Traducido para Rebelión por Caty R.
Francáfrica. A propósito del viaje del jefe del Estado francés a África, entrevistamos a Elikia M’Bokolo*, historiador y director de la Escuela Superior de Estudios de Ciencias Sociales (EHESS).
Nuevo viaje de Nicolas Sarkozy a África y, una vez más, las polémicas declaraciones de hace algunas semanas sobre el reparto de las riquezas en África. ¿Qué opina usted de este viaje?
Primera constatación: no está clara la coherencia de todos esos viajes y la lógica que los une. Con mayor razón porque esta última visita es demasiado breve en los países donde hay muchos y muy graves problemas, como la República Democrática del Congo (RDC) que apenas acaba de salir -y no se sabe en qué estado- de una serie sucesiva de guerras civiles. En ese país existen cuestiones fundamentales sobre el reparto de las riquezas, pero también sobre la reactivación del sistema económico. Una RDC cuyas relaciones con Francia en la actualidad son más bien frágiles. En cambio, Ruanda mantiene con Francia relaciones litigiosas porque existen obligaciones que no se han solventado del todo. Esto viene después de los anteriores viajes del presidente francés sin que éste tenga una agenda precisa ni con relación a esos Estados ni con relación a África en general, especialmente en lo que se refiere al peso que la crisis financiera y económica carga sobre el continente africano.
En la RDC, Sarkozy ha dado consejos, ha sugerido a varios países de la región que trabajen en conjunto. ¿El tono que emplea no recuerda al del colonialismo y el paternalismo?
En efecto. Ese tono es la postura fundamental de Sarkozy con relación a África: impartir lecciones sin que, por otra parte, nadie se las pida. Son lecciones que no valen gran cosa como la idea, por ejemplo, de pedir a Ruanda, Burundi y la RDC que trabajen en conjunto. Es a los propios pueblos a quienes corresponde decidir lo que quieren hacer. En las sociedades civiles de los diferentes países ya hay movimientos en ese sentido. Hay grupos y actividades transfronterizas entre la RDC por un lado y Ruanda y Burundi por otro, que no han esperado a Nicolas Sarkozy para empezar a existir. Lo que no ve el presidente es que algunas de sus declaraciones sobre el Congo, la RDC, han dado la impresión de que toma partido por Ruanda (pidiendo a la RDC que revise su rigidez con respecto al espacio que ocupa) en una región donde el conflicto entre ambos países aún no se ha resuelto con claridad.
Recientemente he impartido conferencias en la RDC para explicar a los congoleños de qué va Nicolas Sarkozy. Tanto por los discursos que ha hecho sobre los africanos, especialmente en Dakar, como por la política que lleva a cabo en Francia con respecto a la inmigración y la política global que practica, que beneficia a un puñado de multimillonarios a expensas del pueblo en general. Todo lo que la clase política congoleña ignora, bombardeada por una información en un solo sentido procedente de Francia.
Con respecto a las tensiones y los problemas económicos y sociales que enfrentan los pueblos de la región, ¿cómo puede (o debe) ayudar la comunidad internacional?
Un país como el ex Zaire tiene recursos, minerales y otros, extremadamente importantes. Los conflictos tienen una relación directa con la explotación mafiosa de dichos recursos, lo que se ha denunciado varias veces en los informes de las Naciones Unidas. La RDC está integrada en la economía globalizada por medio de las empresas mafiosas de saqueo. Esas empresas son bien conocidas, ya que trabajan mano a mano con las sociedades solventes y «honorables» de los países occidentales. ¿Cómo conseguir que el Congo-Kinshasa recupere una economía más o menos normal? Nosotros, que trabajamos por una alternativa real en el Congo, no estamos a favor de reproducir pura y simplemente la economía minera que ha funcionado desde la colonización hasta la época de Mobutu, porque es el sistema más obvio del neocolonialismo. En cambio, es posible diversificar esa economía hacia actividades relacionadas especialmente con la selva, el agua y los objetivos internacionales sobre el medio ambiente. Éste es un apartado muy interesante en el que los actores congoleños y los socios extranjeros pueden trabajar mano a mano. En segundo lugar, nosotros pensamos (Brasil lo ha hecho) que en un país como el Congo, que dispone de los mercados, el espacio y los recursos, hay que fomentar el desarrollo de una economía de producción y no una economía de extracción, que en África siempre rima con el saqueo puro y simple.
*El escritor e historiador Elikia M’Bokolo, nacido el 23 de diciembre de 1944 en Kinshasa (República Democrática del Congo), es director de la École des hautes études en sciencies sociales y profesor del Institut des sciences et techniques humaines. Entre otras obras, es coautor del libro colectivo Petit précis de remise a niveau sur l’histoire africaine à l’usage du président Sarkozy (Pequeño resumen de la historia africana según el presidente Sarkozy).
Texto original en francés: http://www.humanite.fr/2009-