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Comunicado 'Presos 4 de febrero 2006'

Familiares y amigos de los detenidos denuncian el gran montaje policial sobre el caso y la complicidad del Ayuntamiento de Barcelona

Fuentes: Rebelión

El día cuatro de febrero 2006, en Barcelona, Mariana Huidobro, madre de Rodrigo Lanza, recibió una llamada telefónica a las 7,30 a.m., de parte de una amiga de su hijo, explicando que éste y otros amigos se encontraban detenidos tras recibir una paliza por parte de la policía. Mariana se dirigió inmediatamente a reunirse con […]

El día cuatro de febrero 2006, en Barcelona, Mariana Huidobro, madre de Rodrigo Lanza, recibió una llamada telefónica a las 7,30 a.m., de parte de una amiga de su hijo, explicando que éste y otros amigos se encontraban detenidos tras recibir una paliza por parte de la policía. Mariana se dirigió inmediatamente a reunirse con las personas que estuvieron con su hijo durante lo ocurrido. Se le explicó, que Rodrigo junto con un grupo de amigos entre los cuales se encontraban Alex Cisternas y Juan Pintos, pasaban por la calle de Sant Pere mès Baix a las 6,00 a.m., para dirigirse algunos al metro y otros a una fiesta que se celebraba en el Nº 55 de la misma calle. Al llegar al sitio se encontraron con un grupo que discutía con unos guardias urbanos ya que la fiesta estaba cerrada y no se permitía el acceso a ella. Los jóvenes decidieron irse pero fue entonces cuando comenzó la carga policial. En ese momento sin motivo alguno, los Guardias Urbanos comenzaron a golpear con las porras brutalmente, a toda la gente que se encontraba allí. La Guardia Urbana persiguió a la gente que escapaba, golpeando y arrestando arbitrariamente. Al mismo tiempo se lanzaban objetos desde el edificio donde se realizaba la fiesta.

A la madre de Rodrigo se le explicó que lo último que vieron de su hijo era que estaba en el suelo, con la cabeza rota y sangrando, esposado y con la policía que seguía golpeándolo. Que a su amigo Alex lo habían golpeado, que salió corriendo y la Guardia Urbana comenzó a disparar. A Alex lo vieron caer al suelo. Le explicaron que a Juan lo habían golpeado mucho y lo habían arrastrado del pelo hasta otro sitio.

Los jóvenes que le informaron estaban preocupados porque también vieron un Guardia Urbano herido.

Después de escuchar todo esto, alarmada por la situación, Mariana explica:

«Fui inmediatamente a la comisaría de la Rambla para saber noticias de mi hijo. Allí me dijeron que no tenían información al respecto y que me dirigiera a la comisaría de Nou de la Rambla. Ahí entré a preguntar por mi hijo y me dijeron que ellos no me podían dar esa información, pero que si estaba ahí no me preocupara porque ellos tenían el deber de cuidarlo y de proteger su integridad física: «señora, esté tranquila».

Me aconsejaron que fuera nuevamente a la comisaría de la Rambla, y esta situación se repitió varias veces. Ante mi impotencia decidí contratar a un abogado.

Para entonces ya eran más de las 11 de la mañana y aún no podía saber nada de mi hijo. Por mi insistencia, me dijeron que iba a salir un oficial a darme información y que esperara. Esto me lo dijeron nuevamente para comunicarme finalmente que no me dirían nada. En un momento un policía me dijo que quizás se encontraba en la comisaría de Les Corts. Fui hacia allá donde desde una entrada me enviaban a la otra y así sucesivamente.

Un policía me dijo que ellos no daban información y volví a preguntar a las primeras comisarías (en La Rambla).

A las 2 de la tarde aproximadamente fui con mi abogado a la comisaría de Les Corts y a mi abogado le informaron que aparecía como detenido, pero que no nos podían dar ningún tipo de información de dónde estaba, ni de cómo estaba.

Yo veía a mi abogado toda la tarde llamando al Colegio de Abogados para saber de él y nada.

Ya que la policía se negaba a darnos información, y ante mi preocupación, presentamos un Habeas Corpus en el Juzgado, allí estuvimos todo el resto de la tarde. El Habeas Corpus fue denegado por el juez como a las 9.00 de la noche.

No sabia nada de cómo se encontraba Rodrigo físicamente. Ni de porqué estaba detenido.

La policía siempre insistió en que estuviera tranquila, que mientras mi hijo estuviera con ellos él estaría bien.

A las 9.30 de la noche, tras 15 horas de búsqueda, mi abogado me dijo que lo habían llamado del Colegio de Abogados para comunicarle que a mi hijo lo acusaban de intento de homicidio, y que iba a declarar al otro día en la comisaría de Sants. Pero aún no sabía dónde estaba. Y sobretodo cómo estaba.»

