El desempleo ha continuado disminuyendo, pero la brecha social entre ricos y pobres, entre ricos y trabajadores ha continuado aumentado.
1. ¿Como evalúas la situación económica de EEUU?
En este preciso momento es relativamente buena, si miramos los guarismos macroeconómicos y no miramos los pobres; si miramos que China ha entrado en un período de dificultades (el yuan se ha devaluado dramáticamente, la construcción, motor hasta no hace mucho del PIB, está con problemas, el endeudamiento de las provincias, el futuro envejecimiento de la población, etc.). En Estados Unidos, el PIB del segundo cuatrimestre ha sido de 4.1 % (a pesar que Trump lo anunció como algo inaudito, no es tan alto como al menos dos cuatrimestres de 2014, durante la administración Obama). El desempleo continúa bajando, como desde hace varios años, a la misma velocidad. Después de varios tropiezos y bajas desde febrero hasta agosto, Wall Street ha vuelto a subir con fuerza (aunque las bolsas no dicen mucho de los ingresos de las clases medias y baja y sus entusiasmadas alzas suelen ser el canto del cisne que anuncian derrumbes brutales).
Pero si miramos dónde se fue la mayor parte de la recuperación económica, también veremos que casi toda se fue para los sectores más altos, para el uno o dos porciento de la población, no para los trabajadores. El salario real casi no ha aumentado, a pesar que las ganancias de las empresas han aumentado de forma exponencial, algo que tiene desconcertados a los economistas. Una teoría bastante sólida explica este fenómeno por la debilidad de los sindicatos. Hay varios estudios y gráficos que, en Estados Unidos y en varios países de Europa, muestran una relación directa entre sindicatos y salarios reales.
Por otro lado, no hay que olvidar algo que nunca se menciona en la prensa: ese numerito llamado inflación anual esconde muchas realidades diferentes. La inflación para las clases media y baja generalmente ha sido mayor que para las clases altas.
Un factor más, brevemente: los estadounidenses han recaído en los vicios crediticios de antes de la gran recesión, esa adicción enfermiza al crédito y al consumo que tanto celebran los economistas en los gobiernos como forma de inflar los índices de crecimiento del PIB. La memoria es frágil y los errores se repiten. Estamos en niveles de endeudamiento extremadamente peligrosos.
2. ¿Se notan las consecuencias de la guerra comercial con China? ¿Como está el nivel de desempleo?
Por el momento el impacto ha sido muy menor: el aluminio de las latas de cerveza, el acero, las lavarropas, etc. La razón es que Estados Unidos exporta muy poco a China y China exporta mucho a Estados Unidos, por lo cual el impacto de las tarifas golpea de forma desigual. Pero sería ingenuo pensar que una crisis o desaceleración en China va a ayudar a la economía en EEUU. Todo lo contrario.
El nivel de desempleo está en 3.9, 3.8 %. No creo que se sostenga durante un año más. Sobre todo, cuando el crecimiento vuelva a bajar y los efectos «positivos» de los recortes de impuestos (ese saqueo extra a las clases trabajadoras) pase a partir del año próximo.
Como ya dije antes, para mí esto no se trata tanto de una guerra comercial sino una guerra fría, que incluye lo cibernético y militar, entre una superpotencia en declive (no absoluto sino relativo) y otra emergente. Hay que recordar que por mínimo que sea el impacto de una medida económica o social, siempre puede tener consecuencias desproporcionadas, de la misma forma que una pequeña pieza de dominó puede derrumbar otras mil piezas mucho mayores.
3. ¿Los votantes de Trump mejoraron su situación?
No, pero no importa. Una buena parte es creyente de Trump, lo que significa que no importa qué nivel de frustración vivan, nunca concederán que se equivocaron. Trump es la encarnación de sus frustraciones. Gran parte de ellos, del sector rural de los estados centrales, sobre representados en política (un voto allí vale por diez o veinte de otro en California o Nueva York), está sufriendo la guerra comercial con China, porque mucho son productores de soja, etc. Como solución Trump los subsidiará (aún más) con algunos billones de dólares. Si ven los precios de soja, estos han caído brutalmente este año y más lo han sentido los agricultores estadounidenses. Los mineros de West Virginia siguen sobreviviendo. No es que ganen mal, pero sus condiciones de trabajo son inhumanas y deben saber que es una actividad destinada a reducirse. Gracias a Trump, el carbón seguirá explotándose por un tiempo más, pese al daño ecológico, al tiempo que los trabajadores en el área de las energías renovables van a sufrir por algún año más.
