El 17 de agosto de 2009, tras el partido de baloncesto España-Cuba, celebrado en las Islas Canarias, cuatro jugadores de la selección nacional cubana decidieron no regresar a su país y solicitaron asilo político al gobierno español (3). Ninguno de ellos ha sufrido jamás persecución política en Cuba, y salta a la vista que su […]
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El 17 de agosto de 2009, tras el partido de baloncesto España-Cuba, celebrado en las Islas Canarias, cuatro jugadores de la selección nacional cubana decidieron no regresar a su país y solicitaron asilo político al gobierno español (3).
Ninguno de ellos ha sufrido jamás persecución política en Cuba, y salta a la vista que su motivación es de tipo económico: obtener una buena ficha en un club profesional. La utilización del asilo político como subterfugio legal para alcanzar una meta de ambición personal puede parecer poco ética si comparamos la situación de estas personas con la de otras realmente amenazadas o perseguidas y a las que se niega tanto el derecho de asilo como la atención informativa. Es el caso, por ejemplo, de muchas personas de Colombia, víctimas de crímenes de estado que son silenciados por los grupos mediáticos españoles con fuertes intereses empresariales en Colombia (4).
También puede parece inmoral utilizar la figura del derecho de asilo para obtener un estatus legal privilegiado, mientras millones de inmigrantes de América Latina, África o Asia son perseguidos, expulsados o se juegan la vida tratando de llegar a Europa.
Los medios de comunicación han engañado de nuevo a la ciudadanía con este caso, tratado de dulcificar la poco presentable farsa de los jugadores cubanos con tópicos nada creíbles como su supuesta búsqueda de la libertad o su hartazgo del sistema político cubano. Curiosamente, estas personas, presentadas en casi todos los medios como víctimas, han llegado a Europa en un cómodo vuelo comercial, pagado por el sistema que supuestamente les persigue (5).
Pero para explicar este tratamiento informativo no podemos olvidar que los medios de comunicación son beneficiarios directos del gigantesco negocio del deporte profesional. El deseo de pasar al profesionalismo de unos pocos jugadores procedentes de un sistema amateur como el de Cuba sirve a estos medios para desplegar su maquinaria de propaganda en defensa del deporte espectáculo y negocio. Al margen de los fichajes multimillonarios y las machaconas campañas publicitarias, cualquier alternativa posible es una rareza fuera de tiempo.
Este pensamiento único impuesto por los medios, además, censura a las miles de personas que critican la mercantilización actual del deporte; que denuncian el robo por parte de clubs millonarios de talentos deportivos formados con un enorme esfuerzo económico por naciones del Tercer Mundo como Cuba; o que se atreven a calificar el comportamiento de los citados deportistas cubanos como individualista e insolidario.
Pero algunos medios llegan al más descarado cinismo cuando tratan de hacer pasar por solidaridad el negocio de los clubs deportivos. El diario español ABC, en una noticia titulada «El baloncesto español se solidariza con los jugadores cubanos», ensalzaba a Manuel Rincón, dueño de la empresa Clínicas Rincón y presidente del club de baloncesto del mismo nombre, por haber ayudado con 300 euros a los citados jugadores cubanos (6). El empresario no ocultaba al diario su intención de contratar a alguno de ellos para su club, es decir, de convertir su «solidaria» donación de 300 euros en una rentable inversión, si tenemos en cuenta que su club juega en la segunda división y los cubanos son jugadores de élite internacional. En otro diario, «La Opinión de Málaga», el empresario adornaba su operación, sin el menor rubor, afirmando que el caso «trasciende lo puramente baloncestístico y se convierte (…) en algo humanitario» (7).
El robo de talentos deportivos formados en el Tercer Mundo y la crítica al sistema deportivo profesional debieran ser temas discutibles en los medios. Pero éstos son, en éste y en otros muchos casos, juez y parte, y ejercen, desde su control del espacio informativo, una censura total y absoluta sobre aquello que pueda cuestionar la naturaleza de sus intereses. En este caso, el gigantesco negocio del deporte.
Notas:
(1) Javier Parra, «¿Por qué lo llaman «asilo político» cuando quieren decir «más dinero»?», La República, 27 de agosto de 2009
http://www.larepublica.es/
(2) Pascual Serrano, «Deportistas cubanos», Rebelión, 1 de septiembre de 2009
http://www.pascualserrano.net/
(3) http://www.marca.com/2009/08/
(4) Decio Machado, «Prisa y Planeta blanquean la imagen de Uribe», Diagonal, 21 de febrero de 2008
http://www.diagonalperiodico.
(5) Pedro Cabrera, «Desertores e inmigrantes ilegales», JIT (web del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación de Cuba)
http://www.jit.cu/home/news.
(6) Daniel Herrera, «El baloncesto español se solidariza con los jugadores cubanos», ABC, 29 de agosto de 2009
http://www.abc.es/20090829/
(7) Rafael M. Guerra,»El Clínicas se interesa en la situación de los cubanos fugados», La Opinión de Málaga, 27 de agosto de 2009