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11 de septiembre de 2001: contra las obstrucciones por razones de Estado multipliquemos las investigaciones ciudadanas

Fuentes: Rebelión

El autor es un investigador independiente que indaga desde hace cuatro años sobre el 11 de septiembre.   Lo confuso de la versión oficial Cuatro años y medio después del 11 de septiembre de 2001, la información oficial sigue siendo poco sistemática, controvertida, incluso contradictoria. La comisión nacional dirigida por Thomas H. Kean y Philip […]

El autor es un investigador independiente que indaga desde hace cuatro años sobre el 11 de septiembre.

 

Lo confuso de la versión oficial

Cuatro años y medio después del 11 de septiembre de 2001, la información oficial sigue siendo poco sistemática, controvertida, incluso contradictoria.

La comisión nacional dirigida por Thomas H. Kean y Philip D. Zelikow recoge la lista mediática de los piratas incluso cuanado el propio FBI consideraba desde el mes de septiembre de 2001 que buena parte de éstos habían podido utilizar un pseudónimo o identidades que les habían sido robadas (» Expert : Hijackers Likely Skilled With Fake IDs «, www.cnn.com/2001/US/09/21/inv.id.theft. » FBI probes Hijackers’ identities «, http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/americas/1553754.stm, www.islam-online.net/English/News/2001-09/21/article12.shtml). Desde el 27 de septiembre, el FBI sigue intentando «confirmar la verdadera identidad de estos individuos» (http://fbi.gov/presserel/presserel01/092701hjpic.htm).

La comisión oficial no se ha volcado en el derrumbe de la torre nº 7, sorprendente por su simetría, y esto varias horas después del desplome de las torres gemelas. Un informe de la FEMA [Agencia Federal de Gestión de Catástrofes] concluye previamente que la secuencia de los acontecimientos que provocaron el derrumbamiento sigue siendo desconocida.

La NTBS, la agencia encargada de la investigación de accidentes de transporte aún no ha entregado su propio informe sobre los cuatro accidentes bajo el pretexto de que los encargados de dirigir la investigación son los miembros del FBI (ver http://ntsb.gov/events/major.htm).

La NTBS no ha declarado haber encontrado las cajas negras de los aviones de Nueva York, sin embargo uno de sus empleados y dos bomberos aseguran haber visto cómo se llevaban y analizaban las cajas negras («9/11: Missing Black Boxes in World Trade Center Attacks Found by Firefighters, Analyzed by NTSB, Concealed by FBI», 19/12/2005, http://www.counterpunch.org/lindorff12202005.html). Del mismo modo, la comisión oficial afirma que no se encontraron las cajas negras de Nueva York y que la grabadora de voz de la cabina del piloto (CVR) del vuelo AA77 (supuestamente estrellado en el Pentágono) estaba «muy carbonizada e inservible» (The 9/11 Final Report, p.456, http://demos.vivisimo.com/search?input-form=simple&v %3Asources=911&v%3Aproject=911&query=fdr&x=0&y=0). La NTBS entregó varios informes a la comisión oficial de investigación sobre los atentados, pero sólo de tres de los cuatro aviones y basándose únicamente en datos guardados por las torres de control. En lo referente al vuelo UA 93 destruido, dicen, en Pensilvania, la NTSB se sirvió del registrador de datos de vuelo (FDR) y de la CVR, cuya trascripción fue realizada conjuntamente por el FBI y la NTBS (http://demos.vivisimo.com/search?input-form=simple&v%3Asources=911&v%3Aproject=911&query=ntsb&x=0&y=0 ).

 

Las primeras objeciones de los escépticos, enérgicas.

Algunos escépticos han refutado la tesis del avión como causante de los daños visibles en el Pentágono. El objeto volante tendría que ser más pequeño y más resistente ya que no habría dejado tan pocos daños en la entrada del edificio y, sobre todo, no habría podido atravesar seis muros tras desintegrase contra la fachada.

Varios investigadores han afirmado que las afirmaciones realizadas por el propietario de las torres, Larry Silverstein, en septiembre de 2002 sobre la torre nº 7 apuntaban al deseo de demoler el edificio. Éste habría hablado con los bomberos sobre el riesgo de pérdidas de vidas y de la necesidad de realizar una acción conocida como «pull». Tomaron una decisión afirmativa y poco después vieron como se desmoronaba el edificio. En ingeniería de la construcción esto significa destruir un edificio.