Durante todo este día de búsqueda de los detenidos, en ningún momento se pensó que pudieran tener algún tipo de cargo, ya que durante todo el día sábado, escuchamos y leímos por la prensa, televisión y radio a Joan Clos, el alcalde de Barcelona, explicando que el objeto que había herido al policía había sido una maceta que cayó del edificio donde se realizaba la fiesta. Teníamos la seguridad de que los jóvenes habían sido detenidos en la calle y que en ningún momento habían participado de esta fiesta. Por lo que nos parecía desconcertante y absolutamente incoherente la acusación de homicidio en grado de tentativa.

Al día siguiente, domingo 5 de febrero, ya aparecía en la prensa otra versión de los hechos, que decía que cualquier objeto contundente pudo haber herido al policía. Y finalmente, la última versión en la que se decía que entre los detenidos estaba el agresor, y que el objeto que hirió al Guardia Urbano fue lanzado desde la calle.

Familiares y amigos de Alex, Rodrigo y Juan se dirigieron a la comisaría de Sants-Monjuïc, para estar presentes en el momento de las declaraciones. Cabe señalar que en las afueras de la comisaría, se encontraba un pequeño grupo de apoyo a los detenidos. Sobre las 10.00 a.m aproximadamente un Mosso d’Esquadra se acercó a dicho grupo a preguntar que hacían allí e identificaron a la madre de Rodrigo que explicó que solamente estaban allí para apoyar a los detenidos.

Al llegar el abogado a tomar declaraciones, se le informa que se le abrirá un acta administrativa por convocar una manifestación ilegal y de esta manera se intentó impedir el cumplimiento de su trabajo. Tras comunicar esto al Colegio de Abogados, se solucionó el problema y el abogado pudo finalmente ver a sus defendidos.

Ninguno de los tres jóvenes declaró ante la policía. Al salir, el abogado comunicó a los familiares el estado físico deplorable en el que estaban los detenidos, además de la versión de los mismos en relación a los hechos: versiones que coinciden perfectamente con las primeras que habíamos escuchado. Es trascendental saber que los detenidos no habían hablado entre ellos durante toda la detención por estar incomunicados, y sus versiones de los hechos son totalmente coherentes entre sí. Además los tres habían sufrido un brutal maltrato tanto físico como psicológico: ojos morados, heridas en la cabeza, cara, brazos vendados, escayolados ,continuos comentarios racistas, amenazas, etc.

Al día siguiente, lunes 6, declararían ante el juez 9 detenidos: dos que la policía detuvo en el hospital de forma arbitraria ya que habían acudido porque se habían caído en bicicleta en otro lugar, y cuatro que fueron detenidos al salir de la fiesta en el momento en el que se produjo la carga policial, y los tres chicos actualmente encarcelados.

Tras declarar ante la jueza, el fiscal pidió prisión cautelar para los 5 jóvenes que se encontraban en la calle y libertad con cargos para los cuatro que se encontraban dentro del edificio.

Finalmente la jueza decretó prisión preventiva para Rodrigo, Alex y Juan, dando como argumento que su origen sudamericano les podría permitir escapar a sus países, pasando por alto el arraigo presentado por el abogado: Rodrigo, a pesar de haber nacido en Chile, es italiano, sus padres viven en Milán, Italia, sus hermanos viven con él en Barcelona, estudia en la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona y estuvo trabajando paralelamente a sus estudios; Alex está casado con una ciudadana Catalana y formó su familia en Barcelona; estudió también en esta ciudad en la Escuela Internacional de Cine; Juan es español y vive con su hermana en Barcelona.

También ese mismo día, a petición del abogado, se les realizó un examen médico para constatar las lesiones que habían sufrido durante la detención. El informe incluye fotografías, para así poder denunciar las torturas y malos tratos que habían recibido dentro de las comisarías.

El martes 7 de febrero se avisó a los padres de Alex que estaban en Chile sobre lo acontecido, quienes inmediatamente solicitaron noticias sobre el estado de Alex a la Cancillería chilena; El día 10 de Febrero llegaban a Barcelona.

Los días siguientes se presentaron las denuncias de maltrato y tortura de Rodrigo y Alex ante el juzgado, exigiendo una investigación sobre la identidad de los responsables, ya que fueron torturados por medio de dos fuerzas policiales: la Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra (policía autónoma de la provincia de Cataluña).

También se han presentado las denuncias en diferentes organismos como Amnistía Internacional, Exil, S.O.S racismo, étc.

El día 8 de Febrero declararon los tres Guardias Urbanos que trabajaron esa noche y en su declaración dicen haber reconocido perfectamente a Rodrigo, Alex y Juan como los autores de los hechos: según la versión de éstos policías, Rodrigo supuestamente habría cogido una piedra y la habría tirado a un Guardia Urbano con intención de matarle. Alex, habría tirado otro objeto después, también con intención de matarle, y Juan alentaba al grupo a cometer estos actos.

