Miles de ciudadanos que no pudieron salir de sus poblaciones por falta de vehículos y recursos han nutrido las cifras de muertos y desaparecidos en el estado norteamericano de Nueva Orleáns con la llegada del huracán Katrina. La cadena local WDSU señaló que el Superdome, el estadio cubierto donde se refugiaron 30 mil personas que […]
Miles de ciudadanos que no pudieron salir de sus poblaciones por falta de vehículos y recursos han nutrido las cifras de muertos y desaparecidos en el estado norteamericano de Nueva Orleáns con la llegada del huracán Katrina. La cadena local WDSU señaló que el Superdome, el estadio cubierto donde se refugiaron 30 mil personas que no pudieron huir de la ciudad, estaba cercado por inundaciones de un metro de agua y había perdido grandes porciones de lámina de su techo. Los baños también colapsaron.
Escenas de saqueos salvajes aparecieron por toda la ciudad de Nueva Orleáns cuando la gente invadía las tiendas para conseguir comida, aunque también se llevaban televisores, joyas, ropa y computadoras.
En algunas zonas, ciudadanos armados tomaron las calles para tratar de restablecer el orden. En los lugares que todavía estaban secos, los dueños de las tiendas se sentaban enfrente de sus negocios, con armas en la mano.
Uno puso un cartel que decía: «Tú saqueas, yo disparo.»
Las autoridades estaban tan ocupadas en rescatar a las víctimas de las inundaciones que al principio dejaron que los saqueos siguieran, dijo Nagin.
Pero agregó en CNN: «Estaba creciendo a algo un poco diferente y estamos controlándolo.» Y dijo que 3.500 soldados de la Guardia Nacional estaban siendo enviados a la ciudad.
Un gran problema para las autoridades era decidir qué hacer con la creciente cantidad de evacuados que quedaron sin hogar.
Los funcionarios dijeron que entre 20.000 y 30.000 personas estaban refugiadas en un estadio de fútbol americano gigante y que la gente se estaba poniendo impaciente porque no tenía electricidad ni aire acondicionado, mientras crecían las pilas de basura y el lugar quedaba en condiciones insalubres.
Eso sucede en el país más poderoso del mundo, que gasta 5.600 millones de dólares al mes por mantener la invasión de Iraq y vendió12.400 millones de dólares en armas el pasado año. Donde su presidente pasa cien días al año de vacaciones en su racho de Texas, desde donde ahora parece que ha decidido salir.
A principios de este mes, la Guardia Nacional de Louisiana se quejó públicamente de que la mayoría de su equipamiento estaba en Irak. La filial local de la cadena de noticias ABC informó que decenas de vehículos anfibios, jeeps Humvee, unidades abastecedoras de aeronaves y generadores están fuera del país por lo que no podrán participar en las acciones de prevención y actuación frente al huracán Katrina.
La Guardia Nacional ha participado en operaciones de rescate y mantenimiento del orden en la zona del desastre, pero unos seis mil miembros de la Guardia de Louisiana y Mississippi tuvieron que ver la catástrofe desde 11.200 kilómetros de distancia, en Irak. El cuarenta por ciento de la Guardia Nacional de Mississippi y el 35 por ciento de la Guardia de Louisiana están en Irak. En los últimos ocho meses, 23 miembros de la Guardia Nacional de Louisiana murieron en Irak. Sólo la unidad de la Guardia de Nueva York ha sufrido tantas bajas en Irak.
En vista de la destrucción que ha causado Katrina, las autoridades de Estados Unidos calculan que los muertos ya son centenares, según informó el canal de televisión CBS.
La mayor parte de Nueva Orleáns se encuentra bajo el nivel del mar, por lo que las aguas alcanzan los siete metros en algunos barrios. Los dos aeropuertos también están bajo el agua, y desde los techos de sus casas las personas piden ayuda a gritos a los helicópteros que evacúan gente de los tejados.
Un hospital inundado fue evacuado, y las autoridades pidieron a los dueños de botes que los pusieran a disposición de los socorristas.
Se estima en 700 el número de personas rescatadas de las aguas, que continúan su crecida un día después del paso del huracán.
