Desierto del Sahara, más de 13.000.000 km2 de dunas, rocas volcánicas, pedregosas colinas, áridos valles por donde discurren acuíferos subterráneos de agua salada, temperaturas entre 2 y 58º; frecuente tormentas de arenas. La Hamada» (el desierto del desierto) sita en los limites de la frontera argelina con el Sahara Occidental. Inhóspito lugar donde actualmente se […]
Desierto del Sahara, más de 13.000.000 km2 de dunas, rocas volcánicas, pedregosas colinas, áridos valles por donde discurren acuíferos subterráneos de agua salada, temperaturas entre 2 y 58º; frecuente tormentas de arenas. La Hamada» (el desierto del desierto) sita en los limites de la frontera argelina con el Sahara Occidental. Inhóspito lugar donde actualmente se ubican los campamentos de refugiados saharauis y la administración civil de la RASD. En dicho territorio se acaba de celebrar la V edición del maratón de solidaridad con el pueblo Sharaui. La primera edición de realizo en el 2001. La idea y diseño se fraguo en EEUU (que país ese, donde además de los marines y el hijo de la gran chinchada, que dirían los mejicanos, del Buch, siempre te encuentras tipos solidarios con las causas mas variadas) y tras aterrizar en Europa a través del puente establecido en el Estado español, y se convirtió en realidad mediante el entusiasmo de los saharauis en cargados de materializarlo sobre el terreno. Y es que para estos últimos, tal como nos lo dijeron, con el maratón tratan de lograr varios objetivos: fomentar la esperanza, la ilusión y la buena voluntad de las personas solidarias, dando a conocer al mundo las necesidades de los niños saharauis (si no hay conflicto militar, catástrofe natural, o intereses económicos occidentales en juego, el resto del mundo no existe)l, y de paso, avanzar en la configuración de una pequeña infraestructura y cultura deportiva que les permita batallar por ser admitidos en los próximos juegos olímpicos. Y es que a pesar de toda la demagogia del olimpismo apolítico, los intereses económicos conjunto con los políticos son los que gobiernan el Comité Olímpico Internacional y las olimpiadas. Ocurre, además, que igual que otros muchos países, los Saharauis tienen que ganarse el derecho a ser reconocido como País. Una cosa mas que los vascos/as compartimos con ellos. El la presente V edición, ha sido notable el bajón del numero y calidad de determinadas delegaciones como la de los EEUU (aunque no el numero global de participantes) siendo las delegaciones italiana y del estado español (y dentro de la misma el numero de vascos/as) las mas numerosas y principales.
Afición y devoción, estética romántica y ética de la solidaridad, todo en un mismo paquete, cosa poco plausible en un mundo donde cualquier prueba deportiva que se precie (incluso de atletismo) no se concibe sin fuertes sumas en premios que atraigan a las elites, y no menos fuertes reclamos publicitarios, que asocian la plasmación del ideal deportivo con la adquisición de materiales de determinadas multinacionales deporte. Respecto al maratón y debido a su dureza se posibilitan cuatro opciones: 5.000, 10.000, media maratón y maratón entera. En la primera edición realice el medio maratón y en la presente el maratón completo. El la primera edición la salida se dieron a tres grados de temperatura, con un aire que cortaba el cutis, pero el maratón termino a 35 grados, bajo un sol que fundía los plomos. En la presente edición la temperatura fue menos extrema, pero el siroco hizo estragos. Viento de frente que a veces te paraba en seco, constantes remolinos de arenas que te obligaban a correr con la testuz baja, cual toro embistiendo, el suelo de arena blanda, y sobre todo pedriza, especial para tener una torcedura o romper las piernas, y en los 10 últimos kilómetros tormenta de arena. No se veía a 20 metros, al respirar masticábamos arena y se perdieron 8 participantes que fueron encontrados cuando casi anochecía. Lo más alucinante un publico compuesto por enjambres de ninos/as, pobladores de diferente edad, donde destacaban las mujeres con ese característico irrintzi o chillido que pone carne de gallina, y da alas a los pies, aunque al kilometro de nuevo te pesen como barras de plomo, y la lengua se convierta en estropajo. Y los participantes saharauis, un producto del lugar; en su mayoría descalzos, sin barritas energéticas ni las imprescindibles sales minerales, que corrían, corrían, y cuando no podían mas se tumbaban en el suelo desfallecidos. El vencedor masculino un italiano, y la femenina una vasca.
