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Carta denuncia de IU al Fiscal General del Estado

Izquierda Unida denuncia al teniente general Mena por inducción a la rebelión

Fuentes: Rebelión

Sr. Fiscal General del Estado: Como Usted recordará, el 6 de enero de 2006 el entonces Teniente General José Mena Aguado pronunció un polémico discurso en el acto de celebración de la Pascua Militar en la Capitanía General de Sevilla, por el que fue sancionado con arresto domiciliario de ocho días y posteriormente castigado con […]

Sr. Fiscal General del Estado:

Como Usted recordará, el 6 de enero de 2006 el entonces Teniente General José Mena Aguado pronunció un polémico discurso en el acto de celebración de la Pascua Militar en la Capitanía General de Sevilla, por el que fue sancionado con arresto domiciliario de ocho días y posteriormente castigado con el cese en su destino como Jefe de la Fuerza Terrestre y pase a la reserva por decisión del Consejo de Ministros de 13 de enero de 2006, medidas confirmadas por sentencia unánime del Tribunal Supremo, ante los que el interesado había presentado recurso.

En el curso del presente mes de febrero de 2008, este señor ha publicado el libro titulado: «Militares. Los límites del silencio», en el que reconoce y precisa sus actuaciones antes, durante y después del mencionado discurso, a la vez que aporta informaciones, testimonios y opiniones que pudieran ser constitutivas de infracciones tanto en el orden penal como en el orden penal militar por su condición de militar retirado.

A continuación pongo es su conocimiento un relato de los hechos para su investigación y en el caso de que se estimara que pudieran ser considerados constitutivos de delitos o faltas, se inicien las acciones legales que estime oportunas esta Fiscalía General Estado.

I.-Delitos contra la Constitución.

Tanto en su discurso de la Pascua Militar como en las afirmaciones vertidas en su libro, el Teniente General Mena es susceptible de haber incurrido en delitos contra la constitución, induciendo al pronunciamiento militar, subvirtiendo el orden constitucional del Estado, en concreto cuando:

a) Según la versión publicada en las páginas 118 y 119, de su discurso pronunciado ante los tenientes generales reunidos en sesión secreta el 26 de octubre de 2005, afirmó que en la hipótesis más probable de «Que se apruebe con algunas modificaciones que no resuelvan los problemas que previsiblemente afectarán de forma importante al funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Si esto se produce con la aquiescencia del Gobierno, alguien tendrá que decir algo. Pero, ¿quién es ese alguien? Por supuesto, que no puede ser un militar (el JEMAD, el JEME, un Teniente General, o un Capitán de Escuadrón). La confianza en la Justicia (entiéndase Tribunal Constitucional) no pasa por su mejor momento. Entonces, ¿quién? Afortunadamente, contamos con una Institución, respaldada firmemente por las Fuerzas Armadas la que salvaguarde la unidad de España si los políticos la ponen en peligro y la Justicia no interviene». Y, para que no quepa la menor duda, el propio Teniente General precisa en la página 121 de su libro, que no consideró «exagerada ni improcedente la referencia a la Corona en aquellos momentos».

b) En su discurso pronunciado con motivo de la Pascua Militar, el Teniente General Mena se libró a una descarada manipulación y torcida interpretación del artículo 8 de la Constitución Española («La Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional»), al ocultar deliberadamente que esta misión en ningún caso puede ser decidida por una Institución que no sea el poder civil que simboliza el Gobierno legítimamente constituido de la Nación, y jamás por las Fuerzas Armadas que están subordinadas al poder civil, tal y como se establece en el ordenamiento constitucional.

