Pese al toque de queda, los disturbios continúan por tercer día consecutivo en la capital de Sudán, Jartum, tras la muerte del líder sureño y vicepresidente del país, John Garan
El Comité internacional de la Cruz Roja, informó haber visto 84 cuerpos en la morgue, a raíz de los disturbios que afectan la capital y sus alrededores.
Pandillas de árabes provenientes del norte del país y rebeldes del sur, mayoritariamente cristiano, se han enfrentado en las afueras de la capital, en lo que empezó siendo una manifestación provocada por la noticia de la muerte de Garang, el primer cristiano en ocupar un alto cargo en el gobierno islámico sudanés.
Según el corresponsal de la BBC en Jartum, Jonah Fisher, civiles portan palos y armas automáticas en las calles de una ciudad que está sumida en el caos, mientras gran parte de los residentes intenta huir hacia zonas más seguras.
El presidente Omar al-Bashir y el nuevo líder del sur, Salva Kiir, llamaron a la calma y anunciaron la creación de un comité conjunto para investigar la causa del accidente aéreo en el que John Garang perdió la vida.
Un fuerte contingente militar intenta detener los enfrentamientos, pero hasta ahora, ha sido imposible frenar las agresiones y saqueos.
Acuerdo de paz en peligro
La violencia estalló luego que el líder rebelde del sur y vicepresidente del país, John Garang, muriera cuando el helicóptero en el que viajaba se estrelló.
La situación en la capital sudanesa está poniendo en duda el futuro del acuerdo de paz entre norte y sur que él impulsó y que puso fin a dos décadas de guerra.
El Movimiento Popular de Liberación de Sudán, que dirigía Garang, nombró como sucesor a Salva Kiir, el segundo en la línea de mando, quien se reunirá con enviados estadounidenses en las próximas horas.
El origen de los disturbios
Refugiados de guerra provenientes del sur de Sudán, que viven en pueblos que bordean la capital, desataron su furia al enterarse de la muerte de John Garang.
Grupos de jóvenes quemaron automóviles, asaltaron comercios y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad.
Según el analista de la BBC Mark Doyle, los disturbios se produjeron por la falta de confianza que la mayoría de los sureños siente hacia la elite árabe que ha dominado el gobierno desde la independencia del país en 1956.
Sin embargo ahora los desórdenes están siendo protagonizados por ambos grupos en una batalla callejera que ha soslayado la seguridad de la población.
Las claves del proceso de paz
John Garang fue un líder que logró controlar las divisiones políticas y étnicas entre los sudaneses del sur, presentando demandas unificadas como un sólo bloque en la mesa de negociación.
Al mismo tiempo, consiguió negociar con los árabes del norte un acuerdo de seis años para establecer un gobierno de coalición integrado por las dos partes.
El acuerdo fue concebido como una especie de tregua o transición, antes de que el sur pudiera tener un voto de independencia en el futuro.
Por eso «el temor ahora es que las divisiones políticas y étnicas del sur vuelvan a emerger y que algunos miembros de la elite árabe promuevan esas fisuras desde Jartum», dijo Mark Doyle, analista de la BBC.
El sucesor de Garang, Salva Kiir, quien se convertirá en vicepresidente de Sudán y presidente de la nueva entidad denominada Gobierno de Sudán del Sur, se enfrenta ahora al desafío de ejercer un liderazgo unificador que permita volver a impulsar el proceso de paz en el país.