Muchas y elevadas expectativas levanta el candidato demócrata John Kerry frente al republicano Bush, sobre todo en política exterior. La reñida campaña electoral alimenta esas expectativas y actúa como elemento deformador de las realidades políticas de EEUU. Si a la historia norteamericana nos remitimos, es obligado atemperar los ánimos, pues esa historia ilustra la honda […]
Muchas y elevadas expectativas levanta el candidato demócrata John Kerry frente al republicano Bush, sobre todo en política exterior. La reñida campaña electoral alimenta esas expectativas y actúa como elemento deformador de las realidades políticas de EEUU. Si a la historia norteamericana nos remitimos, es obligado atemperar los ánimos, pues esa historia ilustra la honda diferencia que suele haber entre discursos electorales y dinámicas imperiales, entre el presunto pacifismo de los demócratas y la belicosidad republicana o en la consideración que les merece, a unos y otros, el Derecho Internacional.
En 1913, tras varios gobiernos republicanos, ganó la presidencia el demócrata Wodrow Wilson quien, durante la campaña electoral, había criticado duramente la violenta política exterior de sus predecesores, el Gran Garrote de Teddy Roosevelt y la Diplomacia del Dólar de Howard Taft. No obstante los discursos, Wilson fue el presidente más intervencionista de EEUU. Envió tropas a México e invadió Nicaragua, Haití, República Dominicana y Cuba, intervino en China y participó en la coalición que invadió la Rusia soviética, donde soldados norteamericanos combatieron de 1918 a 1920. Wilson llevó a EEUU a la I Guerra Mundial, pero fue el republicano Calvin Cooligde quien auspició el pacto de renuncia a la guerra de 1928, primero que condenaba el recurso a la guerra.
En un demócrata, Harry Truman, recae el dudoso honor de ser el único presidente que ha ordenado el uso del arma atómica contra las indefensas Hiroshima y Nagasaki, en 1945. Truman, así mismo, intervino en la guerra civil griega, en 1947, y llevó a EEUU a la guerra en Corea en 1950. John Kennedy ha sido, posiblemente, el presidente demócrata más popular y con mejor imagen desde Franklin D. Roosevelt. Pero fue Kennedy quien inició la intervención norteamericana en Vietnam, en 1961, aprobó la Doctrina de la Seguridad Nacional (que llenó de dictaduras fascistas y de cadáveres Latinoamérica) y empezó el cerco contra Cuba, elevado a dogma de la política exterior de EEUU.
Bajo la presidencia del demócrata Lyndon Johnson el número de soldados norteamericanos en Vietnam llegó al millón y medio de hombres, en 1966, y la guerra alcanzó su mayor extensión. Johnson ordenó también que 25,000 soldados invadieran República Dominicana en 1965. Un republicano, Richard Nixon, llenó Latinoamérica de dictaduras atroces, pero firmó la paz en Vietnam y retiró todos los soldados de Indochina. Otro demócrata, William Clinton, ordenó invadir Haití en 1994 y atacar Yugoslavia en 1999. Dispuso, además, bombardeos contra Sudán y Afganistán y los mayores sobre Iraq. Suya fue, igualmente, la decisión de convertir en aventura militar la misión humanitaria en Somalia, en 1993, provocando el mayor fracaso de una misión de NNUU en el mundo.
Poco cambia la política exterior de EEUU. Tanto Bush como Kerry coinciden en el deseo de ganar la guerra en Iraq. Ganar la guerra significa aplastar a toda la oposición e imponer un gobierno fiel a EEUU, siguiendo el modelo afgano-bananero. Sus diferencias son formales y centradas en asuntos domésticos. Eso, al menos, enseña la historia del país.
Augusto Zamora R. es profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid