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Las aventuras militares de Estados Unidos en busca del petróleo africano

Fuentes: Black Agenda Report

Traducido para Rebelión por Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas

Metódicamente y sin hacer ruido, Estados Unidos (EEUU) extiende sus tentáculos militares a lo largo y ancho de África. Aunque el imperialismo no necesita ninguna excusa para expandir sus dominios, el atractivo de enormes reservas de petróleo sin explotar le da carácter de urgencia a la masiva penetración militar del continente por parte de EEUU. «Bajo el título de guerra global contra el terror, la administración Bush ha implementado el mayor reajuste de fuerzas de EEUU desde el final de la Guerra Fría.» Mientras que los estadounidenses se esfuerzan por convertir el planeta entero en un campo de batalla por los recursos energéticos, «el impacto en África será probablemente el mismo que en Irak: ocupación perpetua, inestabilidad, y creciente antiamericanismo.»

Este artículo apareció originariamente en Foreign Policy en Focus

«África es un área de creciente actividad tanto para las industria petrolera como para las fuerzas militares de Estados Unidos»

El número de estadounidenses que creen que la guerra en Irak fue un error ha sobrepasado al número que sentía lo mismo sobre Vietnam durante esa guerra. Al mismo tiempo, un crecimiento mucho más silencioso de la presencia militar de EEUU está teniendo lugar en otro continente. El objetivo final de los dos esfuerzos es el mismo: asegurar el acceso de la industria petrolera al crudo de esas regiones. El impacto en África será probablemente el mismo que en Irak: ocupación perpetua, inestabilidad, y creciente antiamericanismo.

En reconocimiento de «la emergente importancia estratégica de África,» el presidente George Bush ordenó en febrero de 2007 la creación de AFRICOM (US Africa Command), el mando militar de Estados Unidos para África.

AFRICOM centraliza toda la autoridad para las operaciones militares de EEUU en la región africana bajo una estructura de mando único. También se le transfieren muchas funciones que pertenecían anteriormente a agencias no militares de EEUU – tales como la construcción de escuelas o la excavación de pozos – a la jurisdicción del Departamento de Defensa. Mientras la lucha contra el terrorismo en África se da como la razón principal para la creación de AFRICOM, el petróleo parece ser un motivador más apremiante.

«Una misión clave para las fuerzas armadas de EEUU [en África] sería asegurar el suministro de los campos petrolíferos de Nigeria, los cuales, en el futuro, podrían alcanzar hasta el 25% de todo el petróleo importado por EEUU,» explica el General Charles Wald, subcomandante de las fuerzas armadas de EEUU en Europa, en una entrevista con el escritor del Wall Street Journal, Grez Jaffe.

«Un crecimiento mucho más silencioso de la presencia militar de EEUU está teniendo lugar en otro continente»

Para asegurar y mantener el acceso al petróleo, no tanto para la nación sino, con toda seguridad, para las petroleras americanas, la administración Bush ha recurrido cada vez más a las fuerzas militares estadounidenses. El autor Kevin Phillips acuñó el término «petro-imperialismo» (petrol-imperialism) para describir las políticas de la administración Bush a este respecto, «el aspecto clave de las cuales es la transformación de la fuerza militar de EEUU en una fuerza de protección del petróleo a nivel global». Bajo el título de guerra global contra el terror, la administración Bush ha implementado el mayor reajuste de fuerzas de EEUU desde el final de la Guerra Fría. Con un mapa de las operaciones en el extranjero de la industria petrolera, las reservas mundiales que quedan de petróleo y las rutas de transporte de petróleo, uno puede ahora trazar dicho reajuste y predecir futuros despliegues del ejército de EEUU.

África, con casi un 10% de las reservas mundiales de petróleo, es un área de creciente actividad tanto para la industria petrolera como para las fuerzas militares de EEUU. Entre 2000 y 2007 las importaciones estadounidenses de petróleo procedente de África se incrementaron en un 65%, de 1600 millones a 2700 millones de barriles por día, según el Departamento de Energía de EEUU. Estas importaciones, a su vez, representaron un porcentaje creciente de todas las importaciones de petróleo de EEUU: subiendo del 14.5% en 2000 al 20% en 2007. Se espera que ambas tendencias se aceleren en el futuro.