Todo ello fue interpretado como una velada amenaza de intervención directa del Ejército subvirtiendo el orden constitucional, es decir, una amenaza de golpe de Estado. Esta interpretación queda confortada por la proclama del Teniente General Mena: «No pretendamos convertir las Fuerzas Armadas en una ONG, ya que su fortaleza garantiza el orden constitucional interno y el respeto del exterior» (Página 135).

c) Después de afirmar en la página 121 que «el Gobierno ha tolerado extravagantes manifestaciones contra España, contra El Rey y contra las Instituciones», y recordar la definición de Pronunciamiento como «Alzamiento militar contra el Gobierno, promovido por un jefe del Ejército o caudillo», reconoce en la página 122 que, aceptando la premisa de su particular versión de esta definición, tanto en su acepción de sublevar, levantar, como en la de declararse o mostrarse a favor o en contra de alguien o de algo, «el discurso puede considerarse un Pronunciamiento Militar».

d) Da por supuesto que los militares han perdido la confianza en sus Mandos, cuando afirma que «Por el bien del Ejército espero y deseo que los militares consideren coyunturales aquellas conductas y vuelvan a recuperar la confianza en sus Mandos» (Página 62).

e) Finalmente, afirma que: «la democracia en España está demediada y su curación corresponde a un cirujano decidido y dispuesto a acometer la regeneración democrática pendiente. España necesita un profundo cambio de rumbo político, similar al que se ha producido en Francia con la llegada de Sarkozy al poder». (Página 208).

II.- Revelación de secretos oficiales

El delito de revelación de secretos oficiales podría haberse producido:

a) Por haber publicado su versión particular de determinados contenidos de la reunión celebrada el 26 de octubre de 2005 por el Consejo Superior del Ejército en sesión secreta.

b) Por publicar su versión sobre los contenidos de la reunión celebrada el 7 de enero de 2006 con el Ministro de Defensa, el JEMAD y el General Adjunto al Asesor Jurídico del Ministerio (Página 30 y siguientes); de la reunión celebrada el mismo día con el JEME y el Segundo JEME en el Cuartel General del Ejército (Página 39); de la conversación telefónica mantenida el 8 de enero entre el Ministro de Defensa y el JEME (Página 52); de la primera reunión ordinaria del Consejo Superior del Ejército celebrada después de la Pascua Militar de 2006 (Página 61);

c) Cuando revela que «El Ministro traslada al Presidente del Gobierno la información y ordena al JEME que se entere de lo ocurrido»…El Presidente del Gobierno «moviliza a los Servicios de Información, a las Autoridades Gubernativas de los lugares en los que estaban previstos estos actos y a sus contactos en los medios de comunicación»… «El Presidente del Gobierno, el Ministro de Defensa y el JEMAD, entre otros, determinan que no se trata de una manifestación espontánea sino de un discurso muy meditado que puede complicar las negociaciones que en esos días están efectuando el Gobierno y el PSOE con el Partido Socialista de Cataluña y los partidos nacionalistas catalanes; tras un intercambio de opiniones acuerdan que es necesario castigar duramente al Teniente General que ha osado alertar sobre los aspectos negativos que presenta para las Fuerzas Armadas el proyecto de Estatuto de Cataluña, con el fin de evitar que se pueda producir un «efecto llamada» sobre otros Mandos Militares» (Página 23). «El JEMAD sugiere al Ministro la imposición de un arresto» (Página 24)

III.- Descrédito para la imagen de las Fuerzas Armadas

El Teniente General Mena, tanto en su discurso de la Pascua Militar como a lo largo de su libro, desgrana una imagen distorsionada de las Fuerzas Armadas, situándolas donde no están y dando la impresión falsa, interesada y apocalíptica de que la mayoría de los Mandos y Soldados manifiestan posiciones contrarias al Estatuto de Cataluña, al supuesto ataque al concepto de Nación, al régimen lingüístico de Cataluña y a la descentralización autonómica de la Justicia, todo ello en defensa de la unidad de España, que el autor considera en peligro. Todo ello no puede sino empañar la imagen de las Fuerzas Armadas y al descrédito del Ejército en una parte importante de la ciudadanía, con el consiguiente perjuicio para la cohesión de la Nación.

También faltó y falta Mena al deber de prudencia en el uso de sus atribuciones, al que obliga el artículo 67 de las Reales Ordenanzas.

