Traducido por Caty R.
Recordemos los hechos: En su segundo periplo africano, Nicolas Sarkozy ha intentado lavar la deplorable imagen que dejó en su primera gira por el continente. «Francia quiere rehacer sus relaciones con África», declaró el presidente francés en su alocución del jueves ante el Parlamento sudafricano, todo un símbolo. Con la evocación del «renacimiento africano», concepto amado por su homólogo sudafricano, prometió, especialmente, una «nueva negociación de todos los acuerdos militares de Francia en África» y su publicación, «transparente».
Una «señal positiva» según Olivier Thimonier, Secretario General de la asociación Survie. Pero, hasta ahora, las palabras están muy lejos de los hechos. El paso de Sarkozy por Chad, otorgando una especie de bendición a un régimen de clan corrupto y violento, al que Francia, una vez más, vuelve a salvar, ha venido a recordar que en materia de política africana, el apoyo a los dictadores amigos sigue vigente.
La insistencia del presidente francés en pedir una comisión de investigación de la desaparición de los dos opositores secuestrados por las fuerzas del orden chadianas, no debe crear ilusiones. Detrás de estas gesticulaciones París, en el fondo, se burla de la suerte de dichos opositores que, sin embargo, habrían podido personificar la renovación política de un país con una carencia dramática de líderes políticos.
Chad no es el único ejemplo de la supervivencia de las antiguas prácticas y los viejos contubernios. ¿Qué pensar, por ejemplo, de la medalla de Caballero de la Legión de Honor, que Sarkozy entregó personalmente a Robert Bourgi, pilar de la Francáfrica desde la época de De Gaulle? ¿Qué decir de los fondos concedidos por el Elíseo a Denis Sassou Nguesso, un viejo amigo de París, que desvía en su beneficio una buena parte de los ingresos petroleros de su país? ¿Cómo no recordar los tópicos racistas que abastecieron el discurso de Dakar?
En Cotonú, en 2006, el candidato Sarkozy prometió la ruptura de la política africana de Francia. El continente africano sigue esperando.
http://www.humanite.fr/2008-03
*Camille Bauer es periodista del diario comunista francés L’Humanité.
*Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.