En pocas palabras, el desempleo ha continuado disminuyendo, pero la brecha social entre ricos y pobres, entre ricos y trabajadores ha continuado aumentado. Pero, ya sabes, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
4. En un giro sorpresivo parece que en las próximas horas EEUU va a llegar a un acuerdo con México por el TLAN. ¿Qué beneficio obtiene EEUU al lograr este acuerdo?
Para empezar, Trump quiere cambiarle el nombre, porque no le gusta. «They used to call it NAFTA. We are going to call it the United States-Mexico trade agreement». Tal vez querrá que se llame Trump-Free Trade Agreement (Tratado de Libre Comercio de Trump) pero no creo que se anime a algo tan evidente. Pero sí que va a bautizar a la creatura con otro nombre, para que el César sea recordado por eso también. También está en línea con lo que él mismo habia prometido, que eran acuerdos bilaterales, no regionales. En concreto: En lugar de que el 62% de los autos sean producidos en EEUU, ahora sería un 72%. Un 40 a 45% de los autos serían hechos con salarios de $16 dólares por hora. Sólo en esto veo dos problemas: Primero, México y Estados Unidos no son los únicos que producen autos en el mundo. Segundo, para un CEO eso se resuelve fácil: aumento de la robotización, despidiendo trabajadores «de cuello azul», lo que mejoraría el promedio salarial de forma automática.
¿Alguien advirtió que en estas negociaciones sobre salarios nunca se llaman a los trabajadores a la mesa? Los trabajadores son fusibles para este sistema y para esta mentalidad, no seres humanos. Son objetos (de explotación y, en el mejor caso, de beneficio), pero nunca sujetos.
5. ¿Que cambió en la Casa Blanca para que esto ocurriera?
¿Qué cambió en la Casa Blanca? La pregunta sería ¿Qué no cambió? Trump está arrinconado con los juicios y confesiones de sus ex aliados más cercanos. Aunque ahora parece intocable, no hay que descartar en el futuro acciones que terminen por llevarlo ante la justicia y que sus herederos terminen pagando con sus negocios parte de sus pecados. Sería una interesante paradoja casi bíblica que una actriz porno termine por destronar al César misógino. También está el escandalo de las elecciones y la trama rusa, el acuerdo con Corea del Norte, que se reveló como puro circo, como casi todo lo que rodea a Trump. Y un largo etcétera. Es decir, que Trump necesita urgentemente desviar la atención.
Por otra parte, he observado un patrón psicológico en Trump: sus ataques virulentos hacia alguna persona o grupo pueden terminar en un repentino romance, aunque frágil y breve, como el de todo cazador, como el de todo narcisista. Tal vez esta sea sólo mi percepción, no como ensayista sino como novelista: veo que, como personaje que es, Trump posee una fuerte atracción erótica por el enemigo. Pero esto será tema para psicoanalistas cuando el personaje ya sea historia.
6. ¿La economía va a pesar mucho en las elecciones de medio término? ¿Ya se puede aventurar algún resultado?
Creo que la economía no va a pesar tanto como pudiera. Los Republicanos intentarán jugar esa carta, porque no les queda mucho más tiempo para presumir de una economía fuerte, intuyo. A partir del próximo año veremos un declive económico, sino antes.
En las elecciones legislativas que tendrán lugar en más de dos meses no están en juego todos los escaños, pero podemos prever que habrá un fuerte corrimiento a la izquierda. Más mujeres electas, más representantes de minorías, ya sean étnicas, etarias, sociales.
Creo que la economía será un factor decisivo en las presidenciales de 2020, cuando ya hayamos visto los efectos de una recesión. Los presidentes que son candidatos a la reelección generalmente ganan, pero no creo que sea este caso. Tanto el gobierno como la población tendrá que enfrentarse con la realidad y, gracias a la economía, la gente comenzará a mirar más en serio los aspectos éticos del actual presidente. Sin embargo, como la población se está fragmentando, social e ideológicamente, todo esto puede llevar a un fuerte incremento de los conflictos. Una buena economía siempre mantiene los ánimos apaciguados, como lo ha demostrado China y tantos otros países, incluido este.
Los pobres trabajadores rurales y un porcentaje del proletariado continuarán votando por el millonario Trump, pero no los trabajadores urbanos, que continuarán moviéndose a la izquierda.
5. ¿Incide la muerte de McCain en las posibilidades de los republicanos?
No creo que mucho. McCain es una especie de mito, como lo es Reagan, porque se adecúa a la mitología nacional y porque se ignoran de plano sus sombras, que son muy largas.
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