IV.- Insultos e injurias contra altos mandos del Ejército

Las opiniones peyorativas e insultos vertidos contra altos mandos del Ejército pueden ser tipificados como delito o falta, según los artículos 208 a 210 del Código Penal sobre injurias o según el artículo 101 del Código Penal Militar: «El militar que… injuriare en su presencia, por escrito o con publicidad a un superior será castigado con la pena de tres meses y un día a dos años de prisión».

Entre los presuntos delitos cometidos por el Teniente General Mena cabe destacar los siguientes:

a) La irónica valoración que hace contra el Almirante Torrente: «Este curioso personaje merece que en los centros militares de enseñanza sea puesto como sublime ejemplo de lealtad» (Página 39).

b) La acusación de servilismo e hipocresía contra el Ministro de Defensa, JEMAD, JEME y la mayoría de los Tenientes Generales del Ejército de Tierra, por haber elaborado y difundido un mensaje en el que se comparaba la actuación del Teniente General Mena con las consecuencias que tuvo para las Fuerzas armadas el golpe del 23-F: «Sigo pensando, a pesar del tiempo transcurrido, que la aceptación y difusión de ese mensaje fueron de un servilismo impropio de unos Mandos prestigiosos, responsables y ecuánimes; además de alejada de la realidad, su actitud tenía por objeto agradar al poder político y encubrir, en parte, su hipócrita prudencia» (Página 62).

c) Las acusaciones de ignorancia, adulación y ambición contra JEMAD Félix Sanz Roldán: «No tiene más explicación que su desconocimiento sobre temas disciplinarios en los que, por razón de su trayectoria profesional, no ha debido acumular la experiencia suficiente» (Página 41). «No voy a negarle al señor Bono algunos éxitos como Ministro de Defensa, si bien este no es el momento ni yo soy la persona apropiada para detallarlos. Para eso tiene al JEMAD, cuyo discurso de despedida a «su Ministro» fue de los que hacen sentir vergüenza ajena a un profesional de la milicia. Siempre he censurado al militar que se presta al juego político, y más a quien antepone la ambición a la dignidad» (Página 48).

d) El trato despectivo hacia los miembros del Consejo Superior del Ejército cuando, al rechazar la tradicional bandeja de despedida que sus miembros le ofrecen, el Teniente General Mena dice al General Secretario del Consejo que transmita al JEME el siguiente mensaje: «Coge la bandeja y unas buenas tijeras. Recorta cada una de las firmas y remítesela a sus titulares para que se las metan por donde les quepa» (Página 64).

e) La crítica contra su sucesor en el Mando de la Fuerza Terrestre, el Teniente General Pedro Pitarch: «Nada afortunada fue su actitud con el Comandante General de Melilla, compañero suyo de Promoción, a raíz de la carta publicada por el Capitán de la Legión, González Calderón, en la que expresaba que los militares se identificaban con mis palabras del discurso de la Pascua Militar; a consecuencia de esta carta el Capitán fue arrestado y el Comandante General cesado de su cargo con muy malas maneras» (Página 71).

V.- Incumplimiento del deber de neutralidad con relación con las distintas opciones políticas

Resulta evidente que el Teniente General Mena incumplió el deber de neutralidad en relación con las distintas opciones políticas que impone el apartado 31 del artículo 7 del Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, colocándose en una postura de frontal discrepancia u oposición a la que, lícitamente, mantenían y mantienen algunos partidos políticos (y, consecuentemente, a sensu contrario, comporta un manifiesto posicionamiento de apoyo a la postura también lícita de otros).

Su inclinación favorable al Partido Popular queda tan patente como su aversión a la izquierda, al PSOE, PSC y partidos políticos nacionalistas, como lo demuestra en las valoraciones, posiciones e ingerencias y disquisiciones políticas publicadas en su libro.

Algunas de éstas se enmarcan en el tiempo transcurrido en el que ejercía como militar en activo. Otras se encuadran en el período abierto tras su pase a la reserva.

