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Entrevista a Guillem Agulló, padre del joven antifascista asesinado por una banda nazi hace 20 años

«Los aparatos del Estado despolitizaron el asesinato de Guillem»

Fuentes: Rebelión

Este mes de abril se cumple el 20 aniversario del asesinato de Guillem Agulló, un joven militante del movimiento independentista y antifascista que, según su padre (Guillem Agulló), defendía sus ideas de manera «clara y contundente». En 1995 tuvo lugar el juicio por el crimen, en el que se condenó a un conocido neonazi, Pedro […]

Este mes de abril se cumple el 20 aniversario del asesinato de Guillem Agulló, un joven militante del movimiento independentista y antifascista que, según su padre (Guillem Agulló), defendía sus ideas de manera «clara y contundente». En 1995 tuvo lugar el juicio por el crimen, en el que se condenó a un conocido neonazi, Pedro Cuevas, a 16 años de prisión de los que sólo cumplió cuatro. Todo quedó más bien en una pelea entre bandas juveniles. «Los aparatos del estado -tribunales, medios de comunicación, partidos de derecha- lograron despolitizar el asesinato de mi hijo», afirma Guillem Agulló. 

¿Quién fue Guillem Agulló?

Un joven que se educó con la música de fondo de Víctor Jara y con los libros del «Che» Guevara, que también militaba en la lucha antifascista desde muy joven. Desarrollaba su actividad política en «Maulets», una organización de la izquierda independentista. Y en el movimiento antirracista «Sharp». Además, era un joven con ideas muy claras y contundentes: independentistas, antifascistas y antirracistas. Y, por cierto, un muy buen nadador, que llegó a estar preseleccionado para las olimpiadas. Tenía 18 años cuando lo asesinaron.

¿Qué ocurrió el 11 de abril de 1993, hace 20 años?

Guillem se movía por el barrio del Carmen, el casco antiguo de Valencia, en medio de un ambiente de efervescencia antifascista. Nos situamos en la década de los 90 y no resultaban extraños los choques con grupos neonazis. Todo empieza cuando Guillem con unos amigos «Sharp» deciden marcharse de acampada a Montanejos. En el bar de Burjassot (nuestro pueblo), en el que se reunía con estos compañeros, estaba presente un nazi (apodado «el bombero» y que luego fue llamado a declarar en el juicio) que se enteró de los planes para la acampada. Ya en Montanejos, un amigo de Guillem identifica a un grupo de Nazis del barrio valenciano de Marxalenes. Fueron allí directamente a buscarlo. Preguntaron incluso por «el chico de la cazadora» (en referencia a Guillem). En un momento dado, lo rodearon en la plaza del pueblo de Montanejos y acabaron con su vida de un navajazo en el pecho.

¿Consideras que fue un asesinato «político»?

Obviamente. El único condenado por el crimen, Pedro Cuevas, fue detenido en 2005 e imputado por la Operación Pánzer, que supuso la desarticulación de una banda neonazi, el Frente Anti Sistema. Hay acusaciones contra ellos de asociación ilícita y tenencia de armas. Pero no sólo eso. En las elecciones municipales de 2007 Cuevas se presentó como candidato en las listas de la organización de ultraderecha, Alianza Nacional, en Chiva. ¿Qué más pruebas pueden aportarse? Sin embargo, la Audiencia Provincial de Castelló consideró en el juicio que más bien se trató de una pelea entre bandas juveniles. Y de los 16 años de condena, Cuevas finalmente sólo cumplió cuatro. Por su «buen comportamiento»…Al final del juicio, el fiscal, cuya actuación considero ejemplar, afirmó que «este tribunal será juzgado en un futuro».

Has denunciado durante estos años «irregularidades» en el juicio que tuvo lugar en 1995.

Hubo cosas muy llamativas. En el juicio se presentó como prueba pericial una cazadora sin ninguna pegatina, cuando la que mi hijo llevaba el día de su asesinato tenía una, con la consigna «nazis fora». Los abogados de la defensa también alegaron que Guillem portaba armas, cuando es rotundamente falso. Por cierto, un equipo muy caro de abogados, lo que desmiente que los acusados fueran jóvenes con pocos recursos y sin ideología. Pero, sobre todo, hubo testimonios muy extraños en el juicio, con el único fin de despolitizar la causa. Por eso queremos que la fiscalía pida la repetición del juicio.

Por otra parte, ¿En qué contexto se produce el crimen? ¿Qué descripción política harías de la Valencia de los 90?

