Según información proporcionada por la fundación neoyorquina Open Society, un grupo de 18 ex prisioneros afganos denunciaron haber sido víctimas de abusos en un centro de detención secreto ubicado en la base aérea estadounidense ubicada en Bagram. Los testimonios detallan torturas que incluyen sometimiento a temperaturas extremas y a prácticas innecesarias de exámenes médicos dolorosos.
La fundación Open Society, con sede en Nueva York, al noreste de Estados Unidos denunció públicamente que un grupo de 18 ex prisioneros afganos fueron torturados por el Ejército de Estados Unidos (EE.UU.) mientras estuvieron detenidos en una cárcel secreta ubicada en la base aérea de Bagram, en la capital de Afganistán, Kabúl.
En el texto, dado a conocer este jueves por la organización estadounidense, se puntualiza una larga lista de delitos que incluyen torturas físicas como sometimiento a excesivo frío y luz, privación del sueño y de alimentos, práctica innecesaria de exámenes médicos dolorosos y prohibición de realizar los ritos sagrados del Islam.
El documento es sustentado por testimonios de 18 ex detenidos cuya mitad afirmó haber estado prisionero en el recinto, conocido como «la celda negra» en el año 2009 y 2010.
El informe agrega que la cárcel secreta fue creada desde inicios de la invasión a Afganistán, y que al principio estuvo instalada dentro de la base aérea de Bagram, sin embargo, fue trasladada posteriormente a una nuevas instalaciones muy próximas al enclave militar, que es el lugar en donde se encontró.
Según señaló la fundación, esta es la primera vez que se habla de la existencia de este pequeño y aislado refugio secreto.
Como respuesta a la acusación, un portavoz del Pentágono negó la existencia de la «celda negra», sin dar más explicaciones.
Del mismo modo, la vocera del Ejército de Estados Unidos, capitana Pamela Kunze, afirmó no conocer la existencia de la prisión secreta.
«Todos los centros de detención estadounidenses mantienen estándares consistentes con las leyes internacionales y la Convención de Ginebra», agregó.
Añadió que debido a que «la naturaleza de la guerra requiere que Estados Unidos proteja cierta información de su divulgación pública con el fin de proteger la seguridad operacional», no iba a dar más datos acerca de los procedimientos efectuados en las cárceles.
Abusos constantes
Open Society expresó que Bagram se convirtió en un símbolo de abusos a prisioneros después de que tropas norteamericanas golpearan hasta la muerte a dos reclusos en 2002, cuando la guerra «aún estaba comenzando».
Según el experto en Derechos humanos, Johnathan Horowitz,»parece que esta instalación ignora las reglas o las cumple tan vagamente que permite los malos tratos a los detenidos».
Bagram es independiente de la principal cárcel de Estados Unidos en Afganistán, que también está en esa localidad.
El pasado marzo, la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU) envió al tribunal federal del Distrito de Columbia una petición de explicaciones para cuatro ciudadanos que estuvieron detenidos entre uno y dos años sin explicaciones y ni se les dio la posibilidad de realizar una apelación judicial.
«Durante demasiado tiempo, Estados Unidos ha estado capturando personas en Afganistán, incluso en sus propios hogares, y encarcelándolas por años, sin que medien cargos o una audiencia justa. Esto no es funcional a nuestros valores ni a nuestra seguridad», dijo el abogado de la ACLU, Jonathan Hafetz.
Expresó que «un tribunal debe tener la oportunidad de decidir si es legal continuar encarcelando a estos hombres sin cargos y que el hecho de que no la haga repercute en nuestra reputación mundial», agregó.