Al menos seis asturianos y descendientes de asturianos desaparecieron en Argentina durante la dictadura militar, pero pueden ser «bastantes más» los desaparecidos, por lo que el Gobierno asturiano ha decidido iniciar un rastreo para identificarlos y proceder a la «recuperación de su memoria»
La decisión fue tomada a raíz del viaje que la semana pasada llevó a cabo a Argentina el director de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, Rafael Palacios, donde mantuvo encuentros con dirigentes políticos y de organizaciones de desaparecidos.
En rueda de prensa, el director de la Agencia de Cooperación confirmó que pudo conocer durante su visita los casos de las dos asturianas que se encuentran entre los 49 españoles que se dan por desaparecidos oficialmente en Argentina, pero que también hay otros cuatro casos que van a ser objeto de una investigación por parte de la administración asturiana.
No obstante, advirtió de que «la verdad puede ser muy dura» y que a esos posibles casos pueden sumarse «bastantes más», dado que posiblemente haya unos 300 españoles desaparecidos en ese periodo y que muchas denuncias «no se han presentado hasta ahora por miedo».
Los dos casos confirmados son los de dos profesoras: Rocío Angela Martínez Borbolla, natural de Gijón, desaparecida a los 31 años en Buenos Aires en junio de 1976; y Antonia Margarita Fernández, desaparecida en Mar de Plata en 1978 a los 33 años.
Esta última, natural de Oviedo o de Moreda, desapareció junto a su marido y dos hijas de 3 y 7 años que fueron recuperadas por sus abuelos, al igual que pasó con los dos hijos que la profesora gijonesa.
Durante su estancia en Argentina, Palacios tuvo conocimiento de otro caso, el de Ceferino Fernández, nacido en Tineo en 1943 y desaparecido en septiembre de 1975, durante las acciones de la «Triple A» con Isabel Perón al frente del Gobierno anterior a la dictadura militar.
Otro posible caso es el de Cecilia Viñas, nieta de una ovetense, que desapareció en junio de 1977 junto a su marido, Hugo Reinaldo Penino, y el hijo que ambos tuvieron y que pudo ser objeto del «mercado negro de bebés».
Palacios confirmó que también hay una asturiana entre las «Madres de la Plaza de Mayo» que tiene dos hijos desaparecidos durante la dictadura militar.
Ante esta situación, y ante la posibilidad de que sean más los casos existentes, el Gobierno asturiano ha decidido establecer un protocolo de actuación con el Gobierno de Argentina, especialmente con la Unidad de Investigación de Desaparecidos, y participar con ella «de manera activa».
De hecho, Palacios ya se entrevistó con el con el secretario de Estado de Derechos Humanos de Argentina, Eduardo Luis Duhalde, con el que trató el trabajo de la Unidad de Investigación de Desaparecidos con el objetivo de conocer todos los detalles que permitan iniciar la búsqueda de los asturianos desaparecidos durante la dictadura militar.
Con este fin, el Gobierno asturiano ha decidido participar en la creación de un banco genético, fotográfico y bibliográfico con los que obtener muestras genéticas e información que puedan ayudar a identificar a los desaparecidos.
Palacios avanzó también que posiblemente sea enviado un técnico asturiano para que durante un par de meses trabaje en el archivo nacional argentino de desaparecidos para hacer un rastreo e identificar a los asturianos desaparecidos, a los que también se honrará en Asturias el próximo 30 de septiembre, día en el que en Argentina se celebra el Día de la Memoria de los Desaparecidos.
Palacios también se reunió con el secretario del Ministerio del Interior y responsable de Emigración, Cooperación al Desarrollo y relaciones con las organizaciones sociales, Darío Díaz; el embajador español, Carmelo Angulo; la asesora del Gobierno argentino Adriana Arce, que ejercerá de interlocutora con el Ejecutivo asturiano; y la presidenta de la Comisión de Desaparecidos Españoles, María Consuelo Castaño.