Sonreí débilmente cuando amigos demócratas liberales se carcajeaban la semana pasada por las flaquezas verbales de Mitt Romney y Rick Santorum. Era algo gracioso cuando Romney dijo: «Los árboles de Michigan tienen la altura adecuada», y «Tengo Algunos Amigos que Son Propietarios de Equipos de NASCAR». Y su esposa «conduce un par de Cadillac». ¿Al […]
Sonreí débilmente cuando amigos demócratas liberales se carcajeaban la semana pasada por las flaquezas verbales de Mitt Romney y Rick Santorum.
Era algo gracioso cuando Romney dijo: «Los árboles de Michigan tienen la altura adecuada», y «Tengo Algunos Amigos que Son Propietarios de Equipos de NASCAR». Y su esposa «conduce un par de Cadillac». ¿Al mismo tiempo?
Romney, con ingresos anuales de $42,7 millones, bromeó con trabajadores desempleados en la Florida en junio pasado cuando dijo que él tampoco tenía empleo.
El ataque de Santorum contra el fallecido Kennedy no me pareció tan hilarante. El discurso de Kennedy en 1960 acerca de la igualdad religiosa en La Casa Blanca, dijo Ricky, «me dio deseos de vomitar».
¿Newt (Demencia) Gingrich y su colonia lunar? Nada gracioso. Alguien ocurrente describió a Gingrich como un grano apretado con «el pus formándose encima de la cabeza (canas)».
Luego llegó Limbaugh, quien brindó una sorprendente descripción de Sandra Fluke, la estudiante de leyes de la Universidad Georgetown. Cuando se le negó el derecho a presentar testimonio ante el Comité de la Cámara de Representantes de Supervisión y Reforma Gubernamental, presidido por el representante Darrell Issa, acerca de «»Acceso de las Mujeres al Control de la Natalidad», Fluke se presentó en una sesión de Comité Demócrata de Gobierno y Política acerca de las preocupaciones comunes entre las mujeres. Fluke dijo que las mujeres necesitaban acceso a los contraceptivos (actualmente muy costosos). Algunos estados quieren prohibirlo. Ella exigió que el seguro médico cubriera los costos.
«¿En qué la convierte?», preguntó Limbaugh en su programa de radio. «¿En qué la convierte eso? La convierte en una perdida, ¿verdad? La convierte en una prostituta. Ella quiere que le paguen para tener relaciones sexuales. Está teniendo tantas relaciones sexuales que no puede pagar los contraceptivos».
Rush dijo que como sus impuestos le pagarían por el sexo, él quiere mirar los videos de ella teniendo sexo en línea.
El 3 de marzo pidió perdón por los insultos. «Las palabras que escogí no fueron las mejores, y al tratar de decir un chiste provocó una conmoción nacional. Sinceramente pido perdón a la señorita Fluke por haber escogido palabras insultantes».
Luego Rush se alabó a sí mismo por sus 20 años de «ilustrar lo absurdo con la absurdez, tres horas al día, cinco días a la semana. En este caso, escogí las palabras inapropiadas en mi analogía de la situación. No fue mi intención realizar un ataque personal contra la señorita Fluke».
Seguidamente se arrepintió. «Creo que es totalmente absurdo que durante estos tiempos políticos de toda seriedad estemos discutiendo actividades sexuales recreativas personales ante miembros del Congreso. Personalmente no estoy de acuerdo de que los ciudadanos norteamericanos deban pagar por estas actividades sociales. ¿Qué se hizo de la responsabilidad personal? ¿Cuál es el límite? Si se acepta esto como norma, ¿qué sucederá después? ¿Estaremos debatiendo si los contribuyentes deben pagar por zapatillas deportivas para todos los estudiantes que estén interesados en correr para mantenerse en forma?»
Rush se excusó nuevamente y perdió más patrocinadores. Algunas emisoras han cancelado su programa. Todo lo que le queda son 15 millones de oyentes, muchos más que cualquier personalidad liberal en radio o TV.
Limbaugh es la personificación del republicanismo extremista -que se ha convertido simplemente en republicanismo. Sus insultos a las mujeres le han costado patrocinadores, pero también subrayó temas de los principales candidatos republicanos en contra de la anticoncepción, el aborto o el matrimonio gay. Esto, según dedujeron con toda lógica los liberales, debe costar a los republicanos las elecciones en noviembre.
¡No tan rápido! Desde octubre, la tasa de aprobación de empleo de Obama ha aumentado ligeramente, pero sigue estando por debajo de 50%. En temas claves como la atención médica y la economía, la mayoría desaprueba de su desempeño.
Una encuesta de Gallup/ USA Today a fines de febrero arrojó que los electores de estados indecisos preferían a Romney sobre Obama. En estados estratégicos como Ohio, Pennsylvania, la Florida e Iowa, a Obama le es difícil llegar al nivel de 50%. Y 60% asegura que el país «va por el camino equivocado». (Ramesh Ponnuru, Bloomberg News, 6 de marzo.)
En 2008, McCain y Palin amasaron casi 60 millones de votos. No todos los que votaron por los republicanos eran hombres que pensaban que hacerse cargo del lavavajillas significaba emborrachar a la esposa o inscribieran de por vida a sus hijos de cuatro años en la NRA.
El asunto político clave -quién recibe qué del presupuesto- se convierte en «asuntos sociales». Los republicanos subrayan las virtudes bíblicas de poseer una cantidad interminable de armas; dicen no al cambio climático; hacen del aborto un delito capital; borran la acción afirmativa y eliminan a jueces activistas (liberales).
Los candidatos republicanos alientan a sus seguidores de bajos ingresos a enfocarse en lo periférico, no en sus propios intereses esenciales. Traten de imaginar a adultos que viven con menos de $2 dólares diarios por persona -casi 1,5 millones y 2,8 millones de niños- y escuchando debatir a los republicanos. (Centro para las Prioridades Presupuestarias y de Políticas, 5 de marzo.)
¿Comedia? ¿Demencia? O lean el subtexto: «salven a nuestro país blanco de ese africano de nacimiento, esnobista y socialista y de sus asesores comunistas judíos».) Gingrich llama a Obama el «presidente de sellos de alimentos» que tenía un gurú llamado «Saul Alinsky», un nombre que suena judío y que indica tendencias comunistas. (De hecho, el mayor partidario de Alinsky era el obispo católico de Chicago.)
Los predicadores del enfoque periférico han retorcido de alguna manera la mente de decenas de millones de electores republicanos de bajos ingresos para que exijan que el gobierno se mantenga alejado de su Seguridad Social y su Medicare.
Los apparatchiks republicanos también han reducido la inscripción de demócratas como electores en lugares estratégicos. Abundan las falsas reglas de identificación y otras estafas. El martes 6 de marzo, funcionarios rechazaron en un centro electoral a un ex representante demócrata por Tennessee y a su esposa debido a una «orden» del secretario de Estado republicano. Esos tejemanejes hacen que menos demócratas voten y aumentan las oportunidades de Romney-Santorum. Las meteduras verbales de pata en febrero y marzo desaparecerán de la memoria nacional de la misma manera que la misoginia de Rush «El Verdadero Republicano» Limbaugh. ¿Los precios del combustible? ¿El bajón económico? ¿La guerra? No confíen en una victoria aplastante de los demócratas -ni siquiera en una victoria de Obama. Hará falta trabajar mucho.
(*) Los propietarios de equipos de la Asociación Nacional de Carreras de Autos Reformado (NASCAR) son gente muy adinerada.