 

Las primeras respuestas de las autoridades, confusas.

La CNN emitió imágenes de la explosión en el Pentágono ( http://archives.cnn.com/2002/US/03/07/gen.pentagon.pictures). Nos muestran un objeto borroso en una de la tomas. Algunos refutan el carácter original de estas imágenes y localizan algunos retoques. Otros las absorben tal cual y perciben los colores de una explosión causada por una bomba, o los fragmentos volantes de un avión espía teledirigido, el Global Hawk.

Tal y como afirma Philip Zelikow en una entrevista realizada por el Washington Post el 7 de octubre de 2004, no existiría ninguna fotografía que pueda poner término a los rumores de los llamados «conspiracionistas» (Carol Morello, » Conspiracy theories flourish on the internet «, http://inn.globalfreepress.com/modules/news/article.php?storyid=853 ).

En junio de 2005, la demorada respuesta de Larry Silverstein fue que al decir «Pull it» quiso decir otra cosa y, en enero de 2006, que tenía en mente el ordenar la evacuación de un escuadrón de bomberos de la torre nº 7. A esto, Alex Jones responde que los bomberos habían abandonado el lugar a as 11h30, mucho antes que el desplome del edifico a las 17h30 (Silverstein Answers WTC Building 7 Charges, http://www.prisonplanet.com/articles/january2006/050106silversteinanswers.htm ). Tomando la distancia necesaria de los hechos puede que Silverston haya unido los dos acontecimientos en su frase. Eso no impide que el desplome del edificio se parezca como dos gotas de agua a una demolición controlada, tanto más cuando no se produjo ningún incendio de gran importancia. ¿Qué intereses llevaron a la demolición controlada de esta torre que albergaba el cuartel general de la alcaldía de Nueva York así como las oficinas de la CIA y de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC)?

 

Cuestiones pendientes

 

Imposibilidad de identificación de los criminales

 

En general, las autoridades estadounidenses se defienden siempre muy mal excluyendo todo análisis material y aferrándose a las confesiones en vídeo mal traducidas de Ben Laden y a supuestas confesiones de dirigentes de Al Qaeda que nadie ha visto ni oído en los tribunales y que tan sólo ha visto un periodista de Al-Jazeera pocos días antes de su detención (http://usinfo.state.gov/media/Archive/2005/Jan/14-610042.html , para más información http://usinfo.state.gov/media/misinformation.html). El departamento de Estado utiliza la obra de Yosri Fouda Les cerveaux du terrorisme como una fuente fiable. Ahora bien, nada permite saber con exactitud si este periodista se reunió en realidad con los verdaderos Khalid Sheikh Mohammed y Ramzi Binalchib. Todo deja pensar que más bien fue llevado en barco por ciertos servicios. Ya se había anunciado la muerte del primero y los miembros del sitio http://jihad.net retaron al periodista a que probase que se había reunido realmente con sus jefes.

 

Así, nada chocante es ver que esta entrevista está llena de detalles extraños:

 

1) En el proyecto de documental que los «cerebros» habían enviado por fax, se subrayan ciertos propósitos sobre la responsabilidad o el belicismo de «Al Qaeda» para provocar así una reacción bélica de Occidente: «¿Consideran los analistas políticos y los expertos militares el 11 de septiembre como una acción militar en términos de objetivos y de sincronización a la luz de las repetidas advertencias que le precedieron y, especialmente, cuando la guerra ya había sido declarada por Ben Laden?». «¿Por qué un gran número de analistas políticos y militares y expertos en seguridad no fue capaz de darse cuenta antes de que Al Qaeda estaba detrás de las operaciones del 11 de septiembre?».

2) Pensaron en retirar la tarjeta del teléfono móvil de Yosri Fouda para no ser localizados sólo cuando éste ya estaba en el escondite de los terroristas en Karachi.

