Después de como se han y se están desarrollando los acontecimientos en América Latina y el Caribe, se puede afirmar que EE.UU, al margen de quien gobierne, Republicanos o Demócratas «los mismos perros con diferentes collares», salvo «cuestiones de forma, matices o color» como pueda ser el cambio de color de piel, por primera vez […]
Después de como se han y se están desarrollando los acontecimientos en América Latina y el Caribe, se puede afirmar que EE.UU, al margen de quien gobierne, Republicanos o Demócratas «los mismos perros con diferentes collares», salvo «cuestiones de forma, matices o color» como pueda ser el cambio de color de piel, por primera vez en la historia de EE.UU de su presidente: El Demócrata Barack Obama. Nada o muy poco ha cambiado
Exceptuando, justo es reconocerlo los tímidos pasos que en su día, dio la administracion de Jimmy Carter (año 1977) tales como el establecimiento de la Oficina de Intereses equivalente a «Embajada» para flexibilizar o normalizar las relaciones con la Cuba Revolucionaria y que por presiones y chantajes de toda índole ejercida por la extrema derecha fascista y el lobby mafioso-terrorista-cubano-
Haciendo un poco de memoria histórica de los últimos años, veremos que salvo las formas o métodos, la política injerencista, fascista-genocida del Imperio sigue igual.
El triunfo «inesperado» histórico, revolucionario y pacifico electoral de Hugo Chávez (Venezuela) en 1998, rompió todos los esquemas al Imperio y lacayos «criollos de su patio trasero», nunca antes desde el triunfo (año 1959) de La Revolución Cubana y la victoria de Salvador Allende 1971 en Chile, unido a la creación por Cuba y Venezuela del ALBA, año 2005 en La Habana, (Sin olvidar MERCOSUR, UNASUR, etc. etc. y la reciente e histórica creación de la CELAC, cuya presidencia actualmente (año 2013) está presidido por Cuba). Ningún «cambio político» despertó tanta ilusión y esperanza en los pueblos de A. L. y el Caribe y a la vez en la medida que iba avanzado y consolidándose el proyecto socialista bolivariano Chavista, tanto temor y pánico del gran especulativo y corrupto poder financiero.
La injerencia de EE.UU, directa o indirectamente no se hizo esperar, en Abril del 2002, a través de un golpe fascista-cívico-militar intenta derrocar al gobierno constitucional de Hugo Chávez, el cual es en menos de 48 horas derrotado-aplastado por el pueblo y fuerzas armadas leales constitucionalistas. Años más tarde se producen con la injerencia descarada de la CIA, dos «exitosos» golpes violentos cívico-militares-fascistas, Honduras (28-6-2009) y Paraguay (26-6-2012). Cuyos presidentes derrotados, Manuel Celaya y Fernando Lugo, elegidos (electoralmente) democráticamente. Su único y exclusivo delito fue atreverse a ser independientes y soberanos. De igual forma ha habido intentos frustrados de golpes de estado en gobiernos democráticos de Bolivia, Ecuador, sin olvidar los intentos de desestabilización sistemáticos: en Venezuela, Brasil, Argentina, etc., todos ellos además de Anti Imperialistas «curiosamente» progresistas de izquierda o pertenecientes Al ALBA.
El Imperio y sus lacayos «criollos» después de la muerte o posible asesinato, de Hugo Chávez, más «envalentonados» que nunca, a través de un terrorismo mediático globalizado sin precedentes, habida cuenta que electoralmente, pacíficamente y democráticamente es imposible derrotar el proyecto socialista bolivariano Chavista, intentan (incluido terrorismo) crear el caos, condiciones «objetivas» para que El Imperio una vez más en nombre de la libertad, la democracia, defensa de los derechos humanos ,etc., etc., ¡Cuánto cinismo! utilizando la intervención (terrorismo de Estado) militar, saquear a sangre y fuego la patria de Bolívar. Que de llevarse la misma a cabo las condiciones están más que creadas el continente de Norte a Sur y de Este a Oeste, se convertiría en un gran Vietnam, acelerando el principio del fin del Imperio yanqui.
¡CUANTA COBARDIA, HIPOCRESIA, MENTIRA, ODIO, SUBESTIMACION Y PANICO A LOS PUEBLOS!
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.