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Vientos del cambio

Fuentes: La Jornada

Hay un giro en la cultura política estadunidense, impulsado por las nuevas generaciones, que podría prometer un cambio progresista en Estados Unidos y con ello una reacción conservadora casi histérica que parece comprobar esa transformación. El indicador más reciente es una encuesta nacional del prestigioso Centro de Investigación Pew, de este mes que por primera […]

Hay un giro en la cultura política estadunidense, impulsado por las nuevas generaciones, que podría prometer un cambio progresista en Estados Unidos y con ello una reacción conservadora casi histérica que parece comprobar esa transformación.

El indicador más reciente es una encuesta nacional del prestigioso Centro de Investigación Pew, de este mes que por primera vez registra que la mayoría -52 por ciento- de estadunidenses está en favor de la legalización de la mariguana, tal vez el golpe más feroz contra la fracasada guerra antidrogas impulsada durante más de 40 años. Esto representa un incremento de 11 por ciento a favor de la legalización desde 2010 (en 1969, según Gallup, sólo 12 por ciento la apoyaba). Entre jóvenes (nacidos a partir de 1980) el apoyo llega a 65 por ciento.

Asimismo, las últimas encuestas indican que el apoyo al matrimonio gay va en aumento. Para Pew, este incremento de la última década está entre los cambios de opinión más grandes sobre cualquier asunto de política en este lapso. En 2003 58 por ciento se oponía a la unión de parejas del mismo sexo, por 33 por ciento que lo apoyaba; hoy se revierte la tendencia, con 49 por ciento a favor y 44 por ciento en contra. De la generación joven (nacidos a partir de 1980) 70 por ciento apoya el matrimonio gay. Una encuesta de ABC News/Washington Post encontró que 58 por ciento está a favor de la igualdad del matrimonio (o sea, que los gays tengan los mismos privilegios que un matrimonio heterosexual).

Los derechos de las mujeres siguen progresando, aunque la batalla más feroz aún se libra en cuanto al derecho de la mujer a decidir, o sea, el aborto. Este año se cumplió el 40 aniversario del fallo histórico de la Suprema Corte que lo legalizó. Según Pew, en un sondeo en enero, mientras 25 por ciento opina que el aborto es moralmente inaceptable y debería ser ilegal, 42 por ciento opina lo contrario, y 18 por ciento está en contra, pero considera que eso no implica que debería prohibirse.

Además, encuestas recientes registran que mayorías favorecen una reforma migratoria integral con algúna vía hacia la legalización de los inmigrantes indocumentados. Gallup y Pew, entre otras, encontraron que más de 7 de cada 10 estadunidenses dicen que debería existir una vía para que los indocumentados puedan permanecer en Estados Unidos si cumplen ciertas condiciones.

La opinión pública favorece por amplia mayoría un incremento significativo en los impuestos para los ricos y las grandes empresas y está en contra de recortes a los programas sociales.

También vale recordar que, a lo largo de los últimos años, mayorías cada vez más amplias han reprobado las guerras en Irak y Afganistán.

Y esta semana una vez más se comprobó que la política hacia Cuba tampoco goza de apoyo popular. Un rap de Jay-Z afirma: estoy en Cuba, amo a los cubanos y acusa de hipócritas a los políticos que se atrevieron a criticar el viaje que hizo a la isla con su esposa Beyonce la semana pasada. La canción inundó la radio y el ciberespacio y ahogó los gritos de legisladores cubanoestadunidenses que lo acusaron de violar el embargo. Desde hace mucho tiempo las encuestas registran que la mayoría reprueba la política de bloqueo que ha imperado durante más de medio siglo, pero ahora incluso entre la comunidad cubanoestadunidense estas políticas carecen de apoyo. En las más recientes encuestas de la Universidad Florida International, la mayoría de cubanoestadunidenses considera que las políticas del bloqueo son un fracaso y que hay que promover una nueva política diplomática.

Gran parte de estos cambios en la cultura política, como siempre, son impulsados por los jóvenes, lo que aquí se define como la generación milenaria, o sea, los nacidos a partir de 1980. «La generación milenaria es la generación del cambio… sus perspectivas sobre una amplia gama de temas políticos son tan diferentes a las de los estadunidenses mayores, que es probable que transformen el diálogo político más rápidamente de que la clase política los pueda alcanzar», comentó el columnista Charles Blow, del New York Times. Pero también se atribuye a los inmigrantes, que van transformando a la superpotencia desde todos los rincones de este país, y al cambio demográfico, que está cambiando, literalmente, el color del paisaje nacional.

Por supuesto, en esta democracia, la opinión de la mayoría pocas veces es reflejada por los representantes políticos de ambos partidos, y no es sorprendente que exista un férreo contrataque conservador a todo esto.

Vale recordar que la guerra contra las drogas continuada por este gobierno mantiene más de 500 mil presos por delitos no violentos relacionados con las drogas, y que unos 750 mil son arrestados anualmente sólo asusntos de mariguana.

Por otra parte, republicanos ultraconservadores han logrado imponer restricciones al matrimonio gay en varios estados, y los 168 integrantes del comité nacional adoptaron una resolución este mes que reafirma su oposición al matrimonio gay.

Conservadores también han logrado impulsar casi 700 proyectos de ley estatales en los primeros tres meses de este año con el propósito de limitar severamente el acceso al aborto, la educación sexual y las medicinas relacionadas con el control del cuerpo de las mujeres, según un informe del Instituto Guttmacher, reporta Alternet.org como prueba de la continuación de lo que llama la guerra contra las mujeres.

Y el gobierno de Barack Obama logró el año pasado deportar más inmigrantes que cualquiera de sus antecesores; en total deportó millón y medio en su primer periodo. Por otro lado, no hay indicaciones de que exista voluntad de cambiar la política hacia Cuba.

Pero a pesar de todos los esfuerzos por detener todo esto, no se puede ocultar el surgimiento de nuevas generaciones que ya están cambiando al país, prometiendo un futuro diferente desde este presente tan gris.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/04/15/mundo/029o1mun