El encuentro del Movimiento de los No Alineados (MNOAL) -celebrado la pasada semana en La Habana- propinó a la monarquía marroquí una «soberana derrota», en su esforzado intento de impedir que la Conferencia se pronunciara a favor del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la celebración de un referéndum. Durante los días […]
El encuentro del Movimiento de los No Alineados (MNOAL) -celebrado la pasada semana en La Habana- propinó a la monarquía marroquí una «soberana derrota», en su esforzado intento de impedir que la Conferencia se pronunciara a favor del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la celebración de un referéndum.
Durante los días que duró la reunión de los No Alineados, Mohamed Banaissa el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de la Monarquía autocrática alauita, intentó presionar a algunos miembros de la Conferencia con objeto de que se eludiera la mención al Sáhara en el documento final del MNOAL. Incluso se entrevistó con su homologo cubano Felipe Pérez Roque, cuyo país asumió la presidencia de la decimocuarta cumbre del Movimiento, para indicarle cuales eran los «límites aceptables desde el punto de vista marroquí, en lo que se refería al Sáhara». El propio monarca había dirigido un mensaje a la asamblea de los No Alineados advirtiendo acerca del «carácter sagrado de la soberanía de los Estados y de su unidad territorial», en velada alusión a la ocupación colonial que su régimen ejerce sobre el Sáhara Occidental. No obstante, pese al fragor de las discusiones finales, la Asamblea de los No Alineados se pronunció por la propuesta argelina, que defendía la autodeterminación y el referéndum, en lugar de por la de Marruecos, que hacía un ambiguo «llamamiento a las partes de la región a participar en negociaciones directas para lograr una solución mutuamente aceptable».
Según se comenta en círculos políticos canarios, las declaraciones que Jerónimo Saavedra realizó a la Agencia de Prensa oficial marroquí MAP no parece que hayan sido casuales. Como se recordará, el ex ministro del Gobierno de Felipe González, y hoy candidato a la alcaldía de la ciudad de Las Palmas, se había pronunciado hace unos días por la «marroquinización» del Sáhara Occidental e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que «presionara» a Argelia, con objeto de lograr la retirada de su apoyo a las reivindicaciones del Frente POLISARIO. En Canarias se interpreta que las manifestaciones de Saavedra vienen a coincidir en el tiempo con otras formuladas por destacadas personalidades de la vida política y económica del Archipiélago, a las que la clasificación de «territorio ocupado por una potencia extranjera» les está impidiendo la realización de operaciones comerciales y financieras en la ex colonia española. Las declaraciones de Saavedra que, a diferencia de la escasa difusión que han tenido en los medios de comunicación del Archipiélago, han gozado de una amplia cobertura en el exterior, tienen toda la apariencia de formar parte de la campaña previa a la Conferencia del MNOAL. La agencia oficial MAP estuvo difundiendo, los días previos a la conferencia, declaraciones de personajes afines a las tesis de Marruecos en relación con el Sáhara, con el objeto aparente de «presionar» a las delegaciones de los no alineados.
En cualquier caso, la posición de Jerónimo Saavedra en sobre el Sáhara Occidental no es nueva, y coincide con la mantenida hoy en privado por Felipe González Márquez. Hace unos años, el presidente de los socialistas canarios hizo unas declaraciones en las que planteaba un falso dilema a los canarios: «Nosotros ¿qué queremos tener a 100 kilómetros de nuestra isla más próxima? ¿Un régimen político estable como Marruecos, con la garantía de los Estados Unidos, o un régimen inestable como el del Frente Polisario, con fundamentalismos que pueden desarrollarse en cualquier momento o montar misiles en la costa? Esa es la cuestión».
Asimismo, el ex ministro del PSOE ha defendido reiteradamente «la libre circulación de capitales» con el Sáhara ocupado; es decir, la posibilidad de que los codiciosos intereses inversionistas de la burguesía canaria e internacional desembarquen en las costas de un territorio para el que repetidos mandatos de las Naciones Unidas reclaman su derecho a la autodeterminación.
En las organizaciones progresistas canarias se interpreta que esta ofensiva del lobby pro marroquí en el Archipiélago responde a las ofertas comerciales sustanciosas que el gobierno alauita está realizando a los sectores financieros y políticos de Canarias, para que desbloqueen las relaciones con el Sáhara y se reconozca la «marroquinidad» del mismo. Algunos Partidos políticos de las Islas han planteado la necesidad de redoblar de forma inmediata la actividad solidaria con el pueblo saharaui, con la finalidad de neutralizar estas tentativas.