3) Los «cerebros» estaban preparando mil atentados en abril, pero no sucedió nada antes de su detención en septiembre. De igual forma, según la comisión Kean, Ben Laden deseaba un ataque contra los Estados Unidos desde mediados del año 2000, tras la polémica visita de Ariel Sharon a los dos lugares santos del Islam en Jerusalén y castigar así a los Estados Unidos por su apoyo a Israel. Le habría pedido a Khalid Sheik Mohammed que estrellase los aviones contra el suelo, sin blanco preciso, pero esto último habría sido contestado pues requería mucho más entrenamiento.

4) «Binalchibh» le dio a Yosri Fouda lo que presentó como documentos importantes que aún no han sido difundidos en Al Jazeera (el testmento de Al-Haznawi e imágenes de combates), sin embargo ya habían sido emitidas. ¿E insistió especialmente en que esas imágenes fueran emitidas en Francia para reclutar a los árabes de Francia o para asustar a los franceses?

5) De diecinueve vídeos con las últimas voluntades de los piratas tan solo dos habrían sido difundidos por «Al Qaeda» a través de Al-Jazeera en junio y septiembre de 2002 (los de Al Haznawi y Al Omari, dos piratas particularmente discretos, al parecer la identidad del último habría sido robada) y los «cerebros» se niegan a enseñarle el vídeo de Atta a Yosri Fouda.

6) Una vez en el interior de los aviones, los terroristas del 11 de septiembre se mantuvieron informados mutuamente para coordinar los ataques. Pero la honestidad nos obliga a constatar la falta de coordinación de los cuatro ataques, y que dos aviones fueron abordados al cabo de treinta y cuarenta minutos, mientras que las instrucciones habrían sido forzar las cabinas 15 minutos después del despegue).

 

De igual manera que nunca ha habido un juicio público de los organizadores o de los cómplices no existe tampoco vídeo alguno que muestre públicamente a los piratas circulando por el aeropuerto el día de salida de los aviones. Circularon durante un cierto tiempo unos vídeos de los presuntos piratas del vuelo AA77 en el aeropuerto de Washington, pero las imágenes carecen de fecha.

Tampoco existen conversaciones que identifiquen con certeza a los piratas a bordo de los aparatos. No sólo porque se están escondiendo las grabadoras de voz de las cabinas, sino también porque Kevin Deleney, empleado de la Agencia Federal de Aviación (FAA), cortó y tiró los restos de conversaciones entre controladores y pilotos. Si los pilotos se hubieran visto frente a piratas que blandían instrucciones en cabina habrían tenido tiempo de llamar a la torre de control o de identificar un accidente en los tranpondedores. Ahora bien, no existe rastro de esos SOS de los pilotos en ninguno de los cuatro aviones.

Sin embargo, algunos controladores habrían escuchado la siguiente frase de uno de los piratas: «we have some planes». Pero cabe la posibilidad de que esta frase hubiera sido grabada y enviada automáticamente como la señal de peligro que en 1962 envió un avión vacío antes de ser destruido sobre Cuba, por pura provocación, según el proyecto militar conocido como «Operación Northwood».

 

La defensa mediática de la tesis terrorista islamista sigue siendo débil. Parece que la cadena Al Jazeera fue manipulada en este sentido cuando en septiembre de 2002 emitió el relato del pseudo encuentro de Uori Fouda con los planificadores, así como una pseudo confesión de un pseudo kamikaze, Abdul Aziz Al Omari o Al Omri (y una sóla, según Olfa Lamlou, Al- Jazira, miroir rebelle et ambigu du monde arabe, Autrement, Paris, 2004, p.52). Además de que ver como dicho kamikaze es pillado o forzado a hacer de actor antes del 11 de septiembre, podemos constatar que un tal Abdulaziz Al Omari afirma que le robobaron sus documentos de identidad en Denver em 1995. Por lo tanto no hay certeza de que el tal Al Omario formara parte de uno de los comandos de piratas en los Estados Unidos.

