El Gobierno de Sudáfrica y sindicatos que representan a 1,3 millones de trabajadores estatales en huelga iniciaron conversaciones el lunes, después de que el presidente Jacob Zuma ordenara a sus ministros negociar inmediatamente para poner fin a la medida. El gobierno anunció que elevaría de siete a 7,5 por ciento los salarios y a unos […]
El Gobierno de Sudáfrica y sindicatos que representan a 1,3 millones de trabajadores estatales en huelga iniciaron conversaciones el lunes, después de que el presidente Jacob Zuma ordenara a sus ministros negociar inmediatamente para poner fin a la medida.
El gobierno anunció que elevaría de siete a 7,5 por ciento los salarios y a unos 115 dólares el subsidio para la vivienda que reciben los funcionarios.
«Esta oferta será discutida con las bases. No es lo que queremos, pero es un paso en la dirección correcta», dijo Mugwene Maluleke, de la Confederación Sindical Surafricana (COSATU).
Sin embargo, el Congreso Surafricano de los Sindicatos (SACTU), el mayor de los empleados públicos y que también representa a los maestros, parece ser contrario al arreglo y al decir su presidente, Thobile Ntola, «creo que lo vamos a rechazar».
Según analistas, si la oferta de incremento salarial no prospera, el gobierno de Jacob Zuma sufrirá su peor crisis, lo cual podría influir en los resultados de las elecciones locales de 2011.
Los dirigentes sindicales esperan que las negociaciones arrojen una mejor oferta para resolver una disputa laboral que provocó el cierre de escuelas, la interrupción de tratamientos en hospitales y un mal clima para las inversiones en la mayor economía de Africa.
«Tengo razones para ser optimista porque el empleador nos convocó a una reunión», dijo Manie De Clerq, portavoz de la Asociación de Empleados Públicos.
Hasta ahora, el Gobierno mantenía que no podía afrontar las demandas de aumentos por más del doble que la inflación para poner fin a la huelga, que amenaza con expandirse a toda la economía.
El portavoz de Zuma dijo que el presidente estaba particularmente preocupado por el impacto de la medida en la salud y la educación.
«La opinión del presidente es que la huelga debe terminar lo más pronto posible, en los próximos días», declaró Zizi Kodwa, agregando que Zuma había hablado con sus ministros el fin de semana para pedirles que reanudaran las negociaciones.
«Pidió a las dos partes que coloquen primero los intereses del país», señaló Kodwa.
Los trabajadores demandan un aumento salarial del 8,6 por ciento y una asignación por hogar de 1.000 rands (136 dólares). El Gobierno ofreció un 7 por ciento y 700 rands.
Los analistas prevén que Zuma y el Gobierno del Congreso Nacional Africano, que en general ha cedido ante las demandas laborales, alcanzarán pronto un acuerdo -inclinado a favor de los sindicatos- y luego se preocuparán por el impacto en el gasto estatal.
Cualquier acuerdo para poner fin a la disputa previsiblemente aumentará el gasto estatal en un 1 o 2 por ciento, forzando al Gobierno a encontrar nuevos fondos mientras intenta reducir un déficit que suma el 6,7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).