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Sahara Occidental, año 34

Fuentes: Rebelión

El año 2009 es el año 34 de uno de los conflictos mas viejos del mundo, el del Sahara Occidental. Como es habitual en ciertas partes del mundo, la entrada del año nuevo supone intercambiar regalos y formular esperanzas con el deseo de verlas realizadas lo antes posible. Para el pueblo saharaui, este nuevo año […]

El año 2009 es el año 34 de uno de los conflictos mas viejos del mundo, el del Sahara Occidental. Como es habitual en ciertas partes del mundo, la entrada del año nuevo supone intercambiar regalos y formular esperanzas con el deseo de verlas realizadas lo antes posible.

Para el pueblo saharaui, este nuevo año se asemeja tristemente a los otros. El ejército marroqui sigue ocupando el Sáhara, violación diaria de los derechos humanos en los territorios ocupados, indiferencia de la comunidad internacional, las condiciones de vida cada vez más duras en los campamentos de refugiados y los eminentes riesgos de una reanudación de las hostilidades.

El año 2008 quedara como uno de los años clave en la historia del conflicto. Empezo por la tercera ronda de negociaciones en Manhasset y terminó con la publicación del informe de Human Rights Watch y su espectacular petición de extender las competencias de la MINURSO para supervisar el respeto de los derechos humanos en la región. Una MINURSO que se encuentra en estado de stand-by a causa del abandono progresivo del referendum como solución y de la falta de voluntad por parte de los más potentes.

La pregunta de oro es: conseguirán las Naciones Unidas en 2009 concretizar este referendum y reforzar ala MINURSO para llegar a un arreglo pacífico y justo a este conflicto? Sería imperdonable que 18 años de plan de paz y un bilión de dolares gastados hasta ahora fueran echados por la ventana de la noche a la mañana y correr el riesgo de convertir la región en un brasero.

El Consejo de Seguridad, por enésima vez, ha prolongado el mandato de la MINURSO después de más de 70 resoluciones sobre el Sáhara Occidental, en aras de ofrecer una última oportunidad a Christopher Ross de llegar a un acuerdo entre Marruecos y el Frente Polisario sobre la base del principio de autodeterminación y no sobre la base de la autonomía. Esta última constituye una clara violación del principio de «solución mutuamente aceptable» ya que es rechazada categóricamente por el pueblo saharaui y es una clara tentativa de desviación del conflicto de su verdadera naturaleza, que es la de un problema de descolonización como lo recuerdan constantemente las resoluciones de la IV Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

De inmediato, Christopher Ross debera asegurar un retorno inmediato a la legalidad internacional, es decir, aceptar que permitir al pueblo saharaui de decidir libremente su destino es la única vía pacífica posible.

Los saharauis nunca han estado tan cerca de la vuelta a las armas. Si Ban Ki-moon y Christopher Ross no hacen nada en los próximos meses, si la ONU no se involucra más, si las potencias occidentales siguen su patética estrategia con Marruecos, la esperanza de los saharauis se disipara y la paciencia se agotara. Una paciencia que dura ya 33 años y que esta al límite como se refleja en las continuas manifestaciones de protesta contra la ocupación. Sin embargo, viendo las continuas resoluciones del Consejo de Seguridad sobre los múltiples focos de tensión en Afghanistán, R D del Congo, Georgia, Somalia, Oriente Medio, Chipre, Liberia, Ruanda, Costa de Marfil, Sierra Leona, Irak, Chad, etc…el escepticismo es inevitable y el sabor a amargura invade la conciencia.

El caso del Sáhara Occidental refleja de maravilla la inquietante agonía del derecho internacional frente a la realpolitik, o cómo los estados hacen pasar sus intereses por encima del respeto a la legalidad internacional e incluso de los principios elementales de la justicia. La comunidad internacional debe dejar de dar la espalda al derecho de los pueblos a la autodeterminación y a un conflcito que se eterniza y que amenaza la región en su conjunto. Très décadas son más que suficientes para ver que el pueblo saharaui no se dejara impresionar por la arrogancia marroqui y el apoyo incondicional de sus aliados.

En longevidad, el martirio saharaui se asemeja al palestino, sólo que los saharauis ahora están más unidos que nunca y decididos a arrebatar sus derechos. Por ello, el año 2009 sera también el año de todos los riesgos para el Sáhara Occidental. La vuelta a las armas supondría una «palestinización» del conflicto que no interesa a nadie sobre todo en esta zona gris situada en el Sahel, susceptible de ser el espacio de repliegue de Al-Qaida.

Mohamed Mahamud Embarec, Bruselas