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Los interesantes argumentos de la hermana del conseller

Fuentes: Rebelión

Hacía tiempo que no la veía tan entusiasmada, tan atenta a la lectura. Hasta el punto de que no quise interrumpirla aunque tenía una cosa urgente que decirle. Al final, lo vi con mis propios ojos, no logró contener su emoción y su puso a llorar. Qué te pasa le comenté, a qué vienen esas […]


Hacía tiempo que no la veía tan entusiasmada, tan atenta a la lectura. Hasta el punto de que no quise interrumpirla aunque tenía una cosa urgente que decirle. Al final, lo vi con mis propios ojos, no logró contener su emoción y su puso a llorar. Qué te pasa le comenté, a qué vienen esas lágrimas. Son lágrimas dulces, de reconocimiento, de proximidad sentimental, me contestó. Lee, reflexiona me dijo, que te hace falta añadió (¡ay, sus latiguillos!), que nos hace falta, matizó, y traduce para las rebeldes e insumisas si te apetece.

Mi esposa-compañera hacía referencia a una entrevista a Maria Comín [MC], hermana del que fuera conseller de Sanidad, publicada por El Triangle. El «exiliado», uno de los «exiliados». Leí y me emocioné también. Valía la pena.

Una breve presentación de la entrevistada (que tomo de la propia revista con algunos matices míos): historiadora, trabaja actualmente en el fondo documental de su padre, Alfonso Carlos Comín, ingeniero, periodista, sociólogo, político antifascista reconocido y conocido por muchas de nosotras, cristiano por el socialismo que luchó por la democracia y la libertad en la clandestinidad en las filas del PSUC, el partido de las (y los) comunistas catalanes. «El presente siempre tiene sus raíces en el pasado» añade el Triangle. No siempre, afortunadamente (no pienso ahora en los Comín por supuesto).

Traduzco y comento algunas cosas. Poco más.

Se le pregunta a MC en primer lugar por la existencia de hechos históricos que puedan explicar la situación que se vive actualmente en Cataluña. Su respuesta:

La crisis actual ha servido de desencadenante para que a determinados grupos que sí que tenían heridas por cerrar se hayan incorporado sectores populares y, sobre todo, clases medias. Un fenómeno similar al del carlismo, cuando la nobleza se alió con el campesinado, que estaba descontento con la burguesía naciente, percibida ésta como una amenaza a la estabilidad derivada del contrato social que tenía con la nobleza. En la industria naciente volvía a ser mano de obra esclava.

Ahora, prosigue, «unas clases burguesas que se han apropiado de Cataluña porque necesitan tapar sus equivocaciones, los recortes y la corrupción», recuerden la tesis-explicación del exconseller Santi Vila, «se suman al carro del independentismo, lo convierten en bandera y arrastran estos sectores descontentos, en una situación de crisis económica y social», a unas clases medias que se han visto amenazadas en su bienestar.

«Por qué Artur Mas abandona el territorio del autonomismo para adentrarse en el del independentismo» es la siguiente pregunta.

Es consecuencia de que Convergència comienza a desmembrarse y sale a la luz toda la corrupción de la familia Pujol y de los gobiernos convergentes. Ello sumado a la proclamación de Josep Lluís Carod-Rovira sobre el año del tricentenario de 1714, momento en el que Cataluña debía ser un estado independiente. Un asunto que tuvo su punto gracioso, cuando Iceta le respondió: «Sr. Carod Rovira, no creo que tal cosa pueda producirse porque el 2013 será el año del fin del mundo».

Astut Mas, lo de astuto es de una (y copiado), finalmente, «inicia una huida hacia delante para tapar sus vergüenzas», sus vergüenzas y la de los sectores sociales que tan bien representa o representaba.

Se le recuerda que ella misma, MC, ha citado la crisis como un elemento de activación del nacionalismo. Hasta qué punto y por qué, se le vuelve a preguntar.

La crisis económica ha sido aprovechada por los convergentes, ERC y la misma CUP como elemento de cohesión de sus ideas. El miedo al futuro, la inseguridad, junto a la idea que se ha vendido de que la Cataluña independiente lo solucionaría todo.

A ello se suma el autodenominado discurso anticapitalista de la CUP, que habría que analizar bien, añade MC, «porque para muchos es un discurso muy aguado», un discurso que ha podido arrastrar a sectores más de izquierda, más populares. Introduce, de alguna manera, «el conflicto social en la corriente nacionalista», aunque ese conflicto social, como le llamamos ahora, añado yo, esté y ha estado desde el primer momento al fondo, muy al fondo del escenario . Sin presencia política importante. Menos aún esencial. De eso nada. Quien dice social, dice también temas medioambientales muy importantes. La contaminación entre ellos.

