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Mozambique: La jatrofa hace estragos

Fuentes: GuinGuinBali

El campesinado de la provincia de Manica, Mozambique, enfrenta serias amenazas de ser desalojado y desplazado de sus tierras. Según el informe hecho público por la ONGD Veterinarios Sin Fronteras, las empresas nacionales y extranjeras están acaparando cada vez más tierra para el cultivo de jatrofa, esa planta cargada de mitos sobre su fácil cultivo que se ha extendido en los últimos años porque sirve para la producción de agrocombustible. Es lo que ya ha sucedido, de hecho, en el norte del país, donde numerosos campesinos han perdido su recurso más preciado para alimentarse: la tierra.

Manica es una de las provincias del centroeste del país. Allí, a 15 kilómetros de su capital, Chimoio, se encuentra la Asociación 16 de Junio, creada en 1994 e integrada por 17 campesinos que comparten 150 hectáreas de tierra. Esta asociación, al igual que las muchas que existen en el país, representa un modelo de vida y de trabajo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. El modelo que se extiende por todo Mozambique. «Es un grupo de personas que se unen para trabajar juntas», así de sencillo lo explica el presidente, Domingo Marten. Es en realidad una forma de trabajo habitual: campesinos y campesinas (mínimo diez, según la ley del país) se organizan en grupos, dividen la tierra -asignada, una parte, para uso individual y eventualmente otra para uso colectivo- para producir alimentos. Lo producido se utiliza, en primer lugar, para autoconsumo, en función siempre de las necesidades de la comunidad, y el excedente se vende generalmente en mercados locales. «Es mejor estar juntos, para apoyarnos mutuamente, para mejorar el trabajo. Quien trabaja de manera individual, sólo tiene ideas de él, no tiene ayuda de nadie», cuenta Domingo.

En sus casi 20 años de vida, la Asociación 16 de Junio ha ido evolucionando, y sus integrantes aseguran que la posibilidad de compartir experiencias y el trabajo conjunto en tierras comunitarias les ha servido para diversificar y mejorar la producción.

La organización campesina en asociaciones ha sido incentivada por la Ley de Tierras 19/97 de 1997. Esta ley establece el derecho de uso y aprovechamiento de la tierra adquirido por ocupación de personas individuales y por las comunidades locales según establecen las normas y prácticas consuetudinarias. Además, proporciona ventajas comparativas para el sector familiar y en particular para las mujeres, ya que la Ley les reconoce el derecho de control del recurso como ciudadanas de pleno derecho.»Estoy contento con el trabajo de la Asociación; lo que vendemos, lo vendemos porque trabajamos todos juntos», insiste Domingo.

Sin embargo, asociaciones como la 16 de Junio ven amenazada su existencia por la cada vez mayor presencia de empresas extranjeras que acaparan grandes porciones de tierra, sobre todo y especialmente durante los últimos años, para la producción de agrocombustibles. De hecho, según el informe de Veterinarios Sin Fronteras, se estima que en 2007 más de 5 millones de hectáreas fueron cedidas a empresas nacionales y extranjeras para cultivar jatrofa para la producción de agrodiesel, lo que supera a toda la Superficie Agraria Útil (SAU) de Andalucía. Desde entonces, el Gobierno mozambiqueño promueve la inversión extranjera directa para la plantación intensiva de jatrofa y oleaginosas, insistiendo en los beneficios y ventajas que su cultivo puede aportar al país.

Son muchas las empresas con plantaciones de agrocombustibles en Mozambique, desde la nacional Pretromoc, hasta empresas petrolíferas que empiezan a especializarse en la producción de etanol y biodiesel como la brasileña Petrobras. Petrobras y Petromoc están asociadas para operar conjuntamente en el mercado de los agrocombustibles en la provincia de Manica. El presidente del país, Armando Guebuza, visitó Brasil en el 2007 para reunirse con su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli de Azevedo, y firmaron una serie de acuerdos bilaterales en el ámbito energético. Antes de esa rúbrica, y desde 2006, Petrobras ya había entablado diálogo con la Empresa Nacional de Hidrocarbonetos en Mozambique. Ambas empresas habían firmado un memorando de entendimiento para la exploración de petróleo y gas natural y para la investigación y producción de biocombustibles en el territorio de Mozambique. Otras empresas europeas incrementan la lista; por ejemplo ESV Bio Africa Ada (originarias de Ucrania y Reino Unido), Sun Biofuels (Reino Unido), Enerterra y MoçamGalp (Portugal) y AVIAM (Italia). En cuanto a la presencia española en Mozambique, tampoco ha dejado de crecer en los últimos años. El informe cita fuentes oficiales que hablan de la compra de grandes extensiones de tierra por parte de empresas españolas para fines turísticos , especialmente en el norte.

