Pasando por encima del criterio de todos sus consejeros Trump decidió sacar las tropas estadounidenses de Siria y también poner fin a la guerra aérea. Lo más trascendental es que fue ésta la primera vez que Trump toma una posición decisiva contra el sector neoconservador e intervencionista permanente de su administración conocido como «borg», el ejército y el congreso, que generalmente dictan la política exterior de Estados Unidos en la región.
«Salir de Siria no fue una sorpresa. Llevo años haciendo una campaña al respecto, y hace seis meses, cuando me había decidido a hacerlo, accedí a quedarnos por más tiempo. Rusia, Irán, Siria y otros son el enemigo local de ISIS», declaró en su cuenta Twitter el errático y mendaz jefe del régimen estadounidense Donald Trump y, seguidamente agregó la gran mentira: «Hemos derrotado a ISIS en Siria y esa ha sido mi única razón para estar allí durante mi presidencia. Es hora de volver a casa y reconstruir».
El 19 de diciembre, Trump tuvo una conversación telefónica con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien había amenazado recientemente con escalar la lucha en el noreste de Siria, avanzando diez millas dentro de las fronteras sirias con una fuerza de 15 mil soldados extranjeros y sirios que se hallaban en el lado turco de la frontera para enfrentar a las fuerzas pro kurdas que se encuentran allí bajo la protección de los Estados Unidos.
Pasando por encima del criterio de todos sus consejeros Trump decidió sacar las tropas estadounidenses de Siria y también poner fin a la guerra aérea.
Pero lo más trascendental es que fue ésta la primera vez que Trump toma una posición decisiva contra el sector neoconservador e intervencionista permanente de su administración conocido como «borg», el ejército y el congreso, que generalmente dictan la política exterior de Estados Unidos en la región.
El Asesor de Seguridad Nacional de Trump John Bolton, con su Secretario de Defensa, el ‘perro loco’ Mattis, y su Secretario de Estado Mike Pompeo, se opusieron a esta decisión. El especialista a cargo de las relaciones con Siria, James Jefferey; y Brett McGurk, el enviado presidencial especial de la coalición internacional liderada por Washington para (pretendidamente) derrotar al Estado Islámico (ISIS), quienes habían trabajado activamente a favor de una presencia permanente de Estados Unidos en un futuro estado gobernado por los kurdos en el noreste de Siria, fueron tomados por sorpresa. Pese a la gran diligencia con que todos estos consejeros de Trump trataron inicialmente de cambiar la decisión de Trump, la resistencia fracasó.
El secretario de Defensa James Mattis, el secretario de Estado Mike Pompeo y el asesor de seguridad nacional John Bolton se reunieron el lunes 17 de diciembre, cuando se conoció que Trump había decidido formalmente la retirada de Estados Unidos de Siria. Muchos funcionarios de EEUU argumentaron contra una retirada abrupta de Washington pero renunciaron el martes por la noche a tratar de hacer que Trump cambiase de opinión. Los funcionarios estadounidenses comenzaron a notificar a los países aliados de Estados Unidos de la decisión el martes 18.
El Departamento de Estado de EEUU ya está trasladando a su personal fuera de Siria. A los entre 4.000 a 5.000 militares y contratistas estadounidenses se les dio de 60 a 100 días para empacar e irse. Se coordinará con Rusia para la entrega. Habrá asesores rusos que reemplazarán a los Boinas Verdes de EE.UU. que comandan las fuerzas tribales kurdas y árabes contra el ISIS. Rusia también intentará convencer a Turquía de que ya no es necesario invadir el este de Siria y promete desarmar a las fuerzas kurdas o integrarlas en el ejército sirio. Su fuerza aérea reemplazará a Estados Unidos y a otros que actualmente bombardean a los 2.000 combatientes del estado islámico que quedan en su territorio a lo largo del Éufrates.
Se cuenta con que los kurdos en Siria tendrán que ser amables con Damasco porque no tienen alternativa. Su sueño de una Rojava autónoma tendrá que seguir siendo una quimera. Siria sólo puede sobrevivir como un Estado controlado centralmente. Nunca será federalizado. Las tribus árabes locales en el noreste probablemente buscarán alguna venganza contra la arrogante dirección kurda que usó el apoyo de Estados Unidos para reclutar a sus hijos en la lucha contra ISIS.
El ejército sirio, que planea desalojar a al-Qaeda de la gobernación de Idleb durante la próxima primavera, ahora tendrá que mover un número de fuerzas hacia el noreste. Aislar al Estado islámico en el Éufrates, cerca de la frontera iraquí, y finalmente eliminarlo, será la nueva prioridad. La milicia iraquí probablemente ayudará con eso. La recuperación de los yacimientos de petróleo y gas y otros activos económicos será otra cuestión importante.
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