Proporcionar sanidad gratuita en el África subsahariana costaría 1.500 millones de euros al año, cantidad que EEUU gasta en defensa en 11 días, y permitiría salvar la vida de al menos 285.000 menores
Hoy, como cada día, van a morir 800 niños en África por enfermedades que son curables en cualquier otro lugar del mundo y por causas evitables como no tener acceso a un médico. Por el mismo motivo, fallecerán 8.000 personas infectadas con el VIH y otras tantas embarazadas que no recibirán asistencia en el parto. La única diferencia es que ayer se conmemoró el Día Internacional de África.
Se cumplieron 44 años desde la creación en 1963 de la Organización de la Unidad Africana, una alianza entre los estados del continente para luchar contra el colonialismo, el apartheid y unir su voz en el reclamo de ayuda a los países más ricos, que encabezaron Kwame Nkrumah y Gamal Abdel Nasser. Después de medio siglo sólo cinco de los treinta países más ricos destinan un 0,7% del PIB a Cooperación y Desarrollo.
Todo ello pese a que, según datos de Save the Children, el gasto militar de EEUU en 11 días bastaría para cubrir la atención médica de toda la población subsahariana durante un año, lo que, además de suponer la creación de un sistema global de salud gratuito en el continente que salvaría la vida a mas de 285.000 menores, solucionaría uno de los problemas más denunciados por Médicos Sin Fronteras (MSF): la falta de personal sanitario.
Save the Children estima que en el África subsahariana trabaja sólo el 10% de los facultativos que operan en Europa y MSF concreta que Sudáfrica sólo tiene 74 médicos por cada 100.000 personas, la mayor parte de los cuales trabaja en el sector privado. En Lesotho, cuya población está sacudida por el sida, hay cinco doctores y 63 enfermeras por 100.000 habitantes; en Malawi, dos médicos y 56 enfermeras, y en Mozambique, 2 y 20, respectivamente.
Diecinueve millones de muertos
El resultado es la muerte anual de cuatro millones de niños que no llegan al mes de vida y la de otros cuatro que no llegan a nacer porque sus madres no recibieron asistencia durante el embarazo o el parto. A estos ocho millones hay que sumar los once -uno cada tres segundos- que mueren por enfermedades prevenibles, como neumonía, malaria, diarrea o sarampión, una de las principales causas de mortalidad infantil en África pese a que la vacuna sólo cuesta 30 céntimos de euro.
En el caso de los adultos, las cifras no son más esperanzadoras. Sólo de sida, muere una media de 8.000 personas cada día en la zona sur de África, donde reside la mayor parte de los 40 millones de personas infectadas por el VIH que pueblan el continente. Allí, más del 70% aún espera recibir un tratamiento de antirretrovirables, según MSF.
Por descontado, las familias más pobres no pueden pagar los tratamientos más simples o tienen que endeudarse para hacerlo por lo que la mayoría de enfermos no acude al sistema de salud al no poder abonar los costes de la atención y la medicina.