado que este movimiento racista y violento de extrema derecha constituye de aquí en adelante un componente estructural de la realidad norteamericana, los que lo ignoren en sus análisis y -sobre todo- en sus proyectos políticos no sólo edifican sobre la arena sino, lo que es más grave, socavan -de hecho- el combate de los que resisten y luchan por «otro mundo posible»…
Productos directos de la extrema polarización de la sociedad norteamericana, el «fenómeno» Trump y -aún más- el desarrollo de un movimiento de masas racista y de extrema derecha demuestran la magnitud de la crisis sin precedentes que hace temblar al Partido Republicano. Una crisis que amenaza ya con el hundimiento del bipartidismo en EEUU , es decir, el pilar del sistema político que asegura, desde hace dos siglos, que la dominación de la clase dirigente de la superpotencia mundial se perpetúe sin mayores problemas. Y al mismo tiempo estamos asistiendo al rápido desarrollo de otro movimiento diametralmente opuesto y aún más masivo que el anterior, que tiende a organizarse de forma independiente ¡y contra el Partido Demócrata!
Así que no es casualidad que, a la vista de los acontecimientos cataclísmicos que se perfilan en el horizonte, la dirección del Partido Demócrata -que se identifica en gran medida con el establishment político, económico y mediático del país- se prepare ya para los combates de mañana ¡declarando la guerra a… Bernie Sanders! La razón es evidente: Bernie no para de batir récords de popularidad , mientras que sus enemigos declarados en la cabeza del Partido Demócrata logran una verdadera hazaña ¡siendo todavía menos populares que Trump! Al mismo tiempo, ¡ el programa de reformas progresistas de Bernie goza a partir de ahora del apoyo de la gran mayoría de los ciudadanos americanos y de una parte sustancial de la base plebeya de Trump! Y esto porque la mayor parte de los ataques reaccionarios, xenófobos, misóginos y antiobreros perpetrados por Trump durante estos últimos 7 meses han encallado por la movilización y la resistencia popular, lo que ha conducido a resultados diametralmente opuestos a los deseados por Trump. Dos ejemplos: El intento (abortado) de abolir el sistema de salud (ya modesto e insuficiente) de Obama se ha chocado contra una fuerte reacción popular que ha conducido a la creación de un movimiento en favor de un sistema de salud único que cubra sin excepción a todo el mundo, el cual goza del apoyo de la gran mayoría de la población norteamericana. Asimismo, el intento de blanquear y de rehabilitar las tradiciones racistas del país, conduce ahora a derribar o a apartar los monumentos del Sur esclavista uno detrás de otro, así como al desarrollo de un movimiento antirracista y antifascista de masas sin precedentes…
Una de las consecuencias de la extrema polarización política, de la radicalización galopante de la sociedad y del hundimiento en curso del bipartidismo tradicional es el desarrollo de grandes movimientos sociales progresistas que luchan en varios frentes sociales y otros, mientras que asistimos a la explosión de un fenómeno que sería impensable hace solamente dos años: ¡La gran popularidad de la que disfruta la palabra «socialismo» y su contenido emancipador, sobre todo entre la juventud norteamericana, lo que provoca fervor por las organizaciones y partidos que se reivindican del marxismo, del socialismo democrático y de la lucha de clases!
Emblemático de esta nueva realidad es el caso de los «Socialistas Demócratas de América» (DSA) , una organización de izquierdas fundada hace 35 años, que subsistía hasta hace poco. Aprovechando el entusiasmo por el movimiento que ha apoyado la candidatura de Bernie Sanders, ¡DSA ha quintuplicado su base organizada en el curso de los últimos 20 meses, consiguiendo reagrupar actualmente a 25.000 miembros, la gran mayoría de los cuales de menos de treinta años! También es de destacar que en su Congreso celebrado en Chicago a mediados de agosto, la DSA ha efectuado un espectacular viraje a la izquierda, lo que constituye un hecho muy prometedor el cual refleja, por cierto, la fuerte radicalización de la juventud norteamericana, las mujeres, pero también las minorías como los pueblos indígenas, los Afroamericanos y los Latinos (con o sin papeles).
La conclusión es tan evidente que nos hace esperar que incluso esta izquierda europea desanimada, derrotada y fatalista podría hacerla suya para liberarse de su pasividad, encontrar la inspiración y comenzar a salir de sus impasses: La crisis de la superpotencia mundial ya ha sobrepasado todo precedente histórico creando una situación totalmente inédita, así como un nuevo paisaje político y -evidentemente- nuevas tareas para la izquierda tanto en el interior como en el exterior de EEUU, a escala mundial. A partir de ahora, todo es posible. Tanto lo peor como lo mejor. Como nunca antes…
Notas:
1. Decenas de textos y de vídeos sobre la situación de EEUU, la crisis de la presidencia de Trump y del bipartidismo norteamericano, así como el desarrollo cotidiano en el interior del movimiento radical de masas que resiste, todo está publicado día a día en el Facebook:
https://www.facebook.com/Europ
Lo recomendamos vivamente a quien quiera tomar el pulso de lo que pasa en EEUU a través de textos, vídeos e imágenes de primera mano del propio movimiento norteamericano de masas.
Traducción: Fátima Martín
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