Entre las primeras, importa destacar las siguientes:

a) su crítica al Presidente del Gobierno, por la «incorrecta costumbre de departir informalmente con los medios de comunicación» en la Pascua Militar (página 22)

b) su crítica al Gobierno y a determinados partidos políticos: «Estaba claro que la ejemplarizante actuación del Gobierno perseguía, además, otras finalidades: la principal era quedar bien con los nacionalistas catalanes, que nunca han disimulado su desafecto a España, revitalizado en los últimos meses de 2007, con los que el Gobierno de España y el PSOE estaban cerrando el proyecto del Estatuto de Cataluña; se pretendía también, dar un aviso a navegantes intrépidos (entiéndase militares decididos) para que viesen que ante la más mínima actitud crítica se actuaría contra ellos sin que temblase la mano que temblaba en las conversaciones que se mantenían con los enemigos de España, terroristas y nacionalistas, en aplicación de la política «buenista» y del simpático talante del Presidente del Gobierno» (Página 44).

c) Su rechazo a la creación de la Unidad Militar de Emergencia, en la que ve «un peligro inminente» (página 119), con el agravante de haberse opuesto a ella en la reunión del Consejo Superior del Ejército celebrada el 26 de octubre de 2006.

Y, entre las segundas:

a) Su alusión al «derrotero que está siguiendo la situación política en España» (Página 7).

b) Las opiniones vertidas contra el entonces Ministro de Defensa, José Bono: «Conocida es la debilidad que sentía y sigue sintiendo el señor Bono por estar en el candelero en cualquier medio de comunicación» (Página 38). «Nunca pude entender, en relación con el desgraciado accidente del Yakolev, el ensañamiento con su antecesor, el señor Trillo y con los Generales Beltrán y Navarro; para mí no tenía más explicación que aceptó y siguió ciegamente la consigna del Presidente del Gobierno: «Leña al PP, con razón o sin ella». (Página 47)

c) Su afirmación según la cual «Casi todos los 13 Tenientes Generales habíamos hablado alguna vez, informalmente, de la preocupante situación que se cernía sobre España debido a la Política errática del Presidente del Gobierno de España» (Página 60).

d) La acusación de que «el Gobierno ha tolerado extravagantes manifestaciones contra España, contra el Rey y contra las Instituciones» (Página 121).

e) La insinuación de «que en la imposición de la sanción han podido primar intereses políticos» (página 125)

El ideario conservador y la clara simpatía del Teniente General Mena por el Partido Popular, lejos ya del encubrimiento que procuró en su carrera militar en activo, queda al descubierto con el manifiesto político que publica en las páginas 208 a 211 de su libro, cuando entre otras cosas dice que:

El señor Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno, además de tener un «tenebroso proyecto», «se caracteriza por ser un experto vendedor de humo, pronunciar frases vacías, añorar un desafortunado pasado histórico, prometer utopías, falsear la realidad y propiciar la confrontación entre los españoles». Acto seguido, Mena abraza todos y cada uno de los tópicos denunciados por el Partido Popular en su campaña de crispación y desestabilización de las instituciones del estado democrático y de derecho. Así: «España no se merece un Presidente del Gobierno que …ha roto el consenso..ha roto el Pacto de Estado por las Libertades y contra el Terrorismo…Ha propiciado el estatuto de Cataluña…poniendo en peligro la cohesión territorial de España…Ha permitido que el idioma oficial de España pierda influencia en Cataluña…Ha pactado políticamente con nacionalistas que no ocultan considerarse enemigos de España…Ha dialogado, y tal vez negociado, con un grupo terrorista que durante el «mal llamado proceso de paz» ha vuelto a matar…Ha propiciado un continuo clima de confrontación y revanchismo entre los españoles con proyectos tales como la Ley de Memoria Histórica y la implantación de la asignatura de «Educación para la Ciudadanía y los derechos fundamentales»…Ha incrementado el caos del sistema educativo…Ha iniciado la desnaturalización de las Fuerzas Armadas con la «Ley de la carrera militar» y la creación de la Unidad Militar de Emergencia…Ha vendido el mensaje de que España participaba en Irak en una guerra y que en Afganistán lo hace en una misión de paz…Ha utilizado con fines partidistas los órganos reguladores del mercado…Ha utilizado los Presupuestos Generales del estado para discriminar a las Comunidades Autónomas que no son afines a su ideología, favoreciendo a aquellas que le ayudan a mantenerse en el poder…Ha debilitado sensiblemente la imagen de España en el exterior…y ha seguido una política de inmigración criticada por el resto de los países de la Comunidad Europea».

