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Mandato falso: la calma antes la tormenta

Fuentes: Rebelión

Es una tradición en la democracia «lite» estadounidense robar elecciones cuando no hay un ganador claro, como ocurrió con la «victoria» de Kennedy contra Nixon en 1960 debida a la corrupción del alcalde Daily de Chicago o la «victoria» de George W. Bush en 2000 por el golpe de estado de la Corte Suprema. Ahora […]

Es una tradición en la democracia «lite» estadounidense robar elecciones cuando no hay un ganador claro, como ocurrió con la «victoria» de Kennedy contra Nixon en 1960 debida a la corrupción del alcalde Daily de Chicago o la «victoria» de George W. Bush en 2000 por el golpe de estado de la Corte Suprema. Ahora tenemos la primera «elección» de Bush gracias a una combinación de corrupción en estados claves, errores de máquinas, y la privación del derecho al voto de las minorías e inmigrante-ciudadanos «no blancas,» incluyendo casi 3 millones árabe-americanos (casi igual al margen de Bush en el voto popular).

Míramos a Ohio, un estado clave. Las encuestas de votantes («exit polls») indicaron una ventaja de Kerry de 6 puntos. ¡Pero las encuestas no les preguntaron si sus votos fueron contados! Tradicionalmente 3% de los votos en el país nunca están contados por razones sospechosas – la llamada «spoilage» – casi 100,000 esta vez en Ohio. ¡Y esta cifra no incluye los 150,000 «desafíos» o los errores mecánicos como en un distrito de 638 votantes donde la computadora contó 4,258 votos a favor de Bush!

Nacionalmente, de los votantes inscritos 40% no votaron. Otro 49% votaron contra Bush, algunos movilizados por una gigantesca campaña de «get out the vote» montada por sindicalistas y jóvenes anti-guerra, muchos participando en su primera actividad política. Es decir, más que la mitad de la población estadounidense no apoya a Bush, lo que significa que él no tiene un «mandato» por su agenda belicoso y ultra-derechista.

En 11 estados del sur ganó Bush por un margen de 5 millones de votos, pero en el resto del país Kerry ganó 1.5 millones más votos que Bush. Aún en los estados más bushistas 40% votaron «NO» a Bush.

Entonces, ¿porqué «ganó» Bush? Las respuestas en la gran prensa son mentiras, como siempre (acuérdese de la desinformación usada para justificar las invasiones a Irak). Las explicaciones «culturales,» tales como los sentimientos anti-aborción y anti-bodas gays o un mayor voto rural, no reflejan la opinión mayoritaria de la población. Por eso, a pesar de pequeños «inroads» bushistas en el voto feminino, una mayoría significativa de las mujeres todavía votaron contra Bush (como en el caso de votantes latinos también). No, las explicaciones son otras:

· El miedo de nuevos actos de terrorismo, combinado con patriotismo ciego que no tolera cambio de líderes en tiempos de guerra. Muchas mujeres dijeron que Bush lanzó la guerra afuera del país, lo que es mejor que tener la guerra en sus propias ciudades o pueblos. Querían un ambiente seguro para sus hijos ahora mismo, sin pensar en las consecuencias a largo plazo de las matanzas de miles de niños en Irak y Palestina u otras partes del mundo bajo la doctrina de guerra sin fin.

· La propaganda del estado en cuanto a la guerra contra el terrorismo, la protección de la «seguridad nacional,» y los valores «patrióticas» de «God and Country» favoreció a Bush aunque Kerry habló de estos puntos tanto como Bush, proclamando que «manejaría» todo mejor y «ganaría» la guerra en Irak. (Hace muchos años Jacques Ellul observó que la meta de la propaganda del estado es reforzar las creencias en vez de cambiarlas.) El público ya conoció como Bush actua en una guerra y no como Kerry lo haría.

· La imagen «folksy» de Bush contra lo del «intelectual elitista» Kerry, o sea, el populismo más eficaz de uno de los dos candidatos multimillonarios mentirosos.

· El base social estable de Bush en la mayor parte de las comunidades cristianas evangélicas, 30% de la población, dándole una ventaja desde el principio porque sí, sus votos están contados.

· Es difícil votar cuando uno tiene que trabajar y las colas duran hasta 12 horas y la mayor parte de los «desafíos» y «spoilage» son contra la clase obrera y las minorías que tienden a votar contra Bush.

Entonces, ¿qué pasará? Nunca sabemos, pero la confianza serena de Bush podría ser «la calma antes la tormenta.» No se ve una recuperación económica estadounidense ni su «victoria» en Irak, Iran, Korea, Haiti, Cuba, u otros lugares del imperio en desformación – todo el contrario. Además, el apoyo a Kerry de muchos famosos periódicos como el New York Times y el Los Angeles Times refleja una división incipiente en la burguesía. Aún los neo-conservadores están divididos.

Más importante es la continuación de las movilizaciones anti-guerra y de mujeres y otras minorias – más de un millón hace seis meses en Washington defendiendo el derecho al aborto y medio millón a fines de agosto en Nueva York contra la guerra y Bush. El día después de la elección, a pesar de la lluvia, 5 mil manifestantes en San Francisco protestaron la guerra. Hubieron protestas similares en 40 otras ciudades.

Los adultos jóvenes votaron en grandes números por primera vez y contra Bush. Es posible que los que no se desmoralizan van aprendiendo de la inutilidad de los dos partidos políticos controlados por los ricos y participarán en las manifestaciones que ya se preparan para el 20 de enero (día de la inauguración de Bush) y 19/20 de marzo (segundo aniversario de la invasión a Irak).

El criminal de guerra Richard Nixon no pudo sobrevivir su segundo período en la Casa Blanca durante tiempos de relativa prosperidad económica. Vamos a ver si el criminal de guerra actual pueda, en tiempos cuando más gente que nunca se da cuenta que el emperador está desnudo bajo su vestido nuevo de «globalización y democracia.»