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Una Asamblea extraordinaria viciada

Fuentes: Rebelión

Ahora que nuestro actual Coordinador General de IU, Gaspar LLamazares, anuncia su intención de presentarse a la reelección, desplazando con este anuncio el debate sobre la naturaleza de la crisis de IU, sus implicaciones y sus posibles salidas en favor de un plebiscito interno sobre su persona, conviene no perder de vistas las razones que […]

Ahora que nuestro actual Coordinador General de IU, Gaspar LLamazares, anuncia su intención de presentarse a la reelección, desplazando con este anuncio el debate sobre la naturaleza de la crisis de IU, sus implicaciones y sus posibles salidas en favor de un plebiscito interno sobre su persona, conviene no perder de vistas las razones que motivaron la convocatoria extraordinaria de Asamblea y caer en el error de centrar todas las propuestas en la continuidad de Gaspar:

Del anuncio de reelección lo más preocupante es la concepción personalista de la política que se trasluce en las propias palabras de Gaspar: «si IU lleva a término los debates que debe realizar, yo…», «no soy el único responsable de…», «mi apuesta por…» una concepción que rompe definitivamente con una identidad colectiva de dirección que se había mantenido precariamente en los últimos años: las ruedas de prensa dadas en exclusiva por Gaspar LLamazares, los anuncios «estrellas» al margen de las decisiones de los órganos colectivos de dirección -quienes participaban a posteriori -, la conculcación calculada de acuerdos y normas aprobados en el Consejo Político Federal y la Presidencia o la inoperancia de la Permanente, habían mermado dicha concepción colectiva de dirección, pero a pesar de ello persistía. Pero las palabras con las que Gaspar anuncia su intención de presentarse a la coordinación indican claramente que una de las primeras reformas que se pretenden será la d e reforzar los órganos unipersonales de gobierno de IU y desterrar definitivamente la idea de una dirección amplia, colectiva y representativa. ¿Por qué?.

Vislumbramos consecuencias, criticamos los hechos, pero pocas veces explicamos a la militancia el por qué. ¿Por qué el Grupo Parlamentario de IU está al margen de los órganos de IU?¿Por qué se presenta un informe de conclusiones sobre la Comisión de Investigación del 11- M que no ha sido analizado previamente en ningún órgano de IU?¿Por qué se convoca Asamblea Extraordinaria en noviembre ajustando unos plazos que impiden a la militancia realizar un debate profundo sobre la situación actual de IU, cuando un debate profundo y extenso requiere, en primer lugar, tiempo?¿Por qué este anuncio veraniego de mi Coordinador?

Respeto su decisión, pero invocaré mi derecho de militante a establecer mis ideas sobre sus propuestas y difundirlas entre la militancia, en un intento – lo anuncio ya – de promover una alternativa diferente a la actual coordinación (de intentarlo al menos), y sobre todo de centrar los debates en la naturaleza de IU, su deriva actual y las bases de un programa para su recuperación, un programa que conecte con los problemas concretos de las gentes y que ponga el acepto en la crítica al capitalismo actual y la necesidad de una política de alianza, no como cabildeo entre partidos, sino desde una base programática y de comprimiso con la izquierda.

Decíamos ¿Por qué?:

1. El mediatismo lleva tiempo ejerciendo su influencia en IU: atrapados en la lógica de los medios de comunicación, dedicamos más tiempo a ejercer nuestros 30segundos en los medios al uso que promover entre nuestros militantes y simpatizantes reflexiones y debates.

2. No hay debates amplios: ya pasó el tiempo de esa IU que promovió debates sobre las 35 horas, la reforma del mercado, la construcción europea, maastricht, debates que iban precedidas de reuniones con colectivos, de documentos entregados a las asambleas de base para su discusión, de reuniones de órganos territoriales y finalmente de un debate intenso en los órganos federales. Entonces existía la revista Voces, el Boletín de Información Federal, los Papeles de Economía, la revista Pueblos del área de Solidaridad, los dípticos explicando las posiciones de IU y las reuniones de trabajo con las federaciones. Eso es historia.

3. Hemos anunciado pocas novedades para el corpus ideológico de la Izquierda: hemos contestado a los anuncios del PP, a sus políticas, hemos presentado iniciativas en el Congreso, pero no hemos construido un programa atractivo de izquierdas más allá de los inevitables eslóganes de renovación, verde, comprimiso… palabras vacías nunca acompañadas de su respectivo programa que indique cómo, quienes, con qué pretensiones, en qué tiempo.

4. Una izquierda pendiente del marketing e interesada en mantener buenas relaciones con los medios oficiales próximos al progresismo español sacrifica los debates amplios y radicales (es decir, que van a la raíz) en favor de anuncios mediáticos más o menos impactantes que sustituyan nuestra escasa relación directa con la sociedad.

5. Porque hemos perdido contacto con la sociedad. Eso es innegable. Perdemos militancia e impulso. Nos cuesta ilusionar. Creemos que es factible aquella vieja máxima del PCI «un partido de acción y de gobierno» pero cuando estamos en los gobiernos no somos identificados con una izquierda nueva y diferente y nuestra capacidad de acción pierde impulsos día a día. No me asusta la propuesta que en su momento hizo el PCI de antes de la caída del Muro, pero aquel experimento se vio acompañado de un buen programa, de aunténticos debates, en fin, había consistencia ideológica. En los posicionamientos actuales de algunos dirigentes de IU que quieren ser partido de acción y de gobierno no hay consistencia ideológica.

Mi antecesor en la coordinación regional de Extremadura, Manuel Cañada, decía en una entrevista a EFE que el «cabildeo institucional» y «el divorcio entre el discurso y la práctica» dominan la escena de IU en la actualidad. Es una buena definición, un resumen de lo que pasa. Nos afecta a todos, incluso a asambleas y dirigentes de IU en Extremadura, a pesar de la piadosa interpretación que de mi federación comenta mi amigo Manuel Cañada.

Nuestro divorcio entre discurso y práctica, y yo diría que a veces nuestra ausencia de discurso, recorre prácticamente toda IU. Es un problema que implica un profundo cambio interno, volver a una IU cuya aspiración sea cambiar el mundo (sabiendo que significa eso, y las renuncias que implica), con una dirección colectiva que ponga freno a prácticas, métodos y costumbres heredadas, que impulse, junto a las asambleas, una auténtica y catártica renovación.

Apuesto decididamente por la idea que lanzaba Espacio Alternativo: la concepción de dirección en IU debe cambiar sustancialmente; compartolas referencias de una parte del PCE: Izquierda Unida no puede ser un partido político al uso, sino un espacio que permita la conviencia de las pluralidades de la izquierda y trabajaré por el programa de la Plataforma de Izquierdas. Aunque uno de los experimentos más novedosos que se dan ahora es esa asamblea de adscritos que organizan debates en la federación de Madrid y que pondría fin, si se extiende, a los debates cupulares en que estamos inmersos los dirigentes actuales de IU.

IU es imprescindible, siempre parto de esa premisa, y Gaspar LLamazares tiene todo el derecho ha presentarse, pero no ha trasnformar los debates internos de IU en un plebiscito personal: no es adminsible, no forma parte de los valores de IU y no es la solución.

* Víctor Manuel Casco Ruiz Coordinador General de IU Extremadura