Cuatro españoles, entre ellos el eurodiputado Willie Meyer, no pudieron bajar del avión que aterrizó en El Aaiún la tarde de este domingo. Seis policías entraron en el avión y golpearon y empujaron a dos de los pasajeros. El comandante de la nave los expulsó con el argumento de que allí «no eran autoridad». Según […]
Cuatro españoles, entre ellos el eurodiputado Willie Meyer, no pudieron bajar del avión que aterrizó en El Aaiún la tarde de este domingo. Seis policías entraron en el avión y golpearon y empujaron a dos de los pasajeros. El comandante de la nave los expulsó con el argumento de que allí «no eran autoridad». Según los abogados consultados, la actuación de la policía es ilegal porque «irrumpieron en suelo español». Y no solo irrumpieron, sino que amedrentaron, golpearon y empujaron.
«En unos minutos, aterrizaremos en el aeropuerto de la ciudad de El Aaiún», dijo una de las azafatas instantes antes de que el vuelo NT 6100 de la compañía Binter Canarias tomara tierra en el Sahara Occidental. El avión iba lleno hasta la bandera. Una vez detenidos, comenzaron a bajar, por órdenes del comandante, los pasajeros «marroquís y saharauis», avisando de que «los españoles tienen que esperar por favor».
Por la ventanilla del aparato se podía ver a una treintena de policías de paisano y unas veinte personas, unos metros más atrás, agitando banderas marroquís e increpando al eurodiputado Willie Meyer, que junto a tres periodistas españoles, se encontraban en el interior de la aeronave.
Una vez bajaron aquellos ciudadanos con pasaporte de Marruecos, procedieron a hacerlo algunos turistas y comerciantes españoles que volaban la tarde de este domingo a la capital del Sahara Occidental. Dentro del avión sólo estaban Meyer, la tripulación, compuesta por dos azafatas, piloto y copiloto, y tres periodistas: Ángeles Reverón, del periódico Canarias7, Jesús Montesdeoca, de La Provincia, y el que firma esta información.
Seis policías, entonces, irrumpieron en el avión y se enfrentaron a dos de los españoles, empujándoles y agrediéndolos para que se retiraran del pasillo, lugar en el que se encontraban. Varios policías más, gritaban desde la escalerilla y hacían amago de entrar «por las buenas o por las malas», mientras proferían insultos a los allí presentes. Dos de los policías se hicieron con el control del avión en ese momento. Decían que de allí no se bajaría nadie y discutían con el comandante en inglés, idioma en el que Javier Guzmán, jefe de la nave, les pedía «tranquilidad». La situación estuvo durante cinco minutos fuera de control con casi más policías que tripulación en el interior del avión. Según los abogados consultados, se trata de una práctica «ilegal», dado que la policía marroquí que se encuentra en el Sahara Occidental no podría entrar en el avión porque se trata de un territorio español y en él, el que manda es el comandante.
Eso fue lo que intentó hacer ver Willie Meyer, antes de que su reclamación fuera repelida con un fuerte empujón. En ese preciso instante, el comandante Guzmán tomó el control y expulsó a los policías que estaban dentro del aparato intimidando y empujando a uno de los periodistas y al eurodiputado. Guzmán señaló que «allí no mandaban» y les pidió que «abandonarán el avión».
En la pista del aeropuerto, por otro lado, había varios miembros de la policía uniformada que sólo miraban como los demás agredían, empujaban e insultaban a los ciudadanos españoles dentro de un avión con base en Canarias.
Todo esto quedó perfectamente registrado por varias cámaras de video que, desde el exterior y la escalerilla, filmaban todo lo que allí ocurría. Las autoridades locales solicitaron la documentación de los españoles y posteriormente comenzaron a entrar pasajeros que volaban destino a Gran Canaria desde la capital del Sahara Occidental. Varios preguntaron por lo sucedido, pero no mostraban ni un ápice de sorpresa al escuchar lo que allí, hacía escasos minutos, había ocurrido.
A las cuatro de la tarde, hora local, apenas una hora y cuarto después de aterrizar, el avión volvió a despegar para volar hasta el Aeropuerto de Gran Canaria, lugar en el que Meyer fue recibido por decenas de saharauis que se desplazaron hasta el aeródromo. Bandera en mano y al grito de «Sahara vencerá» o «Marruecos culpable, España responsable», los saharuis allí presentes escucharon como Meyer decía a los medios de comunicación que desde Izquierda Unida ya se ha enviado una misiva al presidente del Gobierno y él mismo iba a exigir a Trinidad Jiménez que pida explicaciones a su homólogo marroquí de lo sucedido esta tarde en El Aaiún a un avión español.
Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=1088