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Israel

El MEK y el Estado patrocinador de grupos terroristas

Fuentes: Salon

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Una de las historias políticas de las que menos se ha informado en el último año es la devota propugnación por parte de numerosos destacados personajes políticos estadounidenses de un grupo que hace tiempo ha sido calificado formalmente de organización terrorista según la ley de EE.UU. Un amplio reparto bipartidista ha recibido sustanciales emolumentos de ese grupo, los Muyahidín-e Khalk (MEK), y se convirtió en su apasionado defensor. El grupo de socios de MEK incluye a antiguos altos funcionarios de Bush y otros republicanos (Michael Mukasey, Fran Townsend, Andy Card, Tom Ridge, Rudy Giuliani) así como destacados demócratas (Howard Dean, Ed Rendell, Bill Richardson, Wesley Clark). Como informó en agosto pasado The Christian Science Monitor esos individuos «han recibido pagos de decenas de miles de dólares para que se pronuncien en apoyo a los MEK». No importa lo que uno piense de ese grupo -vea un resumen de sus actividades-, está clasificado formalmente como grupo terrorista y por lo tanto es un delito suministrar algún «apoyo material» según la ley de EE.UU.

Existen varios aspectos notables en esta historia. El primero es que hay numerosos musulmanes en EE.UU. que han sido procesados por suministrar «apoyo material al terrorismo» por mucho menos de lo que estos políticos estadounidenses han estado haciendo públicamente por cuenta de un grupo terrorista designado. Un vendedor de televisión satelital de Staten Island fue sentenciado en 2009 a cinco años en una prisión federal solo por incluir un canal de televisión de Hizbulá como parte de un paquete satelital que vendió a sus clientes; un residente de Massachusetts, Tarek Mehanna, está siendo proceso «por colocar material pro yihadista en Internet»; un residente legal paquistaní de 24 años que vive en Virginia, Jubair Ahmad, fue acusado en septiembre pasado de subir un vídeo de 5 minutos a YouTube que critica acerbamente las acciones de EE.UU. en el mundo musulmán, un supuesto acto criminal solo porque los fiscales afirman que discutió el vídeo anticipadamente con el hijo del dirigente de una organización designada como terrorista.

(Lashkar-e-Tayyiba); un estudiante de posgrado árabe saudí, Sami Omar al-Hussayen, fue procesado simplemente por mantener un sitio web con enlaces «a grupos que elogian atentados suicidas en Chechenia e Israel» y sitios «yihadistas» que solicitaban donaciones para grupos extremistas (finalmente fue absuelto); y en julio pasado, un ex estudiante de Penn State de 22 años, hijo de un instructor de la escuela, Emerson Winfield Begolly, fue acusado -en términos del FBI- de «utilizar repetidamente Internet para promover la yihad violenta contra los estadounidenses» al subir comentarios a un foro «yihadista», incluido un comentario que elogió los tiroteos» en una base del Cuerpo de Marines, una acción que el antiguo abogado de Obama, Marty Lederman dijo «no parece diferente a primera vista del tipo de defensa de conducta ilegal que tiene derecho protección efectiva según la Primera Enmienda«.

A pesar de todo existen numerosas personalidades políticas estadounidenses que reciben honorarios importantes de un grupo designado legalmente, según el derecho estadounidense, como organización terrorista. Aparte de eso, se reúnen repetidamente con los dirigentes terroristas de ese grupo (Howard Dean dijo a NPR el año pasado sobre la líder del grupo, Maryam Rajavi: «Realmente he cenado con la Sra. Rajavi en numerosas ocasiones. No la considero muy parecida a un terrorista» y ha insistido en que se la debería reconocer como presidenta de Irán, mientras Rudy Giuliani le dijo públicamente en una conferencia en París: «Apoyáis las ansias más importantes del alma humana, y es simplemente una vergüenza que vuestra organización se califique de organización terrorista»). Y después de recibir honorarios del grupo terrorista y de reunirse con sus líderes terroristas, esos per