La creciente presencia de los gigantes del petróleo

No solamente EEUU está importando más petróleo de África, sino que las petroleras americanas están también aumentando sus reservas africanas y su presencia en el continente. De acuerdo con los datos fiscales aportados por la Comisión del Mercado de Valores (SEC), en 2000, ExxonMobil operó únicamente en tres naciones africanas – Angola, Guinea Ecuatorial, y Nigeria – y su producción allí fue despreciable en relación con la misma en el resto del mundo. Hoy en día, ExxonMobil opera también en Camerún y Chad y esta preparándose para trabajar en Libia. Sus participaciones africanas representan casi el 17% de las reservas de petróleo globales de la compañía. De acuerdo con los datos fiscales aportados por la SEC en 2008, Chevron, ConocoPhillips y Marathon, entre otras compañías petroleras americanas, están también aumentando su presencia, con cada una de ellas operando en tres o más de los siguientes países: Argelia, Angola, Camerún, Chad, República del Congo, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón, Libia, y Nigeria. Según el Secretario de Energía, Samuel Bodman, las compañías de EEUU esperan expandir sus actividades aún más, con Madagascar, Benin, Sao Tome y Principe, y Guinea-Bissau entre los futuros objetivos potenciales.

«Las compañías de Estados Unidos esperan expandir sus operaciones aún más en África.»

Shell y BP, ambas con grandes filiales estadounidenses, que son activas tanto en las campañas políticas de EEUU como en tareas locales de lobby, están también expandiendo sus ya considerables operaciones en África.

La administración Bush ha recurrido cada vez más al Departamento de Defensa para asegurar gobiernos más estables en África que apoyen tanto al gobierno de EEUU como a sus corporaciones del petróleo (o compañías con filiales estadounidenses) y para garantizar un populacho manejable (algunos dirían, sometido).

La Administración ha incrementado el suministro tanto de armas como de servicios militares directos y entrenamiento a África, de forma que hoy en día Angola, Argelia, Botswana, Chad, Costal de Marfil, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Etiopía, Gabón, Kenia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Sudán, y Uganda son todos receptores directos de esta ayuda. El General James Jones, comandante del EUCOM (Mando Militar Europeo, European Command), anunció que divisiones transportadas de la marina de EEUU reducirían futuras visitas al mediterráneo y «pasarían la mitad del tiempo en las costas occidentales de África.» La antigua sede de la Legión Extranjera francesa, el Campamento Lemonier en Djibouti, se convirtió en la sede de la Fuerza Conjunta – Cuerno de África del ejército de EEUU en 2003.

«Por supuesto se trata del petróleo, realmente no podemos negar eso.»

AFRICOM, cuya sede central está actualmente en Alemania, tiene la intención de «establecer su presencia» en el continente africano este año. Hay varios opciones para las nuevas bases militares de EEUU, que incluyen una basa naval y un puerto en aguas profundas en la minúscula isla de Sao Tome frente a las costas de Gabón, África occidental. El Pentágono está también considerando nuevas bases en Senegal, Ghana y Malí.

Las compañías petroleras de EEUU han usado los ejércitos africanos y las fuerzas de seguridad desde hace tiempo para proteger sus intereses petroleros. Quizás es más honesto para las fuerzas armadas de EEUU hacerse cargo de estas operaciones de forma más directa, pero los riesgos superan con mucho a los beneficios potenciales. EEUU está ya implicado en una guerra por el petróleo en Irak y el ejercito de EEUU lo sabe. El General John Abizaid, jefe retirado del Mando Central de EEUU (Central Command) y de las operaciones militares en Irak, dijo de esa guerra, «Por supuesto se trata del petróleo, realmente no podemos negar eso.» La preocupación es que, como ha pasado en Irak, una presencia militar mayor en África pondrá a prueba un ejército ya sobrecargado a la vez que incrementará las hostilidades internas, la inestabilidad regional, y la rabia contra EEUU.

La respuesta a la adicción de nuestra nación (EEUU) al petróleo no es asegurar nuevos y diversos suministradores. Debemos darle una patada a esa costumbre y simplemente decir que no, empezando con AFRICOM.

Enlace artículo original en inglés:

http://www.blackagendareport.com/index.php?option=com_content&task=view&id=679&Itemid=1

Jesus Maria y Mariola Garcia Pedrajas son colaboradores de Rebelión. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.