No subyace, se le pregunta a continuación, tras la aparente conflicto Cataluña-España, otro distinto entre dos Cataluñas. Vale la pena meditar sus palabras:

De todo este processisme lo que más nos quedará es una fractura en Cataluña, algo muy preocupante. Estoy analizando qué no hemos hecho bien en estos años para que se produzca esto. Yo estoy viviéndola y, entre gente cercana, todo el mundo está viviendo la división. No conozco ni una sola familia que no esté dividida. Para mí el futuro es el proyecto musical en el que está mi hija, en el que participan niños de la inmigración extracomunitaria, donde hay mezcla y una gran cohesión social.

Allí cantan canciones de Charango, de Lennon o de Japón. Ella es hija de padre aragonés y madre catalana. «Entre ellos hablaban en castellano y a nosotros nos hablaban en catalán». Mismo caso que el nuestro. Hablamos a nuestra hija y a nuestras sobrinas y sobrinos en catalán y usamos el castellano (con toques catalanes) entre nosotras.

MC, comenta, fue a una escuela catalana, los domingos iban a jugar a Cornellà y recuerda que vivió en el barrio más pobre de Málaga. Pero, añade, asunto que generalmente se oculta, que «hay que decir que aquí se percibía una falta de aceptación de quien no era considerado catalán». Y eso, en su opinión, «ha vuelto a irrumpir con mucha fuerza». Con algo de fuerza en nuestra opinión y en determinados sectores secesionistas, no en todos. Otros juegan a la asimilación.

Hubo un momento, le recuerda el entrevistador, en el que se hablaba del oasis catalán, como sinónimo también de paz social, de integración. Tampoco su respuesta tiene desperdicio:

Había una convivencia. Muchísimas familias son mixtas y la mayoría bilingües. El padre o la madre eran de aquí o viceversa. Había personas de origen republicano, otras que habían sido franquistas… La vida generaba convivencia, pero cuando se hablaba de la emigración les seguía denominando castellanos.

Y ahora, afirma, «en campañas electorales, hemos oído decir a líderes políticos que quien no votaba partidos nacionalistas eran traidores, colaboracionistas y charnegos», que es una forma de insulto clasista, añade y yo con ella, especialmente en el caso de las mujeres trabajadoras. Y no sólo en el decir. Son de aquí, pero no son tan de aquí.

Qué corrientes, se le pregunta, confluyen en el nacionalismo catalán. Tome nota también, está bien visto:

Hay nacionalismo identitario, anclado en el mito de 1714, y también nuevas creaciones de identidad, como la que asocia España al PP y al franquismo. Un disparate que no tiene ningún sentido y que horroriza la gente de toda España. Aquí también hay franquistas y postfranquistas, igual que en el País Vasco, por que las burguesías que más se lucraron con Franco fueron la catalana y la vasca.

Decir «nos roban» es también muy fácil. Mientras lo decían «ellos estaban llenando los bolsillos». Los ejemplos, lo sabemos todas, se multiplicaban y quizás se sigan multiplicando. La vida da sorpresas

«El tan reclamado diálogo no debería empezar por Cataluña» se le pregunta a continuación. Su respuesta:

El origen de la distorsión del diálogo comienza cuando Artur Mas, de espaldas al Parlamento y al gobierno, va a negociar con Zapatero el recorte del Estatuto, cuando se estaba trabajando para defenderlo en las Cortes. En el referéndum del Estatuto, ERC llama a la abstención y provoca una crisis en el tripartito. Es decir, no están haciendo las cosas desde aquí. Se está utilizando la puerta de atrás y, finalmente, se fractura el tripartito.

Cómo hemos de sentar nos a hablar, añade, «si hemos estado yendo cada uno por nuestra cuenta».

Por qué tanta prisa en el proceso, se le pregunta a continuación.

Con la cuestión del tricentenario de Carod-Rovira ya se empieza a poner fecha fija a la independencia. Y a Mas también le interesaba porque tenía mucha prisa en echar tierra sobre la corrupción.

También ocurre que cuando ya se ha puesto en marcha, no saben muy bien como pararlo. Este punto, el no saber cómo pararlo, es importante.

Ha dicho Íñigo Urkullu, es la siguiente pregunta, que uno de los problemas más graves que tiene la política en Cataluña es la existencia de entidades privadas -se está hablando de la ANC y de OC- con gran protagonismo en el proceso, entidades que no están sometidas a control democrático alguno.