Aún no se han confirmado muertes en Louisiana, pero el alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, dijo que había cuerpos flotando sobre las aguas que cubren la mayor parte de la ciudad, y sólo hizo referencia a un número «significativo» de víctimas. En el Superdome, un hombre se lanzó de lo alto de una tribuna y falleció.
Se prevé que la cifra de muertos aumente a medida que los equipos de rescate avancen sobre las montañas de escombros para poder llegar a las áreas devastadas por Katrina.
Nagin calcula que el sistema eléctrico y las escuelas de Nueva Orleáns volverán a funcionar en dos meses.
Por su parte, el gobernador de Mississippi, Haley Barbour, dijo que había información de 80 muertos sólo en el condado costero de Harrison, cifra que «aumentará cuando se sumen las de otros condados», agregó.
En la ciudad costera de Biloxi, en Mississippi, cientos de personas podrían haber muerto tras quedar atrapadas en sus casas por el agua que alcanzó los nueve metros.
Otros murieron por la caída de árboles y en accidentes de automóvil. «Habrá cientos de víctimas mortales», previó Vincent Creel, portavoz de la alcaldía de Biloxi, una de las ciudades más castigadas por el fenómeno, donde viven 50 mil personas.
El panorama de devastación que dejó el huracán Katrina en Estados Unidos comprende Nueva Orleáns inundada, incomunicada y asolada por saqueos, así como pérdidas materiales que algunos analistas calculan en 35 mil millones de dólares; además, el fenómeno paralizó la producción petrolera en el Golfo de México.
El huracán provocó daños catastróficos a lo largo de la costa, cuando azotó el estado de Louisiana con vientos de 224 kilómetros por hora. Luego arrasó Mississippi, Alabama, Tennessee y el oeste de Florida. Destruyó edificios, vehículos, arrancó árboles e inundó ciudades.
El martes por la mañana Katrina entró en la región noreste del estado de Mississippi como tormenta tropical con vientos de 80 kilómetros por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes.
El presidente George W. Bush interrumpirá sus vacaciones en su rancho de Crawford, Texas, y volverá el miércoles a Washington para coordinar las acciones de socorro en la zona devastada, informaron voceros de la Casa Blanca.
«Nuestros corazones y nuestras plegarias están con nuestros compatriotas en la Costa del Golfo que tanto han sufrido por el huracán Katrina«, dijo el presidente Bush en un mensaje.
«La devastación es mayor que nuestros peores temores», dijo la gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, en una conferencia de prensa. «Es totalmente abrumadora», agregó.
«No hay electricidad (en Nueva Orleáns) y tampoco habrá agua potable durante un buen tiempo. Además, ya casi no queda comida», aseguró. La ciudad está aislada porque las carreteras y los puentes están inundados, y siete vías rápidas elevadas son consideradas peligrosas.
El sistema de diques que protege Nueva Orleáns del río Mississippi se rompió la madrugada del martes y permitió que el agua del lago Pontchartrain inundara 80 por ciento de la ciudad.
«Es nuestro tsunami«, dijo el alcalde de Biloxi, A. J. Hollway, donde se habían confirmado 30 muertes, cuando un edificio de apartamentos se colapsó por la fuerza del huracán.
El estado de Alabama también fue golpeado por Katrina, que la noche del lunes se degradó a tormenta tropical, pero el Centro Nacional de Huracanes advirtió que seguía siendo peligroso.
Katrina dejó cerca de 5 millones de personas sin servicio eléctrico en los estados de Louisiana, Mississippi, Alabama y Florida, dijeron las compañías de energía. Restablecer el servicio podría llevar semanas, advirtieron.
La Cruz Roja, por su parte, lanzó una importante operación para ayudar a la población, y las donaciones ya comenzaban a llegar desde todo Estados Unidos a las regiones más devastadas.
La Agencia Federal de Aviación informó que los aeropuertos comerciales de Nueva Orleáns y Gulfport se encuentran en situación inoperable a consecuencia del huracán. Casi todos los vuelos comerciales a las ciudades afectadas están suspendidos.