La preocupación de Veterinarios Sin Fronteras sobre este aumento se basa en que «es frecuente que la instalación de estas transnacionales sea a costa del desplazamiento de comunidades campesinas que se ven obligadas, en el mejor de los casos, a asentarse en tierras marginales; el campesinado que queda sin tierra suele convertirse en mano de obra de la empresa de turno. Desde la organización hemos comprobado que son numerosos este tipo de casos en el norte del país. Y ya se han dado episodios graves en las provincias de Tete y Niassa», argumenta el informe.

Según datos del Centro de Promoción de Inversiones de Mozambique, en el año 2008 ya había 23 proyectos de agrocombustibles a cargo de grandes empresas, la mayoría extranjeras. Entre todos los datos, hay uno especialmente preocupante para la Asociación 16 de Junio y las otras asociaciones que se encuentran en Manica:porque es la provincia que cuenta con mayor número de proyectos -ocho en total- en fase de implementación o en construcción.

En su primera visita a Manica, en noviembre de 2010, VSF recogió la preocupación de varios líderes campesinos respecto a que pronto comenzarían los problemas. En abril de 2011 «ya existían conflictos entre asociaciones campesinas y transnacionales, como consecuencia del acaparamiento de tierras», aseguran.

La indefensión en que se encuentran muchas veces las asociaciones, se ve agravada por la falta de acceso a información sobre sus derechos y posibilidades; en ese escenario las empresas hacen y deshacen a su gusto «sin asumir, prácticamente, ninguna responsabilidad».

Muchas organizaciones mozambiqueñas se ocupan desde hace años de este problema. Por ejemplo, la ONG Forum TerraManica media en conflictos que tengan las comunidades con el Gobierno, con otras comunidades, o bien con empresas. Su trabajo denota el incremento de los conflictos: mientras que en 2010 Forum Terra registró 27 conflictos (en 2009 fueron 18 en dos distritos), a principios de abril 2011 ya se habían producido 14 nuevos casos en cuatro distritos, siete de los cuales se dan entre comunidades campesinas y empresas.

«Aquí se producían productos que podían ser comestibles, pero el Gobierno quita esto para producir jatrofa. ¿Por qué?» se pregunta Manuel Passar, secretario ejecutivo de Forum TerraManica.»No estamos en contra de la inversión en el país (…) pero el único medio que tienen las comunidades para sobrevivir, es la tierra. No se la podemos quitar para dárselo a una empresa, que tiene otros medios; pueden producir en Mozambique, en Italia, en España… tienen condiciones para hacerlo donde quieran. Pero si le quitas la tierra a las comunidades, que no tienen dónde ir o que carecen de otra forma de supervivencia, eso es ilegal» reflexiona Passar.

Responsabilidad política

Según denuncia Veterinarios Sin Fronteras la Unión Europea «no regula suficientemente esta clase de inversiones en el país africano, ni han analizado en profundidad las consecuencias que pueden tener para las comunidades campesinas». La ONGD asegura que el Estado debería respetar y promover el respeto, en el seno de la Unión Europea, al principio de coherencia en políticas de desarrollo reconocido en el Tratado de Lisboa.

Ello se traduce, entre otras cosas, en «abandonar o evitar las políticas de apoyo a la producción de agrocombustibles a gran escala que están ejerciendo presión sobre los mercados alimentarios, al tiempo que los y las campesinas son expulsadas de sus tierras». Claro que, como bien dice VSF, eso es lo que deberían. No significa que lo vayan a hacer.

Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=reports&task=view_report&report=11