 

Difícil identificación de las armas del crimen

 

En lo referente a la colisión en el Pentágono, la penetración de una parte del supuesto avión a través del muro exterior reforzado y los otros cinco muros protectores del Pentágono podría explicarse por el hecho de que se realizó por debajo de la losa de la primera planta, en un nivel en el que los muros interiores entre los anillos están compuestos tan sólo por ladrillos y no de hormigón recubierto de ladrillos. Cabe observar no obstante los daños internos, la abertura fue realizada probablemente por una carga militar dispersada en submunición perforante (http://www.jp-petit.com/Divers/PENTAGATE/Pentagate2.htm), por un penetrador de uranio empobrecido que habría roto las columnas, atravesado el anillo C y después cabe la posibilidad de que se encontrase aún humeante cerca del orificio de salida circular llamado «punch out» (http://www.earth-citizens.net/pages-fr/deg-interne.html). A menos que la abertura provenga de un contrapeso en uranio empobrecido tal y como existen en los 747 (Se supone que el vuelo 77 era un 757).

En lo referente a la falta de restos del avión (maletas, asientos, grandes largueros), puede explicarse por la violencia del choque y la activación de un explosivo en el momento del impacto contra el edificio; de ahí un color y una forma ascendente de la explosión, por poco que las imágenes emitidas por la CNN sean verdaderas con la sorprendente estela de humo del aparato.

 

En todo caso no podía tratarse de un avión civil con simples pasajeros a bordo.

 

Como en el Pentágono, siguen existiendo misterios sobre el primer ataque contra las torres gemelas. Y las similitudes son abundantes:

 

1) Al público sólo se le ha presentado un vídeo de la colisión y un destello blanco aparece durante el impacto. Ver esta animación http://eric.bart.free.fr/iwpb/images/fl11-anim.gif.

Este destello es mucho más importante y de otro color que el de la colisión del segundo avión, y sobre el cual un veterano titulado de una escuela de aviación como el investigador Jean-Pierre Petit consideró sin embargo como un disparo de contacto . Es interesante el paralelismo con la explosión de color blanco percibida en el Pentágono por algunos testigos como Penny Elgas, Terry Morin et James Robbins (ver http://eric.bart.free.fr/iwpb/witness.html).

2) Por otro lado, no estaba previsto que estos dos aviones de American Airlines despegaran, según los archivos del sitio http://bts.gov. El sitio ha sido modificado pero pueden encontrarse capturas de imágenes en Internet, como por ejemplo en http://team8plus.org/forum_viewtopic.php?6.2066 (http://img8.exs.cx/img8/6806/f11_911nowheels.jpg). 3) El estudio de su trayectoria parece mostrar que habían sido guiados a distancia por expertos en pilotaje y no por piratas, siendo prudentes en este enfoque. Podemos recordar la pulcra trayectoria en espiral del vuelo AA 77. Sin duda alguna, los piratas electrónicos fueron advertidos de los fallos del sistema de defensa del Pentágono ya que ni siquiera el sistema PAVE PAWS funcionó.

Centrémonos ahora en las descripciones de la primera colisión de las 8h46: «no era un avión de American Airlines», declara una señora en el DVD Confronting Evidence. «Acababa de abrir las contraventanas de mi habitación en el 17º piso del Gramercy Park Hotel en Maniatan. Vi un avión que subía hacia lo alto de la torre. Era extraño, parecía estar zigzagueando. Y después chocó contra el edificio» declaró Flore Mongin al periódico francés Libération, situada a 3 Km. de las torres gemelas, lo que le permitía tener un cierto tiempo para observar el acercamiento. Si el avión se encontraba en fase ascendente queda excluido que pensase que volaba en un principio a baja altitud para evitar la vigilancia aérea. Ahora bien, algunos controladores de radares no excluyen, en principio, que el aparato, probablemente de tipo Cessna, teniendo en cuanta su baja altitud y su procedencia, hubiese salido de Poughkeepsie, a 60 millas al Norte. Otras fuentes apuntan que el avión se puso a serpentear en los alrededores de Albany (www.cooperativeresearch.org, cronología del 11/9/2001, 8h24, citando el Wall Street Journal del 15 de octubre de 2001: «squiggly line after its turn near Albany». «A Sky Filled With Chaos», Washington Post, 17/09/2001, p.A03.). Ahora bien, Poughkeepsie se sitúa exactamente entre Albany y Nueva York (http://www.mapquest.com/maps/map.adp?zip=12601&state=NY&country=US&zoom=2 ).

