Sobrevivimos a ocho años bajo George W. Bush, a pesar de estar gravemente herido por sus dos guerras y una economía destruida como resultado de sus esfuerzos marciales. Este año hemos visto a Mitt Romney comprar y maniobrar hasta obtener la candidatura presidencial republicana para 2012. En la convención republicana, Noticias Yahoo despidió a John […]
Sobrevivimos a ocho años bajo George W. Bush, a pesar de estar gravemente herido por sus dos guerras y una economía destruida como resultado de sus esfuerzos marciales. Este año hemos visto a Mitt Romney comprar y maniobrar hasta obtener la candidatura presidencial republicana para 2012. En la convención republicana, Noticias Yahoo despidió a John Chalian, jefe del buró de Washington, por haber señalado en vivo la discrepancia entre los republicanos en su convención y el huracán Isaac que devastaba el sur de Luisiana.
«Están contentos en su fiesta mientras los negros se ahogan», dijo ante un micrófono abierto.
Cuando Romney era gobernador de Massachusetts ideó un plan de atención médica casi idéntico a lo que él ahora llama con desprecio Obamacare. «Preservaré y protegeré el derecho de las mujeres a escoger», dijo Romney al programa 60 Minutes en 2002. Durante su campaña para el cargo de gobernador, dijo: «Soy una persona moderada, mis opiniones son progresistas».
Mitt escogió a una esposa chapada a la antigua que lo describió como «un hombre bueno y decente», y explicó que él tuvo que soportar su fracaso como misionero mormón en Francia para convertir a otros. Mitt adoraba su crianza privilegiada en Bloomfield Hills, Michigan, y disfrutó de una complicada relación con su padre, cercana pero no siempre armoniosa. Presumía de haber construido un elevador para sus autos en su nueva casa (la cuarta) para no tener que subir escaleras después de un largo viaje. Eso demostraba su «carácter».
Pero la destreza en los negocios de Romney no fue suficiente para derrotar a Ted Kennedy por un escaño en el Senado, ni tampoco su papel encabezando las Olimpiadas de Invierno en 2002 le trajo la presidencia en 2008.
Batalló en pro de la atención médica universal en Massachusetts, lo cual ahora no puede recordar, pero asegura que era muy diferente del plan de Obama. Los expertos no están de acuerdo.
Y tan solo en 2008, en el programa Meet The Press,dijo: «Debemos evitar que armas inusualmente letales estén en las calles».
Su derrota de 2008 en la primaria presidencial republicana le demostró que él tenía que cambiar su retórica moderada por una perorata derechista para su aspiración en 2012. Así que se reinventó a sí mismo.
A veces, para obtener el favor de los del Tea Party, él simplemente miente. «Yo fui un gobernador republicano severamente conservador», dijo en el debate de la primaria de este año. (10 de febrero de 2012.) El nuevo Romney se autocalificó «firmemente en pro de la vida», y prosiguió así mismo con un cambio en su posición acerca del control de armas de fuego.
«No creo que Estados Unidos necesite nuevas leyes de armas de fuego», dijo este año. Dirá cualquier cosa para ganar. Ganar es su único principio.
En Israel, Romney rindió pleitesía a los israelíes, comparándolos favorablemente con los palestinos.
«En la cultura está la diferencia. Y al venir aquí y ver esta ciudad y considerar los logros del pueblo de esta nación, reconozco el poder de al menos la cultura y unas otras cuantas cosas. Una, reconozco la mano de la Providencia al escoger este lugar. (29 de julio de 2012.)
Ha mostrado una falta de interés en la verdad o en los hechos. En 2008, Romney escribió en The New York Times un artículo de opinión titulado «Que Detroit Caiga en Bancarrota» en el que decía que si GM, Ford y Chrysler eran rescatadas por el gobierno «pueden decir ustedes adiós a la industria automovilística norteamericana». Más tarde declaró: «Soy en parte responsable del hecho de que esta industria se haya recuperado». (7 de mayo de 2012.)
Su mayor prevaricación fue su explicación de por qué aspira a la presidencia. «Estoy en esta contienda porque me importan los norteamericanos. No me preocupan los muy pobres -para eso tenemos una red de seguridad»-, la cual debiera agregar él, sus políticas económicas destruirían. (2 de febrero de 2012). A veces Romney se dedica a abstracciones verbales que a los profesores de lingüística les sería difícil analizar. «Creo en un Estados Unidos donde millones de estadounidenses crean en un Estados Unidos que es el Estados Unidos en que millones de estadounidenses creen. Ese es el Estados Unidos que amo». (21 de enero de 2012.)
La fortuna de Romney le permite tratar a varios cientos de miles de dólares como monedas sueltas. «Me pagan por dar conferencias de vez en cuando, pero no mucho». En 2010 ganó unos $370 000 en emolumentos de conferencista en el curso de un año, según la declaración de sus finanzas personales. (17 de enero de 2012.)
Sin embargo la mayor y más peligrosa distorsión llega con su descripción de corporaciones como «personas… Por supuesto que lo son. En última instancia todas las ganancias de las corporaciones llegan a las personas. ¿A dónde creen ustedes que van?» (11 de agosto de 2011.)
En Bain, amasó unos $250 millones por apilar deudas en compañías norteamericanas, y luego desangrarlas con enormes emolumentos de esas compañías como pago por su asesoría: despidan a trabajadores o trasladen sus empleos a Asia.
Seleccionó a Paul Ryan como su vice, un mentiroso autocomplaciente junto al cual planea destruir a Medicare bajo el pretexto de salvarlo. (Ver Paul Krugman, «Los Asesinos de Medicare», NY Times, 31 de agosto.)
Apoyó dos guerras tontas de George W. Bush, para las cuales Estados Unidos pidió dinero prestado e incrementó el déficit. Ahora, Romney culpa a Obama por la economía en caída libre que él heredó de Bush, y por la recesión que se extiende por todo el mundo. Solo la memoria destruirá las posibilidades republicanas en noviembre, así que mantengan sus recuerdos claros y al alcance de la mano. Obama no es el causante del desastre actual ni tampoco su estímulo «empeoró las cosas», como repitió Ryan en la convención republicana. Es más, Ryan apoyó cada una de las catastróficas iniciativas de Bush, y luego renació en inocencia ideológica a tiempo para las elecciones. Pero algunos, como dijo Chris Matthews, «lo conocen antes de que fuera virgen».
Dios ayude al pueblo si no detecta a estos estafadores corporativos.