Driss Chahtane, director del semanario árabe marroquí «ALMICHAAL», recibió una citación del Tribunal de Primera Instancia de Casablanca, a raíz de una denuncia de una asociación llamada «Asociación para los intereses de la familia Amahzoune Mouh Ouhamou Zayani » acusando al director del semanario» ALMICHAAL de difamación en contra de Hafssa Amahzoune, la tía del […]
Driss Chahtane, director del semanario árabe marroquí «ALMICHAAL», recibió una citación del Tribunal de Primera Instancia de Casablanca, a raíz de una denuncia de una asociación llamada «Asociación para los intereses de la familia Amahzoune Mouh Ouhamou Zayani » acusando al director del semanario» ALMICHAAL de difamación en contra de Hafssa Amahzoune, la tía del Rey Mohammed 6, que figura en el expediente publicado hace casi seis meses en el que el semanal informa de la tortura, amenazas y abusos por parte de los secuaces de Hafsa, hermana de la madre de Mohamed VI, Lalla Latifa, sobre varios ciudadanos marroquíes. Entre sus víctimas, Fátima Sabir, quien ha recibido varias cuchilladas. La acusacion exige la aplicación de la indemnización por valor de 100 millones de céntimos (100 000euros) y prohibir al director del semanario ALMICHAAL el ejercicio de la profesión de periodismo. El juicio se fijó para el 16-6-2009.
La prensa marroquí y los medios democráticos están indignados por estas prácticas. «Pedir 100.000 euros a un diario en Marruecos es un intento de liquidarlo o condenarlo a la pena capital, sobre todo si viene de un pariente del rey», declaró Hossein Majdoubi, ex-perdiodista marroqui corresponsal de varios medios internacionales y residente en España. Una multa tan exorbitante obligaría el diario a cerrar. Almichâal fue una de las primeras tribunas en las que se informó de los actos de la tía del rey y sus primos en la zona de Khenifra.
El caso de la tía del soberano es una prueba del comportamiento feudal existente en Marruecos. El estado de derecho no concierne a la familia real. No respetan las reglas sociales et las leyes impuestas a los ciudadanos no les afectan. Ademas de recibir su sueldo mensual ad vitam, disponen de fortunas a menudo conseguidas con métodos fraudulentos, importan y exportan lo que les apetece sin atenerse a las leyes aduaneras o comerciales, están exonerados de impuestos y tienen todas las facilidades para apropiarse de los bienes públicos para beneficio personal. Todos los miembros de la familia real excepto algunos casos conocidos por todos, forman una especie de casta de intocables.
Recuérdese que hace unos meses, el 9 de septiembre de 2008, el esposo de otra tía del rey , Hassan Yacoucbi, disparó con su révolver a Tarik Mouhib, un policía de 32 años, que lo interpeló tras constatar que se había saltado un semáforo en la Corniche, el paseo marítimo de Casablanca. Le hirió en una pierna. La agencia de prensa oficial MAP explicó después que el tío padecía una enfermedad que «provoca una grave degeneración mental», y el asunto fue archivado. Otra manera de decir «degeneracion del Makhzen».
En este ambiente insalubre, la comunidad internacional pide al pueblo del Sáhara Occidental que confíe en el gobierno de Marruecos. Un gobierno para el que las medidas de fomento de la confianza no van más allá de la sumisión a las ambiciones expansionistas, la humillación, la represión, la tortura, sin olvidar el beso de la mano del rey al que los ciudadanos saharauis son forzados en las convocaciones para manifestar una falsa lealtad a la corona. El beso de la mano, un gesto dominado a la perfección por Mohamed Cheikh Biadillah, la nueva marioneta del palacio designada a la cabeza del PAM, el último arte de magia sacado del sombrero de Mohamed VI. Un hombre sin conciencia, hipócrita, egoísta, un renegado que ignora por completo la honestidad y lealtad, excepto a aquellos que le llenaron los bolsillos a costa de la miseria de los pueblos saharaui y marroquí . En los años 70, fue reclutado por las autoridades marroquíes para infiltrarse en las primeras reuniones para la creación del Frente Polisario. Incluso antes de la fundación oficial del movimiento independentista saharaui, los servicios secretos del rey había recibido toda la información y detalles necesarios sobre estas reuniones, plan de acción y la estrategia de la guerra de liberación contra el ocupante español. Todo esto gracias a un fiel colaborador: Mohamed Cheikh Biadillah. Hoy en día, esta bien recompensado y prosigue su innoble acción en contra de su pueblo.
En el marco de la comedia majzení de las elecciones comunales de junio, este traidor va a presentarse como candidato en la ciudad de Smara, la capital cultural del Sahara Occidental. En unas elecciones realmente democraticas y transparentes, este personaje, conocido por su oportunismo, su despotismo y su obsesión por el dinero, no tendría ni la más mínima posibilidad de ser elegido. Pero en el reino cherifiano, todo el mundo sabe que, gracias a los pistones del ministerio del Interior, Biadillah no solamente será elegido, sino que además, tendrá uno de los mejores resultados.
El fraude electoral, bien integrado en la cultura política del país, se da cita en todas las eleccciones. Estas no tienen por objeto elegir a los dirigentes, ya que la selección se hace antes y en otros lugares, sino que tratan de legitimarlas. El marroquí no puede tener derechos ahi donde no se eleva al rango de la dignidad ciudadana.
Este es el viejo nuevo Marruecos, un maquillaje que cae verticalmente cuando los intereses del rey y su familia están amenazados.