Es de todos conocido que Ronald Reagan fue un hombre de baja catadura moral. Soplón de la policía en los tiempos aciagos del neofascismo macartista, colaborador del FBI, delator de sus compañeros de Hollywood, logró su encumbramiento gracias al apoyo de los sectores más retrógrados de la sociedad norteamericana. Con él se […]
Es de todos conocido que Ronald Reagan fue un hombre de baja catadura moral. Soplón de la policía en los tiempos aciagos del neofascismo macartista, colaborador del FBI, delator de sus compañeros de Hollywood, logró su encumbramiento gracias al apoyo de los sectores más retrógrados de la sociedad norteamericana. Con él se inauguró el ciclo de los neoconservadores que incluyó a Bush padre, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Richard Perle, Condoleezza Rice y Paul Wolfowitz. Ese sexteto de la muerte ha conducido a Estados Unidos al desastre en que se encuentra hoy, en medio de una guerra perdida, un pueblo adverso, unos gastos militares colosales y un callejón sin salida política.
Rumsfeld ya cayó por el voto desaprobatorio de millones de americanos en unas elecciones congresionales que fueron desastrosas para los republicanos. Ahora le tocó el turno a Wolfowitz por inmoralidades en el ejercicio de su cargo. Aumentó a 200 mil dólares anuales el sueldo de su amante y recibió el rechazo del sector europeo del Banco Mundial a cuya presidencia se vio obligado a renunciar.
Wolfowitz es un destacado manipulador de los clanes sionistas que cabildean en los corredores de poder en Washington. Subió a los primeros planos del poder en tiempos de Reagan como planificador político del Departamento de Estado. Luego fue embajador en Indonesia donde se alió al sanguinario dictador Suharto. Bajo el gobierno de Bush padre fue Subsecretario de Defensa. Fue uno de los instigadores de la guerra de Iraq contra Irán y recaudó fondos para armar a Sadam Hussein. Durante el gobierno de Clinton salió del gobierno pero fue asesor de la poderosa industria armamentista aeroespacial Northrop-Grumann. Junto al sexteto de la muerte fue coautor del plan para establecer la supremacía estadounidense en el mundo usando el poder militar. En el régimen de Bush hijo fue Subsecretario de Defensa, de nuevo. Luego, Bush hijo lo nombró Presidente del Banco Mundial donde desplegó su política, al decir del Wall Street Journal, de patrocinar dictadores como una vía para la imposición estadounidense.
Su salida del Banco Mundial se debe a su amante Shaha Ali Riza, funcionaria de comunicación social de esa entidad. Es conocida como feminista militante. Es miembro del National Endowment for Democracy y desde allí trazó las pautas del tratamiento del Mediano Oriente. Cuando comenzaron su relación ambos estaban casados con sus respectivos cónyuges. Wolfowitz es conocido como un notorio mujeriego.
Pero Wolfowitz no es el único corrupto entre los halcones neoconservadores. Dick Cheney está vinculado a la empresa Brown & Root que suministra provisiones al ejército, es la misma que dirigió el vicepresidente hasta que asumió su cargo. Esa compañía es subsidiaria de la petrolera Halliburton, de la cual Cheney es dirigente. Semanas después de que Cheney dejara el puesto de ministro de Defensa con el primer presidente Bush, a comienzos del año 1992, Brown & Root ya obtuvo el primer contrato. Los contratos de la Brown & Root, por valor de miles de millones, han sido obtenidos sin licitación, como es de rigor. La Brown & Root ha sido investigada por fraudes en California y fue contratada en contra de la opinión del Congreso que estimó no debía ser empleada una compañía malversadora.
La factura de luz de las tropas estadounidense estacionadas en Kosovo ascendía anualmente a 17 millones de dólares, el doble de lo necesario, según un informe de los investigadores del Congreso. Además de las cuentas de energía el contratista pasó otra de 5,2 millones de dólares de muebles para las tiendas militares acampadas en los Balcanes. En el año 2000 se cerró en California una investigación contra Brown & Root por haber inflado las facturas de construcción, mantenimiento y reparación de la base de Fort Ord, en Monterrey. Brown & Root ingresó, hasta el año 2004, unos 2,200 millones de dólares. Habría que calcular el porcentaje que le toca de esas ganancias a Dick Cheney.
Reagan y los neoconservadores han sido exaltados por la prensa como los campeones de la democracia que lograron derrotar a la Unión Soviética y desaparecer el campo socialista: los grandes triunfadores en la Guerra Fría. En realidad el modelo soviético de socialismo fracasó por la ineficiencia económica, la innecesaria centralización, la falta de flexibilidad para adaptarse a nuevas situaciones, su retraso en la revolución informática, la pérdida de autoridad de su gobierno ante el pueblo, por enumerar solo algunas causas de un complejo fenómeno multifactorial. Fue un colapso endógeno, no una victoria ajena.
La pandilla que se apoderó del poder en Estados Unidos, mediante fraudes electorales en la Florida, está constituida por un grupo de empresarios aventureros, de un desvergonzado oportunismo financiero. El caso Wolfowitz es la mejor demostración de la depravación y envilecimiento de esos neofascistas.