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Kgalema Motlanthe nuevo presidente tras la renuncia de Thabo Mbeki

Sudáfrica: la transición forzada

Fuentes: BBC Mundo/Agencias

La suerte de Thabo Mbeki estaba echada. Desde que perdió el liderazgo del gobernante Congreso Nacional Africano, el ANC, y su rival Jacob Zuma lo reemplazó como dirigente máximo, su caída como el segundo presidente democráticamente elegido de la Sudáfrica multiracial sólo era cuestión de tiempo. El veredicto del juez Chris Nicholson, que hace diez […]

La suerte de Thabo Mbeki estaba echada. Desde que perdió el liderazgo del gobernante Congreso Nacional Africano, el ANC, y su rival Jacob Zuma lo reemplazó como dirigente máximo, su caída como el segundo presidente democráticamente elegido de la Sudáfrica multiracial sólo era cuestión de tiempo.

El veredicto del juez Chris Nicholson, que hace diez días decidió que el presidente y la fiscalía sudafricana habían interferido políticamente en un intento por enjuiciar a Jacob Zuma por presuntos delitos de corrupción, aceleró el fin de la presidencia de Mbeki.

La decisión de la fiscalía de apelar el veredicto del juez Nicholson echó más leña al fuego y este fin de semana, en una reunión especial, el poderoso consejo ejecutivo nacional del partido de gobierno le retiró su apoyo a Mbeki. Sin el soporte del partido mayoritario en Sudáfrica, no hay líder que dure.

Política partidaria

Jacob Zuma fue destituido como vice presidente por Thabo Mbeki en 2005, cuando un socio de Zuma fue enjuiciado por corrupción en la compra de armamento a una empresa francesa.

Mbeki -que tuvo que seguir los pasos de un padre ilustre, Govan Mbeki, uno de los dirigentes históricos del ANC, que terminó con sus huesos en la cárcel en el mismo juicio en el que Nelson Mandela fue sentenciado- se ha quedado solo.

Durante el proceso, la fiscalía sostuvo que Zuma presuntamente había recibido dinero de forma ilegal. El destituido vice presidente negó lo cargos.

Esta disputa pasó de los tribunales al terreno político, dividiendo al ANC en dos facciones. Cuando, en diciembre pasado, Zuma derrotó a Mbeki en la elección por el liderazgo de su partido, Sudáfrica pasó tener dos centros de poder: el gobierno elegido de Thabo Mbeki y el liderazgo del ANC.

Desde que el juez Nicholson hiciera -sin quererlo- historia con su veredicto, el ala más radical del ANC, sobre todo el sector juvenil, y dos miembros de la alianza de la coalición que gobierna Sudáfrica, el Partido Comunista y la poderosa Confederación de Sindicato de Sudáfrica, COSATU, han venido pidiendo la cabeza de Mbeki.

Al enojo de la izquierda se sumaron, entre otros, Tokyo Sexwale y Cyril Ramaphosa, dos respetados dirigentes del ANC que pagaron con el ostracismo sus intentos por convertirse en pre candidatos del ANC a la presidencia del país hace varios años.

Ni Sexwale ni Ramaphosa le perdonaron a Mbeki que éste los acusara de conspirar contra él.

Fue esa suma de enemigos la que provocó su caída.

Según el destacado analista sudafricano Steven Frieedman, «si no llevas al partido contigo, no puedes ganar».

Desde el momento en que Mbeki perdió la la confianza de un partido al que pertenece desde que tenía 14 años de edad, su futuro estaba en peligro.

Despedida

En una alocución televisada este domingo por la cadena estatal de television, Mbeki rechazó las acusaciones de interferencia política hecha por el juez Nicholson y los dirigentes del Congreso Nacional africano, e hizo una reflexión serena de los logros de su gobierno.

Durante los casi 8 años que duró su mandato Mbeki fue visto como un presidente distante del electorado que lo eligió.

«Tenemos un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, dirigido por un presidente al que no le gusta el pueblo» resume el comediante sudafricano Pieter-Dirk Uys el inquilinato de Thabo Mbeki en el palacio presidencial de Pretoria.

Ahora, el gabinete tendrá que designar a un presidente en funciones que, a su vez, tendrá 30 días para organizar la elección, por parte del parlamento, de un presidente que termine los 8 meses que le quedaban a Mbeki en el poder.

Por el momento se ha descartado la convocatoria de elecciones adelantadas, debido a que el ANC quiere preparar su campaña.

Confianza

«El ANC sale debilitado, hay desmoralización y habrá menos entusiasmo en la campaña electoral» dice Steven Friedman.

«El ANC perderá apoyo pero queda por ver cuánto» subraya el analista.

Por su parte, el Sunday Times de Sudáfrica, en un editorial publicado el domingo, advirtió que el ANC debe dejar de lado sus disputas internas para empezar a comportarse con seriedad.

«Nuestro humilde consejo al gobierno entrante es éste: ustedes ya no son una facción del partido de gobierno. Ustedes son el partido de gobierno».

«Es tiempo de empezar a comportarse como el partido de gobierno de un país moderno y sofisticado como Sudáfrica. ¡Gobiernen!» dice el Sunday times.

En Sudáfrica, el ANC ha tenido prácticamente el monopolio del poder desde que Nelson Mandela fue elegido como el primer presidente de la Sudáfrica multipartidaria.

Pero muchos analistas coinciden en que la crisis que condujo a la caída de Mbeki le hará perder apoyo.

Kgalema Motlanthe nuevo presidente hasta las elecciones previstas en 2009

El vicepresidente del Congreso Nacional Africano, Kgalema Motlanthe, fue designado ayer presidente de la República Sudafricana, en sustitución del renunciante Thabo Mbeki.

Motlanthe «será el nuevo presidente, no un presidente interino. Será el presidente de la República (con todos los poderes del cargo) hasta las elecciones» generales previstas para el segundo trimestre de 2009, indicó el portavoz K.K. Khumalo, al término de una reunión del grupo parlamentario en Ciudad del Cabo.

Motlanthe ejercerá con plenos poderes y no con los poderes reducidos de un mandato interino.

Motlanthe, conocido por su moderación, se integró al gobierno de Mbeki hace unas semanas, como ministro de la Presidencia, para asegurar una transición tranquila de poderes al campo de Zuma.

El nuevo mandatario, de 59 años, es una de las figuras más populares del nuevo equipo al frente del partido oficialista, y se lo mencionó en ocasiones como un posible presidente del país, por ser menos controvertido que Zuma.

Estos últimos meses, Motlenthe impulsó una campaña de reconciliación nacional, destinada a tranquilizar a la minoría blanca y a los inversores extranjeros preocupados por la reputación de populista de Zuma.