Parece pues que el supuesto vuelo AA 11 u otro avión no identificado por el personal de control aéreo voló a baja altitud en un primer momento antes de remontar el vuelo hacia la torre Norte, sin duda para escapar de los radares y demorar la reacción de los militares, como con el supuesto vuelo AA 77 durante la aproximación final a ras de una colina. Del mismo modo, los vuelos UA 93 y UA 175 se cruzaron a baja altitud cerca del aeropuerto Stewart International.

Todo esto nos permite preguntarnos: ¿podrían haber gestionado unos piratas – pilotos aficionados todas estas trayectorias tan cambiantes, incluso en el último momento? Y la misma pregunta puede plantearse sobre el Pentágono: ¿No estamos más bien ante un secuestro electrónico facilitado por la tecnología de radio ARIES, FANS o Home Run?

A partir de ese momento es menos sorprendente que las direcciones de la NTBS y del FBI nieguen haber encontrado las cajas negras de los aviones estrellados en Nueva York, al contrario de las declaraciones de los bomberos y de un empleado de la NTSB, quienes afirman que las cajas negras fueron localizadas y analizadas. (cf. Dave Lindorff, http://www.counterpunch.com/lindorff12202005.html , 20/12/2005).

 

El descubrimiento de los datos de las cajas negras demostraría sin duda que el primer avión que se estrelló contra las torres, el cual pudo despegar de un aeropuerto que no fuera el de Boston, engaño a la defensas volando por debajo del nivel de localización del radar una vez que el vuelo AA 11 hubiera apagado su transpondedor en una zona donde no había cobertura de radar. Ver Voir http://team8plus.org/e107_images/newspost_images/radarholes.jpg.

Conclusión

Queda por resolver una espinosa cuestión: quién secuestró electrónicamente los aviones de United Airlines y quién pilotó a distancia los aviones de American Airlines o los que los remplazaron. ¿Eran miembros del influyente grupo de pensamiento PNAC (ver http://pnac.info)?, ¿contaban con una reacción bélica de los dirigentes de los EE.UU.? Echando la vista atrás, podemos decir que hacían falta varios miles de muertos estadounidenses para justificar los centenares de miles de muertos en Irak, en Afganistán y pronto en Siria y en Irán, para asentar la preciada hegemonía de personajes irracionales como Zbigniew Brezinski y los miembros del PNAC.

 

La idea de concierto de diversos intereses no puede ser descartada. Una pequeña organización pudo advertir a la administración Bush de la existencia de un riesgo de ataque. Por ejemplo algunos agentes vigilando a islamistas en Florida. Así, el ejército y la casa blanca están al tanto de algo. Hay una filtración. Desde ese momento dos cosas pueden suceder. Bien porque una parte de las autoridades bajó la guardia, a modo de colaboración con los conspiradores, y permitiendo así un atentado similar al que escaparían las personas de las altas esferas (recordemos que en las oficinas de Nueva York y del Pentágono atacadas no había aquella mañana personas de la élite); o bien porque los miembros más respetables de las autoridades fueron engañados por los conspiradores quienes les dijeron, por ejemplo, que los ataques serían en el Norte del país cerca de Canadá, donde, es sabido, se desplegaron numerosos cazas con motivo del ejercicio Vigilan Guardian (un nombre que sugiere una vigilancia relativa a una amenaza real).

En ambos casos las autoridades están implicadas, ya que los conspiradores dejaron el rastro de la advertencia hecha (por ejemplo, el informe entregado a Bush el 6 de agosto de 2001, etc.), o bien una parte aceptó la proposición de atentado. Por otro lado, terminaran adelantándonos que se habían preparado para responder, que efectivamente hubo una reacción aérea, pero no en el lugar adecuado (según comentan, los aviones despegaron en otra dirección), y que algunos espías no habrían intervenido (asunto de los espías del Mosad sobre las pistas de los sospechosos). Cada uno tiene así una forma de encubrirse, aunque las dos partes estuvieran conchabadas, aunque los que hacen más chantaje son sin duda alguna los verdaderos conspiradores.

El lector es cordialmente invitado a prologar estos indicios de reflexión.

 

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Jose Luis Díez Lerma, miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ( [email protected] ). Esta traducción es copyleft.