Esta semana, participaba en un panel en el Aspen Ideas Festival en Colorado, cuando el periodista Jonathan Alter, de Newsweek, me preguntó: «¿Es Obama un traidor?» La pregunta no es sobre si Obama es un traidor o no, sino sobre qué le demandan los movimientos sociales de base a quienes los van representar. La pregunta […]
Esta semana, participaba en un panel en el Aspen Ideas Festival en Colorado, cuando el periodista Jonathan Alter, de Newsweek, me preguntó: «¿Es Obama un traidor?» La pregunta no es sobre si Obama es un traidor o no, sino sobre qué le demandan los movimientos sociales de base a quienes los van representar. La pregunta es, ¿a quién deben responder estos candidatos y a quién le deben una respuesta?
La estrategia de campaña de Richard Nixon fue presentarse como un candidato de derecha durante las elecciones primarias, y mostrarse como un candidato de centro en las elecciones generales. La estrategia de Bill Clinton se denominó «triangulación»: navegaba hacia la «tercera vía política» para agradar a los moderados y a los votantes indecisos. La semana pasada, Barack Obama dio algunas señales de cambios de postura política que sugieren que podría estar haciendo algo parecido. ¿Le servirá a Obama esta estrategia?
Tomemos, por ejemplo, la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés). Un comunicado de prensa del 17 de diciembre de 2007 de la oficina del Senado de Obama decía: «El Senador Obama se opone inequívocamente a conceder inmunidad retroactiva a las empresas de telecomunicaciones y es copatrocinador de los esfuerzos del Senador Dodd por eliminar tal disposición del proyecto de ley FISA. Conceder tal inmunidad socavaría las protecciones constitucionales que los estadounidenses confían serán protegidas por el Congreso. El Senador Obama apoya la obstrucción de este proyecto de ley, y exhorta enérgicamente a los otros congresistas a que hagan lo mismo.» Seis meses después, apoya la inmunidad para las compañías que espiaron a los estadounidenses.
Le pregunté al Senador Russ Feingold, demócrata por Wisconsin, acerca de la postura de Obama respecto al proyecto de ley FISA. Me respondió: «Una votación incorrecta. Lamentable. Muchos demócratas harán lo mismo. Deberíamos defender la Constitución. Cuando el Senador Obama sea presidente, estoy seguro de que dedicará esfuerzos a solucionar algunas de estas cosas, pero sería mucho más fácil evitarlo ahora que intentar arreglarlo más tarde.»
Feingold y el Senador Christopher Dodd, demócrata por Connecticut, planean obstruir el proyecto de ley. Harán falta 60 senadores para superar su obstrucción. Parece que Obama será uno de ellos. La decepción con la postura de Obama sobre la ley FISA no se limita a sus colegas senadores. En el propio sitio web de la campaña de Obama, los bloggers están expresando una fuerte oposición a su postura respecto al proyecto de ley FISA. Al momento de escribir esta columna, uno de los grupos de usuarios del sitio web de Obama tenía más de 10.000 miembros y crecía rápidamente. El perfil del grupo dice lo siguiente: «Senador Obama: somos un grupo de partidarios suyos, orgullosos de serlo, que creen en su llamado a la esperanza y a una nueva forma de hacer política. Por favor, rechace las políticas del miedo en el ámbito de la seguridad nacional, vote en contra de este proyecto de ley y anime a otros demócratas a que hagan lo mismo!»
Luego, tenemos los recientes dictámenes de la Corte Suprema de Justicia sobre el control de armas y la pena de muerte. Obama apoyó al tribunal en su decisión de anular la prohibición, que regía desde hacía 32 años, de poseer armas de fuego cortas en la capital de la nación, que sufre una violencia alarmante. Este fallo es el más significativo referido a la Segunda Enmienda pronunciado por la corte en los últimos setenta años. Y en lo que significa un duro golpe para los opositores a la pena de muerte, Obama se mostró en desacuerdo con la prohibición de la Corte de ejecutar a los que fueran declarados culpables de violar a menores.
En un debate durante las elecciones primarias, el 21 de enero de 2008, Obama calificó de «error» y «gran problema» al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés). Recientemente, declaró a la revista Fortune: «A veces, durante las campañas, la retórica se sobrecalienta y se amplifica… el núcleo central de mi postura nunca ha cambiado… Siempre he sido un partidario del libre comercio.» Esto, después del escándalo que sobrevino en el medio de las elecciones primarias sobre la presunta reunión entre el asesor financiero de Obama, Austan Goldbee, y un miembro del Consulado canadiense. Un memorando canadiense que describe la reunión sugiere que Obama estaba en general satisfecho con el NAFTA. Goolsbee describió el informe como inexacto. Después de esto, la gente está empezando a cuestionarse si la oposición de Obama al NAFTA y al «libre comercio» es auténtica.
Y tenemos también la consideración de los posibles candidatos a la vicepresidencia. Jonathan Capehart, del Washington Post, formaba parte del panel de Aspen y mencionó que ha estado recibiendo e-mails de gays que se oponen a que el ex senador Sam Nunn sea el compañero de fórmula de Obama. No pueden olvidar el papel que desempeñó Nunn en el desarrollo de la política «Don’t Ask, Don’t Tell,» («No preguntes, no lo cuentes») que prohibía a gays y lesbianas servir en el ejército y manifestar abiertamente sus preferencias sexuales . Los e-mails sobre el tema se fueron amontonando, instando a Capehart a escribir su columna «Don’t Ask Nunn» (No preguntes a Nunn), que resultó muy influyente.
Puede que la estrategia de la campaña de Obama sea mostrarse como un candidato de centro, para atraer a los independientes y a los indecisos. Pero debería analizar cuidadosamente las lecciones que dejó la campaña de Kerry en 2004. John Kerry hizo cálculos parecidos, no queriendo mostrarse débil en el tema de la guerra de Irak. Sin sentirse inspirada, la gente se quedó en casa a la hora de ir a votar. Hay millones de personas a las que les preocupan los asuntos de los que Obama se está distanciando: la ley FISA, el control de armas, los derechos de los gays y lesbianas, el libre comercio, la pena de muerte. Más que quedarse en casa, esas personas deberían recordar las palabras de Frederick Douglass: «El Poder no concede nada que no se le haya exigido.»
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Amy Goodman es la presentadora de Democracy Now! www.democracynow.org, noticiero internacional diario emitido en más de 700 emisoras de radio y TV en Estados Unidos y el mundo.
© 2008 Amy Goodman
Texto en Inglés. Traducido por: Ángel Domínguez y Democracy Now! en español, [email protected]