Esta versión no coincide con la de los tres jóvenes como tampoco con la de testigos presenciales, quienes vieron claramente una discusión entre un grupo de gente y la policía, tras la cual se desencadenó una carga policial totalmente desmedida y detenciones absolutamente arbitrarias. Testigos afirman que la policía «iba a por cualquiera» y que abusaron excesivamente de la fuerza golpeando de forma inhumana (dicho textualmente por una vecina del lugar) a toda persona que se encontraba en la calle, mientras la gente intentaba escapar tratando de salir del área que se encontraba acordonada por la policía. Al mismo tiempo desde el edificio de la fiesta se arrojaban toda clase de objetos (basura, macetas, latas de cerveza, etc). En esta situación completamente caótica, fueron detenidos Rodrigo, Alex y Juan.

¿De dónde sacaron las piedras en una calle de asfalto donde no hay piedras? La versión de la policía afirma que los chicos cogieron piedras de un solar en obras que se encuentra próximo al lugar de los hechos. Ahora bien, este solar se encuentra vallado hasta 3 metros de altura.

Joan Clos afirmó que el objeto que hirió al policía había sido una maceta lanzada desde el edificio, ¿por qué el fiscal pidió prisión solamente para la gente que se detuvo en la calle, y libertad para los que salieron del teatro?

¿Por qué a los detenidos que eran europeos bastó con retirarles el pasaporte para anular el riesgo de fuga? ¿Por qué no se les aplicó la misma medida cautelar a Rodrigo, Alex y Juan?

¿Por qué la fiesta continuó después de lo ocurrido hasta las 6 de la tarde del sábado? ¿Por qué en el momento del desalojo se permitió que las personas que estaban en la fiesta salieran identificando solamente a algunos?

¿Por qué la policía no acordonó la zona para preservar las pruebas? ¿por qué se permitió ante la pasividad de la policía que pasara el camión de Barcelona Neta (empresa de limpieza del Ayuntamiento) eliminando las pruebas?

¿Por qué se cambió la versión tres veces dando tiempo a la policía de montar su propia versión?

¿Por qué se niega el derecho de presunción de inocencia solamente por la palabra de tres policías? ¿Será que la policía está justificando la brutalidad de sus agresiones?

El Ayuntamiento de Barcelona es propietario hace un tiempo del edificio donde se realizaba la fiesta. Y de la cual no participaban los tres presos. El Ayuntamiento tenía una orden judicial para desalojar el edificio el día 30 de enero, que fue incumplida por negligencia. Con lo cual serían responsables directos de cualquier acto que se realizara dentro del lugar. A pesar de que el edificio estaba precintado, la gente rompió el precinto y realizó la fiesta igualmente, la policía no actuó para impedirlo, permitiendo que alrededor de mil personas entraran en el lugar.

Mientras los chicos estaban detenidos en paradero desconocido (15 horas), se realizó el montaje para cambiar las versiones. Ya que el máximo responsable de las lesiones al Guardia Urbano es obviamente el Ayuntamiento, y no le convenía que se supiera que la agresión provino del edificio de su propiedad. Es más fácil culpar a tres chicos «sudamericanos» pensando en que son personas más vulnerables que se supone que no tienen familia aquí y probablemente una situación difícil a nivel legal. Pero no fue éste el caso.

Además es importante denunciar el gran acoso policial que se ha vivido en el barrio antes y después de los hechos. Este acoso se agravó tras el incidente. La Guardia Urbana estuvo «vigilando» el edificio con la excusa de que no fuera okupado nuevamente a pesar de que fue tapiado con cemento, y es imposible entrar, pero en realidad su interés fue intimidar a los vecinos, quienes vieron claramente los hechos y ahora tienen miedo de testificar.

Rodrigo, Alex y Juan se encuentran aún en prisión preventiva en espera de un juicio que puede tardar dos años. Las únicas pruebas en su contra han sido la palabra de tres Guardias Urbanos que golpearon a los detenidos. No existe ninguna otra prueba en su contra, las piedras que presentan como pruebas, fueron recogidas de forma aleatoria y al azar (según la declaración del policía que las recogió); ninguna tiene huellas ni restos de tejido ni de sangre.

Por los cargos que se les imputan podrían tener una condena de hasta 20 años.

Por todos estos motivos, quien quiera ayudar a esclarecer estos hechos e impedir que se incrimine a jóvenes inocentes, puede escribir a:

e-mail: [email protected]

Ayuda económica a:
Cuenta banco: LA CAIXA 2100-3002-01-2105267123
BIC/SWIFT: CAIXESBBXXX IBAN: ES66
OFICINA: PLAZA SANT PERE, 4 08003 BARCELONA, ESPAÑA