La respuesta de la entrevistada

Es muy preocupante que el ANC y Òmnium estén dirigiendo el país en la sombra, sin nadie que los haya votado. La cosa comenzó con la manifestación del estatuto, con Montilla al frente, a la que fuimos todos, en la que insultaron y se mofaron del gobierno tripartito. Les hizo mucha gracia, cuando no tenía ninguna. Y fue muy grave porque se demonizaba a partidos políticos. «Lo hemos logrado, lo hemos llenado todo de banderas azules», se felicitó un connotado líder convergente al final de la manifestación.

Aquí, señala, la ANC hizo un pulso a un gobierno elegido en las urnas y lo ganaron en nombre de una supuesta sociedad civil. En aquella manifestación, como se recuerda, no sólo insultaron a José Montilla (que nunca su presidente, según dijeran ellos mismos y también y especialmente la «Madre Superiora» Ferrusola) y a otros miembros del gobierno sino que estos tuvieron que irse de la manifestación protegidos.

Y cómo se explica, se le pregunta, algo tan raro como una revuelta organizada desde un gobierno. Su respuesta tampoco tiene desperdicio:

Volvemos al carlismo. La burguesía que está en el poder busca alianzas con las clases medias y el pueblo y hace ver que esto es una revolución. Exactamente lo contrario de lo que realmente es: una contrarrevolución burguesa o, como mucho, una revuelta, en la que adquieren protagonismo sectores no metropolitanos, aliados con la burguesía.

La situación la refuerza la ley electoral -española, nunca han logrado ponerse de acuerdo para cambiarla (solución para Vicente Serrano, que conoce el tema, circunscripción única en toda Cataluña)- que hace que las zonas rurales estén sobrerrepresentadas.

Se insiste de nuevo: ¿estamos viviendo, pues, una contrarrevolución burguesa?

En esta situación de crisis y ante un posible avance o incluso posibilidad de hegemonía de las fuerzas de la izquierda, la derecha del 3% en Cataluña se rearma y se lanza al independentismo como una forma de ser hegemónica. Y luego se refuerza aún más con el triunfo de Ada Colau en la alcaldía de Barcelona y el de En Comú Podem en el Congreso. Lo escenificó muy bien Rull cuando vociferaba ante los medios que tenían que hacer un frente nacionalista, porque si no les arrebatarían la Generalidad.

Tomando, además, un atajo, se le señala.

Sí. Estableciendo el precedente que te puedes saltar las normas, las leyes pactadas entre todos, que te puedes sacar de la manga lo que a ti te interese. Esto es muy peligroso, porque ahora es por eso y luego por lo otro. Lo que tiene también que ver con la Constitución del 78. Estamos de acuerdo en que hay que reformarla, pero ya basta de echarle toda la culpa, de cargársela y demonizar a quienes llegaron a aquel acuerdo, que perseguía acabar con el franquismo, cuyo cadáver está desenterrando el nacionalismo catalán para seguir sembrando cizaña y obtener réditos políticos a corto plazo.

Todo ello, sin olvidar, ella no lo olvida y hace muy bien, que el proceso ha destrozado los partidos en Cataluña y también en el conjunto de España. Podemos es el último ejemplo. Y el izquierdismo, se señala, haciendo el juego a la derecha

El izquierdismo cuando ve la gente en la calle piensa que hay que estar, sin analizar quiénes son y por qué lo hacen. La historia nos enseña que no siempre son revolucionarios los movimientos de masas. Además, el sesgo izquierdista del proceso hace que se piense que tal vez tienen razón o que no nos podemos quedar fuera de un posible cambio social, que sólo se produce cuando hay una ruptura estructural.

Y esto, en su opinión, también en la mía, no tiene nada que ver con un profundo cambio social porque no cuestiona en absoluto la estructura capitalista de la sociedad ni la correlación real de clases en Cataluña.

Y hay gentes de izquierda que incluso piensan que pueden arrebatar al nacionalismo la hegemonía del proceso y, por supuesto, quienes solo piensan en aritmética electoral (por el deseo de ocupar el lugar del PSOE en el conjunto de España) y por eso buscan alianzas con fuerzas que sólo aspiran a independizarse de España.

¿Recuerdan las declaraciones de Carolina Bescansa? Pues eso, pues eso.

¿A qué no está nada mal? ¿A que mi compañera tenía toda la razón del mundo en entusiasmarse y llorar de emoción?

¿Les ha gustado? A mí sí. Lo que dice y el coraje político demostrado.

Nota.

1) http://www.eltriangle.eu/cat/notices/2017/10/el-triangle-entrevista-a-maria-comin-46763.php

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.