Pero si el maratón nos impresiono por su tono épico y agónico, la impresión fue si cabe, mayor, la dignidad de un pueblo, que le cueste lo que le cueste, no va a renunciar a ejercer la plena soberanía, agrupando a tierras y personas a modo de nación independiente. Dignidad en unos/as, desvergüenza de Marruecos y también del gobierno español, deudor del pueblo saharaui por su condición de antigua potencia colonial y causante del entuerto existente, y por tanto moralmente obligado a su solución, y que sin embargo se escaquea de forma cada vez mas ostensible. Recuerdo las compungidas lagrimas del monarca español ante el féretro del gran sátrapa que fue Hassan II; pero el pueblo saharaui no vale para el gobierno español, lo que valen los acuerdos comerciales. Esperemos que algún día se lo hagan pagar, cuando tengan que negociar su cota de pesca de los caladeros saharauis, con sus auténticos dueños. Y desvergüenza de los observadores militares y políticos de la ONU. El presidente de la RASD Mohamed Abdelaziz, responsabilizo a las Naciones Unidas, de lo que pudiera ocurrir en el futuro: la paz en nuestra región se encuentra seriamente amenazada y responsabilizamos a la Naciones Unidas, y a ella sola, de todo intento de salirse del Plan de Paz y los Acuerdos de Houston. Y es que, mediante sucesivas prórrogas que el Consejo de Seguridad de la ONU ha concedido a la Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental, quien esta saliendo beneficiarios es la Monarquía Alauita.
Para nuestro modo de ver y concebir el mundo que nos rodea, puede parecer contradictorio asociar el desierto con flor y esperanza con la vida en la Y sin embargo, así es, y no tanto por que un poema beduino ensalce «la belleza de esa tierra a pesar de que los espinos pinchen y el sol abrase » Estamos hablando de otra belleza, que va mas allá de los atardeceres tornasolados del desierto y su cielo nocturno sin par, o la belleza de esos rostros de ojos inmensos como soles. Se trata, de la belleza que trasluce solidaridad, de la esperanza que irradia la voluntad de un pueblo unido en la adversidad. Que ante la colonización y la agresión marroquí ha elegido vivir en la precariedad, pero luchando por ser dueño de su destino y poder edificar una nación independiente, formada por personas libres y solidarias con el resto del mundo. Incluido con los que hoy les sojuzgan y obligan a vivir en él limite de lo posible. Así lo hemos sentido algunos y algunas en los cuatro días de estancia en los campamentos de refugiados de Tindouf, donde cerca de 300.000 refugiados, niños incluidos viven desde hace 25 años, convirtiendo el desierto más inhóspito en su hogar temporal, llegando a engalanar las arenas y pedregales con miles de «jaimas» y banderas al viento; jardines y huertas donde poder conseguir lo más elemental para su dieta de subsistencia. Los Saharauis viven en tiendas de llamadas jaimas, que constituye la vivienda familiar Junto a cada tienda hay 3 cuartos construidos con ladrillo de adobe. El agua potable para beber y cocinar se distribuye regularmente por camiones cisternas de ACNUR a los contenedores de los barrios, de donde se proveen las familias. La guerra, el exilio en el desierto y la economía de subsistencias han perfilado un nuevo orden social en el que su máximo reflejo es la escolarización de todos los niños y el papel esencial y activo que desempeña la mujer. Es esta la que aprovisiona en la actualidad los dispensarios, hospitales, centros de prevención y maternidad. Existen artesanos y talleres, que aprovechando materiales más precarios, tratan de producir los objetos que precisa la población. Los proyectos pilotos de agricultura y ganadería y su consolidación han mejorado sensiblemente la alimentación de ancianos, embarazadas y niños. La sanidad se trata con medios muy primarios y en circunstancias difíciles, agravadas por las condiciones especificas de una región raída, cálida y seca, a menudo barrida por fuertes tormentas de arena. En la enseñanza y la educación, su objetivo es la construcción de una sociedad igualitaria y moderna. Se han ocupado, además de fomentar el deporte y enriquecer el patrimonio cultural y artístico, de estimular la danza, la canción el teatro infantil. Todos los niños saharauis están escolarizados sin separación por sexo.
Ciertamente, no lo tiene fácil. De las conversaciones que sostuvimos con responsables de diferentes áreas, incluso militares, son conscientes que la su situación geopolítica les es totalmente adversa (la complicada situación interna de Argelia su gran aliado; el creciente peso de los intereses americanos en la zona; el descarado favoritismo de los franceses respecto a Marruecos) y que quien formalmente rompe el alto el fuego, puede ser presentado por los grandes manipuladores de la opinión mundial como los responsables del inicio de las hostilidades. A la vez que Marruecos el gran responsable, siga gozando de total impunidad para segur machacando la resistencia acuerdos (siga reprimiendo con total impunidad a la resistencia civil del interior de los territorios ocupados, torturando, violando, desapareciendo a los detenidos en encarceles de cuya existencia se tiene plena certeza, pero se desconoce su situación) y repoblando el Sahara Occidental con colonos marroquíes adepto s al régimen. Pero, a pesar de todas esas dificultades, los saharauis están convencidos, que lo peor, es seguir tal cual, dejando que la situación se pudra todavía más. O entrando en la trampa de unas terceras vías, como la de la autonomía administrativa, que es por todo van a intentar maniobrar las autoridades marroquíes. La Unión Europea y su ciudadanía deben de propiciar la solución de este conflicto e impedir que se eternice. Es la hora.