Y termina de este modo: «Ante el sombrío panorama descrito sigo sin entender su permanente sonrisa. El reconocimiento de sus propios errores no le exime de su responsabilidad y su negativa a llegar a acuerdos con el Partido Popular le descalifica totalmente para desarrollar la política que España necesita de forma apremiante».

Conclusión

En nombre y representación de Izquierda Unida en calidad de coordinador general, el abajo firmante, con D.N.I. nº *****,

SOLICITA de la Fiscalía General del Estado:

1) PRIMERO: Que inicie las averiguaciones e investigaciones que estime oportunas para el esclarecimiento de los mismos, y en caso de que pudieran ser constitutivos de infracción penal o penal militar inicie las acciones legales correspondientes a los efectos de depurar la responsabilidad de D. José Mena Aguado, por los presuntos delitos que pudieran derivarse de las afirmaciones que realiza en su libro «MILITARES. LOS LÍMITES DEL SILENCIO», publicado en febrero de 2008 (ISBN 978-84-95461-31-5) por Edición personal (Plaza Santa Catalina de los Donados, 3-3º. 28013 Madrid)

SEGUNDO: Que interese a los órganos competentes del Estado para que abran las investigaciones judiciales y militares pertinentes de los hechos, mencionados en el libro, que pudieran resultar delictivos si se revelaran ciertos y en particular los siguientes:

a) Por qué los miembros del Consejo Superior del Ejército presentes en la reunión celebrada el 26 de octubre de 2005 por este organismo permitieron que el Teniente General Mena acabara su arenga golpista y no fuera destituido de modo fulminante.

b) Si, como se afirma en las páginas 16 y 49 del libro, el entonces General de Caballería Fernando Abancéns, felicitó personalmente al Teniente General Mena al término de su discurso pronunciado el 6 de enero de 2006, con motivo de la Pascua Militar.

c) Quién fue el Teniente General en activo que, según se afirma en la página 60 del libro, en llamada telefónica realizada en la tarde del 6 de enero de 2006 se ofreció a secundar la actitud del Teniente General Mena tras haber pronunciado su discurso, y si el entonces jefe del Mando de Canarias, Emilio Pérez Alamán, respaldó a Mena en la mencionada reunión del Consejo Superior del Ejército.

d) Si el entonces General Director de la Academia de Caballería mostró personalmente su apoyo a la actitud del Teniente General Mena por su discurso.

e) Las llamadas telefónicas cursadas desde y hacia la Capitanía General de Sevilla entre los días 6 y 22 de enero de 2006, para averiguar los contenidos de las eventuales conversaciones mantenidas con el Teniente General Mena por el entonces Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), General García González, así como distintos Tenientes Generales en activo, miembros del Consejo Superior del Ejército, y Mandos de Unidades de la Fuerza Terrestre, a las que alude en su libro José Mena Aguado y si es cierto que alguno ellos, como se afirma en el libro, manifestó su apoyo al Teniente General por su discurso.

f) Si, como se afirma en la página 60 del libro, «la casi totalidad de Tenientes Generales en situación de reserva retirados» manifestaron personalmente su apoyo al Teniente General Mena.

Y, en los casos en que de estas investigaciones se dedujera la existencia de presuntos delitos, que se exijan las responsabilidades pertinentes que pudieran derivarse en aplicación de la normativa vigente, civil o militar.

A la espera de su respuesta, aprovecho la ocasión para reiterarle mi respeto y saludarle muy cordialmente.

Fdo. Gaspar Llamazares Trigo, Coordinador General de Izquierda Unida