Ha finalizado la llamada «Batalla de Valencia», entre las tesis regionalistas y «blaveras», que sostenía la derecha local; y las posiciones «fusterianas» (en referencia al intelectual Joan Fuster), independentistas y que plantean la aproximación a Cataluña. Guillem formaba parte del movimiento independentista, de sus estructuras políticas juveniles. Este movimiento se estaba configurando en la década de los 90 y se planteaba crecer políticamente. He de decirte que Guillem destacaba mucho. Su asesinato no es inocente. Era una persona que, sin pretenderlo, arrastraba a mucha gente detrás.

¿Cómo reaccionó ante los hechos la derecha política, el PP y Unión Valenciana, y la prensa conservadora?

El Partido Popular y Unión Valenciana no condenaron el asesinato de mi hijo. Pienso que a la derecha lo ocurrido se le escapó de las manos. Perdieron el control sobre sus cachorros .

Una respuesta diferente ofrecieron los partidos de izquierda. De la acusación popular formaban parte organizaciones y partidos de izquierda, sindicatos y entidades culturales, como Acció Cultural del País Valencià. Es ésta una época de fuerte crisis económica y choques con el fascismo. Piensa, por ejemplo, que ese mismo año -1993- se produce el asesinato de otro joven antifascista del Kasal Popular. En cuanto a la prensa conservadora, singularmente Las Provincias, se dedicó a marcar y criminalizar a personas y familias. A despolitizar los asesinatos de la extrema derecha, como en el caso de Guillem. Son años, también, de polaridad mediática. Porque en el diario Levante recibimos mucho apoyo. Pienso en intelectuales como Alfons Cervera o Josep Vicent Marqués.

¿Consideras que existió la complicidad de los aparatos del estado?

Por supuesto, en el caso de los tribunales, medios de comunicación y la policía. Te pondré un ejemplo. En la misma puerta de la Audiencia Provincial de Castelló se produjeron palizas por parte de antidisturbios a gente que iba a manifestarnos su apoyo. Registros de autobuses, identificaciones…

Ya en el presente, ¿Continúa la violencia de extrema derecha? ¿Existe un riesgo de expansión de los grupos ultra?

No hay un partido de extrema derecha con fuerte presencia en el País Valenciano, como sí ocurre en otros países de Europa. Y es así porque el PP cosecha estos apoyos. Ahora bien, el Informe de la Acció Popular contra la Impunitat ha recogido desde 2007 una veintena de ataques con explosivos contra partidos políticos de izquierda, ONG y ateneos culturales. Y sin que se hayan registrado detenciones por estos atentados. En 2008 fue asesinado un joven en Valencia de una cuchillada, igual que ocurrió con Guillem. La sede de la asociación cultural Ca Revolta fue atacada a tiros.

Violencia y amenazas que también habéis sufrido la familia de Guillem…

Sí, en primer lugar amenazas por teléfono, desde 1993 hasta hace año y medio. Tuvimos incluso que cambiar el número de teléfono. También pintadas cerca de casa, en Burjassot, y por otras zonas del pueblo, que decían «Guillem jódete», acompañadas de esvásticas o las siglas del Grup d’Acció Valencianista (GAV). Ante todo esto, la Delegación del Gobierno no ha hecho nada. Por no hablar de las pintadas en Mestalla o en el estadio del Levante, o de los gritos de los «Ultra Yomus», «Guillermo jódete». ¿Cómo puede negarse la naturaleza de crimen político? Recientemente, han aparecido más pintadas en el Casal Jaume I de Gandía. En la presentación del libro de Vicent Flor, «Per ofrenar noves glòries a Espanya», irrumpió la extrema derecha en el local al grito de «dónde están los amigos de Guillem»…

Por último, ¿Qué apoyos has recibido durante estas dos décadas?

Grandes muestras de solidaridad. Hemos sido invitados a dar charlas y conferencias por Madrid, Cataluña y todo el País Valenciano. Hemos recibido el calor de partidos, asociaciones, grupos musicales como «Obrint Pas» y otros, y cantautores como Feliu Ventura o Pau Alabajos. El próximo 11 de abril la Asociación Cultural Bassot, que nació en Burjassot con motivo del asesinato de Guillem, ha organizado una concentración con lectura de manifiesto y posterior pasacalles para recordar el 20 aniversario del crimen. El 13 de abril, además, hay convocada una manifestación en recuerdo de Guillem en Burjassot, a la que seguirá un concierto con la presencia, entre otros, de «Obrint Pas» y Feliu Ventura.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.